Konchalovsky pone a Venecia a reflexionar sobre la maldad con 'Paradise'
- El veterano cineasta sale ovacionado con una historia sobre la II Guerra Mundial
- "El tema del Holocausto se ha banalizado totalmente" afirma el director
El veterano realizador ruso Andrei Konchalovsky ha dado en Venecia una lección de sobriedad con Paradise, una película con la que reflexiona sobre la maldad inherente al ser humano en una historia que se desarrolla en la Segunda Guerra Mundial y que fue recibida con una gran ovación.
Una película en blanco y negro sobre el Holocausto pero sin centrarse en el Holocausto, sobre la gente que hace el mal pensando que hace el bien, sobre "la maldad eterna que nace cada día en cada época", explicó Konchalovsky, de 79 años, en rueda de prensa.
En competición por el León de Oro, Paradise se centra en tres personajes: Jules, un policía francés colaborador de los nazis; Olga, una aristócrata rusa que esconde niños judíos, y Helmut, un oficial de las SS absolutamente convencido de las bondades de lo que hace.
Estos tres personajes cuentan en primera persona sus historias, que se entrecruzan durante la guerra y que sirven al realizador para realizar un profundo análisis de las relaciones humanas.
"El tema del Holocausto se ha banalizado totalmente" afirmó Konchalovsky, un día después de que el ucraniano Sergei Loznitsa mostrara en Venecia un documental precisamente sobre la banalización de los lugares que recuerdan el horror de aquella guerra, convertidos en meros destinos turístico.
El realizador ruso insistió en esta idea y aseguró que no quería hacer una película sobre el Holocausto, sino sobre la maldad, sobre gente como Juana de Arco o actos como los bombardeos en Irak, Siria o Serbia.
"Actos de maldad que han sido enmarcados en la democracia, en los derechos humanos, en la libertad (...) Estaban convencidos de que hacían algo bueno", explicó el realizador, hermano mayor del también director Nikita Mijalkov.
Las heroínas rusas de París
En Paradise es el sufrimiento de los personajes el que cuenta los horrores de la guerra en una historia que parte de la vida de emigrantes rusos que huyendo de la revolución en su país se instalaron en París y se dedicaron a salvar a niños cuando la Segunda Guerra Mundial estalló.
Principalmente mujeres que fueron consideradas heroínas de la resistencia y muchas de ellas condecoradas con la Legión de Honor francesa, explicó Konchalovsky.
Una película en la que el realizador decidió no mostrar las escenas más violentas porque a él tampoco le gusta ver los campos de concentración o las cabezas cortadas. Pero en la que hay una gran "violencia espiritual", mucho más difícil de contar. Su objetivo era hacer que el espectador "sienta, entienda, ese horror que individuo por sí mismo no siempre".
Y lo logra con una puesta en escena sobria y directa, en la que no hay efectos especiales ni elementos narrativos que distraigan de la historia y del dolor de los protagonistas.
Unos personajes coherentes, que aceptan su destino porque no pueden hacer otra cosa y que son los ejemplos de los diferentes comportamientos en la guerra, tres puntos de vista que unidos forman un retrato demoledor del conflicto.
"Paradise" ha recibido muy buenas críticas en Venecia, donde Konchalovsky participó por primera vez en 1966 con El primer maestro y en el que se llevó el León de Plata al mejor director en 2014 por El cartero de las noches blancas y en 2002 el Gran Premio Especial del Jurado por La casa de los engaños.