Maya Hansen convierte la pasarela en una pista de patinaje
- La diseñadora fue patinadora en su infancia
- Modelos y patinadoras se mezclan en la pasarela
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Maya Hansen empezó a atarse los cordones de los patines y patinar cuando tenía nueve años y siempre ha tenido ganas de pegarse el gustazo de hacer una colección jugando con los códigos de este deporte. La celebración de los JJ.OO. de Río de Janeiro ha sido para ella como un empujón. Y lo ha hecho.
No es la única diseñadora poseída por el espíritu deportivo ya que Moisés Nieto y Ágtha Ruiz de la Prada también han hecho guiños a las disciplinas olímpicas. La colección de Hansen, que rompe por completo con el estilo de la anterior, es alegre, vitalista, joven y muy urbana.
Las botas de piel de cordones que llevan cuatro ruedas inspiran todo tipo de prendas que salen a la pasarela con zapatillas, “es la primera vez que las utilizo en una colección”, dice. Lo que refuerza esa idea de cambio en la propuesta.
Los corsés siguen presentes en las colección – no podían faltar, de hecho- y ella los realiza con esmero con neoprenos, usa el algodón foamizado y recurre a los forros de rejilla tridimensional. “La idea es llevar el corsé a un punto más fresco, quitar a las chicas ese miedo que puede dar una pieza tan marcada”.
Los tonos ácidos y fluorescentes, necesarios para ser vistos si se patina en la calle, marcan la paleta de color aunque no faltan los elegantes empolvados, sobre todo utilizados en complejos conjuntos que mezclan piezas muy trabajadas. “Son más conceptuales”, dice.
Maya, que lo que quiere es vender, como todos, crea vestidos sencillos, fáciles de llevar. Los vemos en negro con escote tapado con red y con mangas que parecen esculturas y que ha logrado con impresión 3D, un guiño a las protecciones que llevan los jugadores del jockey sobre ruedas. Elementos que se pueden quitar y convertir la pieza en un elegante LBD ( Little Black Dress).
Cuatro patinadoras abrieron el desfile y lo cerró Marta García, del Club de Javier Fernández (campeón del Mundo en 2015 y 2016, cuatro veces campeón de Europa en 2013, 2014, 2015, 2016).
Los vestidos que las patinadoras de competición lucen sobre el hielo, auténticas obras de arte, inspiran prendas muy llamativas, con bordados de cristal y brillos glitter.
Corsés que terminan en falditas de tutú en colores alegres y oscuros, como el cisne negro.
Hansen reflexiona: “Entre las botas de los patines y los corsés tengo la sensación de que me he pasado la vida atando cordones”.