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Elecciones en EE.UU. | Debate presidencial

Clinton y Trump protagonizan un debate tenso con muchas acusaciones sobre sus pasados

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Clinton y Trump protagonizan un debate tenso con muchas acusaciones sobre sus pasados

El primer debate entre los candidatos a la Casa Blanca, Hillary Clinton y Donald Trump, ha sido tenso y ha estado marcado por las constantes acusaciones que ambos aspirantes han intercambiado sobre sus respectivos pasados. La demócrata ha puesto en duda los negocios del magnate e incluso le ha reprochado sus comentarios racistas y machistas, mientras que el republicano ha cuestionado la experiencia política de Clinton y ha recordado la polémica con sus correos electrónicos.

Clinton y Trump han chocado de frente en el esperado cara a cara. Desde la Universidad de Hofstra, en Long Island, Nueva York, y durante los más de 90 minutos que ha durado el enfrentamiento, los candidatos se han lanzado duros ataques: la demócrata ha utilizado el pasado empresarial de Trump y este le ha respondido desprestigiando sus numerosos años en política y su experiencia como secretaria de Estado (2008-2012).

Sin embargo, los dos líderes políticos han intentado poner en valor sus trayectorias. "Este país necesita alguien que sepa algo de dinero", ha asegurado Trump. Clinton, por su parte, ha aprovechado una acusación del republicano sobre el tiempo invertido en prepararse para el debate para remarcar su veteranía: "Me acusas de prepararme para el debate. Y sí, lo hice. ¿Sabes qué más? Me preparé para ser presidenta. Como debe ser".

Trump: Este país necesita alguien que sepa de dinero

La primera encuesta tras el debate, llevada a cabo por CNN y ORC, da como ganadora a la ex secretaria de Estado por un cómodo 62%.

Constantes ataques

Ya en el primer bloque, centrado en economía, los aspirantes sacaron los cuchillos. Clinton ha iniciado su discurso apostando por una "economía para todos", no solo para las personas con más recursos y se ha remontado a los orígenes de los negocios de su rival para recordar que su imperio comenzó gracias al capital de su padre.

Trump, por su parte, ha comenzado prometiendo una importante bajada de impuestos para las empresas e insistiendo en que deben detener la huida de empleos hacia otros países. El republicano, además, ha señalado que es necesario renegociar los acuerdos comerciales de Estados Unidos. En concreto, ha criticado con dureza el NAFTA -el acuerdo comercial entre EE.UU., Canadá y México que se negoció durante el mandato de Bill Clinton, en los años 90-. "Es el peor acuerdo de la historia", ha afirmado.

Ambos aspirantes se han acusado de no presentar propuestas concretas y ambos han coincidido en que los planes de su rival serían desatrosos para la economía estadounidense. Según Clinton, las políticas del magnate destruirían 3,5 millones de empleos y las suyas crearían 10 millones de puestos de trabajado.

El republicano, por contra, ha subrayado en numerosas ocasiones que Clinton lleva décadas en política y no ha conseguido nada: "¿Por qué justo ahora empiezas a pensar en soluciones y no durante los últimos 30 años?", le ha preguntado. "Mucha acción, muy bonito, pero no va a hacer nada y nuestro país sufre por gente como la secretaria Clinton", ha añadido el magnate.

Correos vs Declaración de la renta

La declaración de la renta contra los correos electrónicos

Poco han tardado en llegar al debate algunos de los temas que han marcado la campaña electoral. La demócrata ha utilizado este primer espacio del cara a cara para sacar a relucir las sombras que planean sobre las empresas de su contricante. Clinton ha recordado que Trump no ha hecho pública su declaración de la renta y ha especulado sobre los posibles motivos: quizás no es tan rico como debe ser, quizás no conocemos todos sus negocios o quizás no ha pagado todos los impuestos que le correspondían.

Además, la candidata también ha señalado que el magnate y sus compañías estafaron a proveedores y trabajadores.

El republicano ha devuelto el ataque y ha asegurado que publicará sus cuentas cuando Clinton publique los 30.000 correos que mandó desde un servidor privado cuando era secretaria de Estado, durante el primer mandato de Barack Obama. Ante los reproches, la demócrata ha vuelto a reconocer el error y ha rehusado dar "excusas". Trump no se ha mostrado satisfecho con la respuesta y ha insitido en que fue un comportamiento "deshonesto".

Clinton recuerda las polémicas racistas de Trump

Ante los crecientes problemas raciales que vive EE.UU. , a los candidatos también se le ha preguntado por posibles soluciones para rebajar las tensiones. Clinton ha aprovechado la ocasión para mencionar las diferentes polémicas en las que su rival se ha visto envuelto. Ha indicado, por una parte, que Trump acostumbra dar una imagen negativa de las comunidades afroamericanas del país y, por otra, ha recordado que el republicano ha cuestionado en numerosas ocasiones el lugar de nacimiento del presidente Obama.

Trump, que ha ido elevando el tono a lo largo del debate, se ha defendido y ha apuntado que los políticos han abandonado a la comunidad negra. Asimismo, y como respuesta a las frecuentes muertes de afroamericanos, el magnate ha insistido en uno de los lemas de su campaña: "Ley y orden".

Posteriormente, Clinton también ha sacado a relucir los comentarios machistas de Trump y ha enunciado los múltiples adjetivos con los que ha descrito a las mujeres en el pasado.

En el siguiente 'recado' de la demócrata, esta ha calificado, aunque indirectamente, a Trump de 'machista'. Clinton ha afirmado que el candidato del Partido Republicano había comentado que las mujeres eran unas "perras" y que en una ocasión se había referido a una candidata de un concurso de belleza como la señora Peggy. La demócrata ha querido poner de nuevo sobre la mesa la importancia que tiene el voto de las mujeres en su campaña.

"Mi mejor activo es mi temperamento"

En el último bloque del debate, centrado en seguridad y política exterior, el republicano ha criticado tanto la labor de Obama como presidente como la de Clinton como secretaria de Estado, sobre todo en lo relacionado a su falta de respuesta ante el yihadismo o a su incapacidad para llegar a acuerdos exitosos. La demócrata, por su parte, ha mostrado su preocupación por la sintonía entre el presidente ruso, Vladímir Putin y su rival.

Finalmente, en los últimos momentos del debate, el republicano ha asegurado que su mejor activo es su temperamento, un temperamento ganador. Algo que, en su opinión, le falta a la demócrata. Además, ha comentado que Clinton no tiene la suficiente vitalidad para ser presidenta. En este punto, y antes de cerrar el encuentro, la candidata ha recordado toda su trayectoria y experiencia en política como aval para ser la nueva comandante en jefe.

Por último, Trump ha sacado el que probablemente era el tema más esperado de las últimas semanas. El magnate ha puesto en duda que Clinton cuente con la vitalidad necesaria para negociar acuerdos comerciales o tener que imponerse en reuniones con dirigentes de todo el mundo, en clara referencia al vahído que sufrió la candidata demócrata durante el homenaje del 11-S. Ante tal afirmación, Clinton no se ha amilanado y ha indicado que si viajar a lo largo de todo el mundo, participar en liberaciones de disidentes, negociar altos el fuego o testificar durante 11 horas frente a un Comité de Congreso no es tener aguante y vitalidad, no sabe qué lo será entonces.