La baja participación invalida el referéndum sobre los refugiados en Hungría
- Preguntaba a los ciudadanos "sí" o "no" a aceptar la cuota impuesta por la UE
- Para validarse requería una participación mínima del 50%, que no ha alcanzado
- Orbán ha promovido el plebiscito, criticado dentro y fuera del país por xenófobo
- Califica el resultado de "magnífico" y anuncia una enmienda constitucional
- La oposición le pide su dimisión
La Oficina Electoral de Hungría (NVI) ha confirmado este domingo que no es válido, al no alcanzar la participación necesaria, el referéndum sobre la cuota de reubicación de refugiados que proponía la Unión Europea.
Los sufragios válidos fueron el 43,23%, menos del preceptivo 50% del censo y, según la NVI y con el 94% del escrutinio, dentro de esos votos el apoyo al "no" a la cuota propuesta por la UE alcanzó el 98,24%, mientras que los "síes" supusieron el 1,76%.
El resultado es un revés para el primer ministro conservador, Viktor Orbán, que había invertido una gran energía en la campaña del referendo, y para el Gobierno, que desplegó una controvertida campaña en la que vinculaba a los inmigrantes y refugiados con el terrorismo y la delincuencia.
Los colegios electorales cerraron19.00 hora local (17.00 GMT), después de que tuvieran la oportunidad de votar 8.272.625 ciudadanos. El voto consistía en responder con un "sí" o un "no" a la pregunta: "¿Quiere que la UE disponga, sin el consentimiento del Parlamento (de Hungría) sobre el asentamiento obligatorio de ciudadanos no húngaros en Hungría?".
La oposición pide dimitir a Orbán, que anuncia una enmienda constitucional
A pesar de la baja participación, Viktor Orbán ha calificado de "magnífico" el resultado del referéndum y ha adelantado que presentará una enmienda constitucional "para registrar la voluntad de la gente".
Sin embargo, ex primer ministro socialdemócrata Ferenc Gyurcsány no está de acuerdo y ha declarado que "después de una derrota como esta en un país normal y democrático el primer ministro debería dimitir".
El partido de Orbán sólo pudo contar con el apoyo de la formación ultraderechista Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik), que llamó a sus partidarios a votar por el "no".
Aun así, el presidente del Jobbik, Gabor Vona, opinó que, si el referéndum no es válido, "Orbán, tal como hizo David Cameron (ex primer británico que dimitió tras el referéndum del "Brexit"), debería dimitir".
El referéndum y la campaña del Gobierno recibió críticas desde el interior y el exterior del país por ser considerados como una forma de criminalizar a los refugiados.
La oposición de izquierda y numerosas ONG habían llamado a boicotear la consulta o emitir votos nulos que no legitimasen el referendo.
Política de solidaridad frente a la del miedo
Precisamente este viernes miles de personas se manifestaron en las calles de Budapest para protestar contra la política migratoria de Orbán, al que exigen una política más humana hacia aquellos que huyen de dictaduras y guerras.
Uno de los elementos fundamentales de la campaña gubernamental a favor del "no" ha sido apelar al miedo, al vincular a los refugiados con el terrorismo, la criminalidad y el islamismo radical.
Hace un año Hungría erigió vallas en sus fronteras meridionales para detener a los miles de refugiados que cruzaban su territorio en dirección al norte de Europa y ha introducido leyes que castigan la entrada ilegal en el país con hasta 5 años de cárcel.