La justicia india condena a pena de muerte a un hombre por matar con ácido a una mujer
- Esta es la primera sentencia por un ataque con ácido en India
- El joven la mató hace tres años porque rechazo casarse con él
La justicia india ha condenado a muerte este jueves a un hombre en Bombay por haber matado a una mujer arrojándole ácido en una abarrotada estación de tren hace tres años, después de que la joven hubiera rechazado su propuesta de matrimonio. La sentencia marca un hito en la historia judicial india.
Preeti Rathi, de 24 años, acababa de mudarse de Delhi a Bombay para trabajar en la Marina india como enfermera. Pero su vecino, Ankur Panwar, de 26 años la atacó después de que ella rechazara casarse con él. Según el acta de acusación, Ankur Panwar quería desfigurarle la cara para destruir su carrera.
La joven, que sufrió graves lesiones en los pulmones y en los ojos, murió un mes después.
"He convencido al tribunal de que estábamos frente a un ataque con ácido que formaba parte de los casos más extremos”, una condición necesaria para la pena capital, ha declarado el fiscal, Ujjwal Nikam.
La defensa ha anunciado su intención de recurrir el fallo.
Primera sentencia por un ataque con ácido en India
“Solicitamos la pena de muerte desde el principio, así que estamos satisfechos con el juicio. Ahora deseamos que sea ejecutado lo antes posible”, ha comentado Hitesh Rathi, hermano de la víctima.
Esta es la primera sentencia por un ataque con ácido en India. La mayoría, dicen los grupos de derechos humanos, quedan impunes.
Meses después del asesinato de Rathi, el Tribunal Supremo de la India ordenó el endurecimiento de la regulación para vender ácido en el país, así como la obligatoriedad de compensaciones para las víctimas de ataques con sustancias químicas, fundamentalmente mujeres. El objetivo era crear un marco legal para controlar la venta de un producto que hasta ahora era muy asequible y que es utilizado cada año para perpetrar ataques de corte machista en la India. El ácido es muy accesible. El litro cuesta en torno a 30 rupias (unos 0,40 céntimos de euros) y es utilizado generalmente para limpiar retretes o tuberías.
Cada año decenas de mujeres son víctimas de ataques con sustancias químicas en la India y, ante la falta de programas públicos de rehabilitación y compensación, se sumen en un penoso ostracismo.