Renée Zellweger: "Los medios nos bombardean con ideas sobre cómo tenemos que ser y parecer"
- La actriz regresa a su icónico papel en Bridget Jones' baby
- Patrick Dempsey se incorpora a la saga para rivalizar con Colin Firth
- RTVE.es entrevista a los tres protagonistas
Bridget Jones regresa 12 años después. Renée Zellweger, tras un parón profesional de un lustro, vuelve a encarnar a la pizpireta, insegura, torpe, divertida y enamoradiza Bridget en la tercera entrega de la saga: Bridget Jones' baby. Como el título indica, Jones se queda embarazada. El único problema es que, tras una semana un poco loca, desconoce quién es el padre: o un aparentemente perfecto millonario estadounidense (Patrick Dempsey) o su recurrente amor, el estirado y flemático abogado Mark Darcy (Colin Firth).
Zellweger, Dempsey y Firth están en Madrid para presentar la película, que se estrena el 16 de septiembre en España. Para charlar con el trío solo hay una condición: nada de preguntas personales. La actriz, de hecho, hizo en agosto una carta pública en la que denunciaba, con bastantes motivos, cómo los grandes medios se hacían eco de los chismes de los tabloides.
Zellweger (Texas, 1969), ganadora de un Oscar por Cold mountain, retoma su acento inglés para, en principio, poner fin a las peripecias de la creación de la escritora Helen Fielding. Sharon Maguire, directora de la primera entrega El diario de Bridget Jones (2001), regresa a la franquicia que también cuenta con auténtico lujo británico en los secundarios: Emma Thompson y Jim Broadbent.
“Creo que todo el mundo se reconoce en ella. Nos relacionamos con su humanidad e imperfecciones, especialmente estos días en los que nos bombardean los medios con imágenes e ideas de lo que supuestamente tenemos que ser, cómo tenemos que parecer, y lo que supuestamente tenemos que adquirir”, dice para explicar a Bridget como icono de la cultura popular. “Es refrescante que haya un personaje que dialogue de manera privada contigo. ¿Quién no se relacionas con esas ansiedades, miedos, y enfrentarse a ciertos desafíos?”.
Los desafíos de Jones son los de siempre. Con 43 años, el personaje se encuentra en su mejor momento profesional y rodeada de amigos, pero con un miedo atroz a quedarse sola. ¿Suena un mensaje algo conservador?
“De hecho, es un mensaje de empoderamiento”, matiza Zellweger. “Llega a un lugar de autorrealización en el que está cómoda con todo lo que le viene. Se aparta de las convenciones sociales tomando la decisión de criar ese bebe. Lo que ocurra con los hombres es una felicidad adicional".
La comedia romántica del miedo a la soledad
Firth (Grayshott, 1960) corrige en parte al considerar que “sin el miedo a la soledad no existiría la historia de Bridget Jones”, aunque añade que es un sentimiento compartido por su personaje y el de Patrick Dempsey. “La película no tiene mensajes, es una comedia romántica, pero en el corazón de la historia está el miedo a la soledad”, dice el actor británico, ganador del Oscar por El discurso del rey. “El aislamiento es algo en lo que todo el mundo se reconoce”.
Si en la segunda entrega (Bridget Jones: Sobreviviré, 2004) Jones y Darcy comían perdices, la tercera arranca con ambos separados. “Por mucho éxito y control que tenga Darcy, y por mucho que parezca que carece de emociones, no es verdad. Está atrapado tras una coraza de inhibiciones, pero es apasionado”, añade el actor.
Tras rechazar Hugh Grant encarnar al eterno rival de Darcy, el reemplazo llega con Patrick Dempsey, el ‘doctor macizo’ de Anatomía de Grey, que da vida a un millonario empresario dueño una aplicación para ligar que presume de un algoritmo infalible para encontrar la media naranja. Aunque la sombra de Grant es alargada, Dempsey defiende su personaje.
“Prefería no pensar (en Grant) porque me debilitaba”, bromea el actor estadounidense. “Lo interesante de la evolución de Bridget conmigo es que ella no iba a repetir los errores que había cometido. Tiene dos maravillosas opciones con estos dos hombres. Y ambos hombres se sienten inseguros con el otro”.
De esa inseguridad-rivalidad, y del choque británico-estadounidense surge una comedia que Dempesy identifica con el timing de la comedia de los años 30 y 40. El actor simplifica en una palabra el algoritmo del amor: “Es magia. Simplmente”·
Para bien o para mal, Bridget Jones' baby regresa al mismo lugar. Salvo, eso sí, por los años sumados y la ausencia de la clásica secuencia de pelea de pretendientes. “No la echo en falta, porque son muy cansadas”, ríe aliviado Firth.