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Terremoto en Italia

Italia despide con un funeral de Estado a las casi 300 víctimas del terremoto

  • Lluvia y dolor en Amatrice, el pueblo más castigado por el seísmo
  • Los equipos de rescate siguen buscando víctimas entre los escombros
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Amatrice llora a los muertos del terremoto en un emotivo funeral

Lluvia y dolor en Amatrice. Casi una semana después de que un potente terremoto sacudiera esta localidad del centro de Italia, familiares y amigos han despedido a sus seres queridos en un funeral de Estado al que ha asistido el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el presidente, Sergio Mattarella.

La ceremonia se ha celebrado en el campo deportivo de Amatrice, donde desde el pasado 24 de agosto se ha instalado un campamento temporal de voluntarios. A la celebración han asistido los cerca de mil evacuados de Amatrice que han querido dar el último adiós a algunas de las víctimas que murieron como consecuencia del seísmo.

En concreto, la ceremonia religiosa se ha organizado en honor a los 231 fallecidos de Amatrice y a los 11 de la localidad vecina de Accumoli, aunque ha contado solo con la presencia de 37 ataúdes.

Este funeral de Estado es el segundo que Italia organiza por algunas de las víctimas del terremoto, después de que el pasado 26 de agosto la localidad de Ascoli Piceno acogiera el primer funeral por los fallecidos de la región de Las Marcas. En total, los equipos de rescate han recuperado 292 cadáveres de entre los escombros de distintas localidades, pero siguen buscando más víctimas.

Decenas de ciudadanos arropan a las familias

Al funeral de Amatrice han acudido, además de familiares, amigos y conocidos de las víctimas, voluntarios, miembros de los equipos de rescate, autoridades locales y regionales, y numerosos ciudadanos italianos que, a pesar de no conocer a los difuntos, han querido mostrar su solidaridad con el dolor de los afectados.

El obispo de Rieti, Domenico Pompili, ha pedido durante la homilía mirar hacia el futuro: "Desertar de estos lugares sería matarlos por segunda vez", ha afirmado, llamando a los habitantes de Amatrice a trabajar en la reconstrucción.

Los familiares de las víctimas del terremoto lloran junto a los féretros durante el funeral de Estado que se celebra en Amatrice, Italia.

Los familiares de las víctimas del terremoto lloran junto a los féretros durante el funeral de Estado que se celebra en Amatrice, Italia. EFE/Massimo Percossi

Las autoridades ordenaron a los operarios trabajar durante toda la pasada noche para preparar el funeral, después de que los vecinos amenazaran con boicotear el acto al enterarse de que se iba a celebrar en Rieti, a 60 kilómetros de distancia.

Los cuerpos de las víctimas fueron trasladados allí en un primer momento porque los funcionarios dijeron que sería más sencillo celebrar allí un funeral tan multitudinario, pero Renzi ordenó cambiar los planes y los cuerpos fueron devueltos a la devastada Amatrice, la localidad más afectada por el terremoto.

Globos blancos para recordar a las víctimas

Durante el acto, se han podido ver rostros conmocionados y de dolor de numerosos familiares y de vecinos que se consolaban mutuamente con abrazos y besos, al igual que el semblante serio de Renzi y de Mattarella.

Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia ha sido cuando el obispo de Rieti ha nombrado uno por uno a los fallecidos en el desastre entre aplausos y llantos de los presentes. Después, se han soltado globos blancos en memoria de las víctimas.

Antes del funeral, el padre Luigi Aquilini, de 84 años y sacerdote retirado de Amatrice, relataba cómo ayudó a identificar a algunas de las víctimas. "La mayoría fueron aplastadas. No se podían reconocer sus caras, había que hacerlo por sus anillos, por sus tatuajes", contaba. "Los edificios se pueden reconstruir, pero ¿la comunidad? Las familias están destrozadas. Han muerto muchos niños".

Mientras, en el centro de Amatrice, elegida el pasado año como uno de los pueblos más bellos de Italia, los equipos de rescate siguen excavando entre los escombros ya sin esperanzas de encontrar supervivientes; los trabajadores de emergencias utilizan excavadoras y tractores para buscar los cuerpos de las diez personas que aún se encuentran desaparecidas. Por primera vez desde el terremoto la lluvia ha complicado los esfuerzos de búsqueda y ensombrecido aún más el estado anímico de los supervivientes.