'Sidetrack City', el Nueva York lisérgico de Kaz
- Una obra fundamental del cómic underground de los 90, que estaba inédita en España
- El autor reconoce que escribió estas historias bajo la influencia de las drogas
"Una vez tuve una visión en la que Nueva York era un ser vivo. Como si la superficie fuera su piel, la gente tratara de protegerla echando asfalto y construyendo aceras y edificando sobre ella a modo de vestuario, como si le pusieran ropas, sombreros, guantes... Bajo la superficie, los túneles del metro eran las venas y las estaciones eléctricas subterráneas eran el corazón y otros órganos. Esa idea la utilicé de algún modo como soporte de Sidetrack City" (Kaz)
Así define Kaz la génesis de Sidetrack City (Autsaider Cómics) su obra más lisérgica y alucinógena, que escribió y dibujó bajo la influencia de las drogas, a principios de los 90. Sin duda uno de los cómics más flipantes que podréis leer nunca, de un autor inclasificable que ha ideado su propio mundo poblado de extraños seres, pasados de rosca, que nos sorprenden con sus ácidas (y salvajes) críticas de la sociedad moderna.
Un autor que, a pesar de su importancia e influencia, permanecía inédito en España hasta el año pasado cuando Autsaider Cómics publicó Submundo, la recopilación de las tiras de prensa que Kaz realiza semanalmente para la prensa alternativa americana y en la que puede tratar temas como las drogas o el sexo, que siguen siendo tabús para la sociedad norteamericana. Un trabajo que le ha hecho famoso y le ha valido varios premios como una nominación para los Harvey (unos de los galardones más preciados del cómic americano).
Sidetrack City comparte con Submundo esa capacidad de provocación (porque no provoca quien quiere sino quien puede), su surrealismo, su inteligencia y su sentido del humor absurdo. Pero quizá tenga más profundidad que su obra posterior, porque se nota que en estas páginas buscaba trascender. Una obra que es tan actual como cuando Kaz la dibujó, a principios de los 90.
El volumen se completa con “otras historias extraordinarias” que combinan la estética de dibujo clásico con argumentos delirantes, lo que las convierten en algo casi imposible de describir con palabras. Pero que nos provocan más de una sonrisa.
Las drogas como inspiración
Kaz dibujó Sidetrack City en una época complicada de su vida, cuando se acababa de mudar a Nueva York después de romper una relación de siete años por una infidelidad y padecía una úlcera sangrante que le hizo temer por su vida. Allí conoció a un amigo con el que inició una relación intelectual y creativa en la que los "viajes" era una parte fundamental: "Nos metimos en el rollo de las drogas psicodélicas, leíamos libros de arte y filosofía, lo que se espera de unos artistas intelectuales bohemios. No dibujaba estando entripado, me limitaba a tomar notas y acumular recuerdos de esas visiones, algunas inspiradoras de paisajes y situaciones presentes en Sidetrack City".
El cómic nos narra el viaje interior de su protagonista, Bizmark, al borde de la locura, guiado por alucinaciones que pretenden dirigir su vida hacia el mal. Un camino en el que no faltan sectas y logias, satanismo, drogas, mundos paralelos e incluso el mismísimo diablo, que busca el amor. "Era todo muy psicodélico, quería transmitir esa sensación de estar perdido y desorientado, de ser manejado por fuerzas extrañas, recreando la intensa paranoia que puede surgir estando de tripi. Hacer llegar la sensación de que lo que estás viviendo no ese más que una ilusión esquizofrénica transcurriendo al otro lado del telón de la verdadera realidad".
En estas páginas, Kaz se aleja de su tradicional estilo de humor directo, recreándose en historias más elaboradas y personales, y en la ejecución de un dibujo minucioso, lleno de detalles y tremendamente expresionista. En esta época, estudiaba en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York (SVA), bajo la tutela del gran Art Spiegelman (Maus) cuya influencia es notable en algunas de las historias. Por cierto que algunos de los cómics de este volumen se publicaron en la mítica revista Raw, que el propio Spiegelman editó y que era la punta de lanza del cómic alternativo de los años 80.
Una ciudad viva
Uno de los principales personajes del cómic es la ciudad de Nueva York, que cobra vida en estas páginas y que, más que una urbe, parece un gigantesco parque de atracciones. Así la define el propio autor: "Otro elemento importante era la combinación de arquitectura clásica y fantástica. Entre las referencias al edificar Sidetrack City estaba el trabajo del arquitecto nazi Albert Speer, los edificios de Gotham City, Metrópolis de Fritz Lang, El gabinete del Dr. Caligari y el Dal Tokyo de Gary Panther. Por un lado el objetivo era pasármelo bien dibujandolo y, por otro, quería crear un paisaje urbano caótico que reflejara el desorden mental que vivía Bizmark, el protagonista de la historia".
Un tebeo cuyas páginas derrochan ideas originales y que nos muestra los inicios de uno de los grandes del cómic actual que, poco a poco, iría depurando su estilo en su obra posterior, sin perder su fuerza y su personalidad. No es raro que Kaz haya sido reclamado por los responsables de series de animación tan famosas como Bob Esponja o Phineas y Ferb, en los que ha colaborado (como guionista y dibujante) en alguno de sus episodios más alucinantes.
Dejad vuestros prejuicios en las afueras de Sidetrack City y atreveos a entrar en uno de los lugares más alucinantes que visitaréis jamás, junto a personajes tan extraños como inolvidables y reflexiones que siguen siendo tan actuales como cuando Kaz las planteó en los lejanos años 90.