Vuelta al cole: el día más triste para 14 millones de niñas
- En todo el mundo hay 14 millones de niñas que están casadas a la fuerza
- El matrimonio forzado arrebata a las niñas el derecho a la educación y la infancia
- En Níger, el 76% de las niñas son obligadas a casarse antes de los 18 años
La vuelta al cole es un día triste para Haoua, de 15 años. Le gustaría estar en la escuela, pero se encuentra en el hospital de Dosso, Níger, recuperándose de las complicaciones que ha sufrido en el parto. Fue obligada a casarse el año pasado, pero apenas conoce a su marido. No sabe ni su edad. Sólo recuerda que se desmayó cuando supo que tendría que contraer matrimonio. “Mi boda fue uno de los momentos más dolorosos de mi vida”.
Haoua decidió ir a dar a luz a su pueblo, a casa de sus padres. Después de días de dolores, su hermana la llevó al hospital. La joven sufrió mucho en el parto y el bebé murió. No quiere tener más hijos: su cuerpo no estaba preparado para ello. Le encantaría volver al colegio, aprender a leer y a escribir. “Ya he sufrido demasiado, no quiero pasar más por esto”, asegura.
“Níger es el país con la mayor tasa de matrimonio infantil del mundo“
La historia de Haoua es frecuente en Níger, el país con la mayor tasa de matrimonio infantil del mundo, donde el 76% de las niñas son casadas antes de los 18 años. La ley lo permite: la edad legal mínima para casarse se sitúa en 15 años. La edad media de matrimonio en el país es de 15,3 años y solo un 10% de las niñas acceden a educación secundaria.
39.000 niñas casadas a la fuerza cada día
En todo el mundo hay casi 39.000 niñas, algunas con tan solo cinco años, que son obligadas a casarse cada día. Si continúa la tendencia actual, más de 140 millones de menores de 18 años habrán sido obligadas a casarse durante la década de 2010 a 2020.
“El matrimonio temprano forzado es una grave violación de derechos humanos que pone a las niñas en riesgo de sufrir violencia y enfermedades y las condena a la pobreza”, asegura Concha López, directora de Plan International en España, y añade: “El matrimonio temprano forzado suele desembocar en embarazos preadolescentes, que causan la muerte de 50.000 adolescentes cada año y son la principal causa de mortalidad de las niñas de entre 15 y 19 años en los países en desarrollo”.
“Los embarazos preadolescentes causan la muerte de 50.000 adolescentes cada año“
La ONG ha recabado en Níger decenas de testimonios como el de Haoua. Vidas devastadas por una práctica que afecta a 14 millones de niñas en todo el mundo, sobre todo en el continente africano. Nadie les pregunta si quieren estudiar o quieren ser madres. Se espera que tengan todos los hijos que desee su esposo, con independencia de sus propios deseos o del peligro que el embarazo a edad temprana representa para su salud y su vida.
Matrimonios forzados y embarazos no deseados
Las familias conciertan estos matrimonios también por una cuestión económica. En algunas culturas, los padres de la novia tienen que pagar una dote a la familia del marido. En otras es la familia del hombre la que debe pagar a la de la novia una donación que se denomina excrex. Cuanto menor es la niña, menor es la dote o mayor el excrex.
Una vez casadas, muchas están destinadas a cocinar, limpiar, buscar agua y trabajar en los campos de sol a sol. Muy pocas tienen la oportunidad de ir a la escuela y son más vulnerables a sufrir infecciones de transmisión sexual, violencia y abusos.
En Burkina Faso, más de la mitad de las niñas están casadas antes de cumplir los 18 años, aunque su Constitución y el derecho internacional lo prohibe. Casi el 30% de las que tiene entre 15 y 19 años están embarazadas o han tenido su primer bebé y menos del 16% de las mujeres usa métodos modernos de contracepción.
Burfina Faso, "mujeres de regalo"
Amnistía Internacional denuncia que el matrimonio forzado y precoz está arrebatando la infancia a niñas de no más de 13 años en Burkina Faso, un país en el que además el costo de los métodos anticonceptivos y otros obstáculos les impiden decidir si quieren ser madres y cuándo.
El informe Coaccionadas y privadas de derechos: Matrimonios forzados y obstáculos a la contracepción en Burkina Faso saca a la luz la cantidad de mujeres y niñas que son objeto de amenazas o palizas cuanto tratan de tomar sus propias decisiones sobre el momento de contraer matrimonio o de procrear.
“Si te escapas, te destruiremos“
“Si no te reúnes con tu esposo te mataré”, le dijo su padre a María, 13 años, cuando se resistió a casarse con un hombre de 70 años que ya tenía cinco esposas. Ella abandonó su hogar y caminó casi 170 kilómetros durante tres días para buscar protección en una casa refugio para niñas.
Amnistía también ha constado una práctica documentada en algunas partes del país conocida como "Pog-lenga", que significa "mujer de regalo": según esta tradición, una novia puede llevar también a su sobrina a la familia de su esposo como regalo adicional por el matrimonio. Céline, una niña de 15 años que huyó el día de su boda, contó a Amnistía Internacional que la habían obligado a casarse con un familiar del esposo de su tía. "Yo no quería casarme con ese hombre. Mi tía me dijo: 'Si te escapas, te destruiremos'. Yo huí de la casa de mi esposo y regresé a mi poblado, pero, cuando llegué allí, mi familia dijo que no podía vivir con ellos en el poblado", explica.
Un círculo vicioso de pobreza, desigualdad y analfabetismo
Las causas del matrimonio temprano forzado responden a una combinación de pobreza, desigualdad de género, escaso acceso a salud sexual y reproductiva, normas tradicionales o religiosas y falta de protección de los derechos de la infancia. Y además tiene una relación directa con la educación. Cuanto más tiempo permanecen los niños y niñas en la escuela más tarde se casan.
Plan International, que desarrolla programas contra el matrimonio forzado en 14 países de África y Asia, asegura que es fundamental concienciar a las comunidades de los riesgos de estos matrimonios. Un trabajo que concierne a las niñas, los padres, los líderes tradicionales, el sector privado y las instituciones globales. En muchos casos son las jóvenes que han sufrido en sus propias carnes las consecuencias de esta práctica las que se dedican a prevenir que otras niñas sean forzadas a casarse.
Christiana, huérfana de la guerra civil de Sierra Leona, sufrió malos tratos y abusos sexuales por parte de su esposo cuando ella era menor de edad. Una prima logró rescatarla de esa vida de palizas diarias y pudo volver a la escuela. Ahora representa a sus compañeras en foros regionales y da testimonio de sus secuelas. "Quiero prevenir a cada niña de que toem su educación seriamente y que no permita que nadie les obligue a casarse. Al finalizar la escuela y con formación, solo nosotras mismas podremos tomar esa decisión", asegura.