Leandro Cano y Esther Noriega, dos formas de entender la luz
- Cano se inspira en una calle andaluza y en el blanco de la cal
- Noriega dibuja primaveras en lienzos blancos
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Leandro Cano es, sin duda, uno de los creadores más especiales de este país. Un talento con sensibilidad, una aguja única que juega con el patrón y los volúmenes con osadía, rejuveneciendo la costura, modernizando las tradiciones.
Sus colecciones anteriores, enmarcadas en un estilo escultural, de museo, eran más de imagen pero la de ahora ,que se etiqueta como una segunda línea –más asequible- tiene ganas de salir a la calle.
Y una calle es la inspiración. Se titula ‘Amanecerás la noche’ y se inspira en el trazo de una calle cualquiera de un pueblo cualquiera de Andalucía. Calles con farolillos, casas encaladas y flores se estampan o aplican a todo tipo de prendas.
Hay vestidos blancos que llevan ‘pegados’ balcones, con sus rejas y contraventanas, otros llevan puertas… “Estas prendas son distintas pero el resto de la colección es más fácil de llevar”, dice.
Se refiere a faldas, pantalones y vestidos lisos, en rojo, amarillo y verde, colores alegres. Vemos un estampado generoso de amapolas que parece haber aterrizado sobre los vestidos. “Me recuerda a las flores que se tiran desde los balcones cuando pasa la Virgen”, dice.
Y es que hay mucho corazón en esta colección que cierra una trilogía – Cano ha estado en Cibeles tres veces- pero a la vez es el preámbulo de la primera, un círculo que cierra ahora.
“Claro, hay referencias a la gente que no está, por eso hay tanta luz, tanto blanco”, dice contando sin contar, hablando de esas personas que se le fueron, dejando primero dolor y ahora bonitos recuerdos.
Destacan los volantes que invaden los vestidos y los pantalones con bolsillos camuflados en volúmenes verticales, volúmenes inventados que se tiñen de rojo amapola. El popelín de algodón y las fibras naturales subrayan ese aire veraniego y joven que tan bonito dibuja Leandro Cano.
Esther Noriega ha creado los estampados de su colección con la ayuda de un pintor de grandes murales cántabro. En su lienzo vemos nenúfares, ramas verdes y parajillos. Elementos muy primaverales que se colorean con verdes intensos, cereza, morado y tonos orquídea.
La colección se decora con estos elementos que alegran vestidos de aire setentero. “No era mi intención”, dice, aunque ha apostado por vestidos camiseros, túnicas y tops de cuello halter.
Toda la propuesta transmite positividad, ya que trabaja mucho con todos los tonos de blanco, logrando una paleta muy luminosa. Algo que se corresponde con su estado de ánimo. “Sí, es cierto, es un reflejo del interior”.
Es la cuarta vez que Noriega presenta una colección en esta pasarela y de nuevo hace un desfile en el que mezcla moda y arte. Su propuesta tiene mucho de pintura pero también de música, la que provocan sus diseños cuando camina la modelo.
Siluetas evasé, faldas con vuelo, monos largos, vestidos largos de tul bordado…. Prendas que nacen después de un duro trabajo en el taller pero que proyectan una imagen fresca, juvenil, fácil de llevar. Prendas versátiles que tienen el poder de combinar, con armonía, las unas con las otras.