Renoir intima con el Thyssen
- El museo acoge una exposición de 78 obras del pintor impresionista
- "Es el impresionista más interesado en la figura humana", dice Guillermo Solana, director del Thyssen
- El director y comisario de la muestra comenta algunas obras más importantes
Pierre Auguste Renoir fue rechazado por la crítica y público en su juventud y triunfó en la segunda mitad de su vida. Tras su muerte, fue reconocido como pionero del arte moderno hasta que su figura fue declinando por antimoderna. Pero nunca le ha abandonado el público porque, más que ningún otro impresionista, fue el pintor de la alegría de vivir y de la celebración de la pintura por la pintura.
Por eso, el Museo Thyssen de Madrid acoge ‘Renoir íntimo’, su mayor exhibición de Renoir con 78 obras procedentes de museos u colecciones de todo el mundo, como el Marmottan Monet de París, el Art Institute de Chicago, el Museo Pushkin de Moscú, el J. Paul Getty de Los Ángeles, la National Gallery de Londres o el Metropolitan de Nueva York.
Comisionada por el director de la pinacoteca, Guillermo Solana, la exposición se centra en el rasgo que más diferenciaba a Renoir dentro del movimiento impresionista. “Es de los impresionistas más interesados en la figura humana. Es el centro de su obra”, afirma Solana en una entrevista para RTVE.es. “Él decía: soy un pintor de figuras humanas”.
Era antiintelectual, con tendencia a feminizar e infantilizar las figuras, ecléctico en su paleta y factura. Al contrario que la mayoría de sus compañeros de grupo, no tuvo la vida resuelta desde la cuna. Fue el gran amigo de la mayoría de ellos y, junto a Monet, el mayor exponente de que, al menos una vez, la revolución fue alegre y colorista.
Guillermo Solana comenta algunos de los cuadros más importantes de la exposición:
Lo público y lo privado
"Un cuadro muy importante del J. Paul Getty de Los Ángeles. La Grenouillère era un lugar de esparcimiento que Renoir y Monet pintaban. Como en un relato de Guy de Maupassant, las parejas se retiran de la zona publica y se van entre los arbustos. Aquí, una pareja que se ha separado de la multitud y se va a la espesura. Es el génesis de la intimidad."
"Es una de las joyas de la exposición. Es un triángulo con el tema de lo galante. Es un ejemplo fantástico de la inclusión del espectador: somos invitados y atraídos a formar parte de la escena que está preparada para recibir a otro comensal".
"Su estilo ha cambiado, pero para atrás. En 1879 la pintura había llegado a un gran grado de disolución, pero el trata de recomponer su estilo, de pintar de manera más conservadora. El impresionismo es en este cuadro un recurso más: el fondo, el tratamiento de alguna materia. Dibuja con más precisión de lo que lo hubiera hecho Monet."
Retratos de encargo
“Si no se entiende que Renoir era el único impresionista de extracción humilde, no se entiende nada. En 1877 tiene lugar la tercera exposición impresionista y es la última vez que manda sus pinturas. Está harto de la reputación de los impresionistas y de no vender nada. Necesita éxito comercial y social. Degas no necesitaba venderé, para Renoir era una obligación. El único camino hacia el éxito comercial es el retrato. Y lo consigue, aunque Pissarro, con ironía malintencionada lo tachó de ‘retratista eminente’”.
“Lo que más intriga de este retrato es por qué exhibe su pecho cuando el niño tiene ya tres años. Es porque a Renoir le gustaba el pecho femenino. Era un fetichista de muchos aspectos: el pecho, la cabellera o los sombreros.”
Paisajes
“Cuando uno es retratista, eso fatiga mucho. El paisaje fue su gran vía de escape ante la responsabilidad y tensión del retrato. Los pintaba para sí mismo, por placer”.
La intimidad familar
“Debido a la enfermedad, la artritis reumatoide, cada vez se recluye más en casa y pinta a su familia: Aline, su mujer; Gabrielle, su gran apoyo; y sus hijos. Aquí está Jean (el cineasta Jean Renoir), que ha conseguido que su padre le pinte como una persona mayor. Posa como El príncipe Baltasar Carlos cazador, de Velázquez. Pocos pintores fueron tan significativos para él como Velázquez y adoraba todos sus cuadros de El Prado”.
“Pese a que ya tiene 15 años, le pinta con rasgos infantiles. Junto a la feminización, hay una infantilización de las figuras en Renoir, que tiene mucho que ver con la pintura Rococó, de Fragonard por ejemplo”.
Bañistas
“Lo más característico de los desnudos de Renoir es que iban a contrapelo del impresionismo y la modernidad. Es casi el único impresionista que pintaba desnudos, no era un tema del movimiento porque estaba asociado a lo académico. Renoir crea y e inventa de la nada”.
“Los desnudos es el lugar de su reconciliación, tras haberse alejado, con los maestros antiguos. Son desnudos desproporcionados, colosales, de torsos adolescentes y muslos titánicos. Miguel Ángel y Tiziano están aquí, se interpretaron como un regreso al clasicismo, pero luego interesaron a Matisse o Picasso”.