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Dani Rovira: "En '100 metros' ha habido momentos mágicos que nunca había vivido como actor"

  • La película es la historia real de Ramón Arroyo, enfermo de esclerósis múltiple
  • "Es más que una película... es un canto a la vida", dice el actor a RTVE.es
  • En cines el día 4, con Karra Elejalde y Alexandra Jiménez, dirige Marcel Barrena
  • Vídeo en exclusiva: Así se hizo 100 metros

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Así se hizo '100 metros', la nueva película de Dani Rovira

Con 32 años a Ramón Arroyo, un joven con todo el futuro por delante, le diagnosticaron esclerosis múltiple (EM), una enfermedad neurodegenerativa, crónica e incurable, y, cuando preguntó si cuidarse y hacer ejercicio le podría ayudar, los médicos le dijeron que, aparte de ser inútil, ni siquiera iba a poder correr 200 metros. Once años después, Arroyo completaba un Ironman, la prueba de triatlón más exigente del mundo, consistente en nadar 3,8 kilómetros en aguas abiertas, pedalear 180 kilómetros en bicicleta y correr una maratón de 42,2 kilómetros en menos de 17 horas. Una prueba de máxima exigencia física al alcance de muy pocas personas sanas, y que solo han conseguido completar cuatro enfermos de EM, uno de ellos Ramón.

RTVE.es estrena el tráiler de '100 metros', con Dani Rovira

Esta increíble historia real de superación personal llega este 4 de noviembre a la gran pantalla en 100 metros, una película, que cuenta con la participación de RTVE, dirigida por Marcel Barrena y protagonizada por Dani Rovira, además de Alexandra Jiménez (que interpreta a Inma, la mujer de Arroyo), Karra Elejalde, María Medeiros y David Verdaguer, entre otros. El actor malagueño se mete en la piel de Ramón Arroyo, que ha estado implicado personalmente desde el primer minuto en este proyecto que pretende dar a conocer, con "sus luces y sus sombras", una enfermedad que es una gran desconocida pese a que la sufren de 50.000 a 60.000 personas en España.

"Más allá de la taquilla que haga, de las críticas y demás, me gustaría creer que 100 metros es más que una película. Es de estas películas que salen muy de vez en cuando, que tocan un punto que es necesario, que denuncia, que anima... es un canto a la vida; una de esas cintas que trata de temas duros desde un positivismo real, no desde el 'happy flowers'. Si esta película ayuda a seguir adelante a gente con enfermedades degenerativas, o que no las tiene pero que se ven reflejadas, sí que creo que es algo más, porque te mueve muchas cosas por dentro, te resitúa, te rasca", explica en una entrevista con RTVE.es Rovira, quien está "muy muy orgulloso" de pertenecer a este proyecto.

La enfermedad de las mil caras

El cómico confiesa que antes de embarcarse en este proyecto sabía "muy poquito" sobre la esclerosis múltiple, una enfermedad "muy 'hija puta' porque se camufla y puedes pasar dos años súper bien pero al tercero puedes estar como el culo". Por esa razón, y porque se manifiesta de muy distintas maneras, se la conoce como 'la enfermedad de las mil caras', con síntomas como fatiga, trastornos visuales o del habla, problemas de equilibrio y coordinación, alteraciones de la sensibilidad, problemas de vejiga e intestinales, de sexualidad..., y requiere de un tratamiento médico permanente que no la cura pero ayuda a combatir los síntomas y frenar su desarrollo.

Rovira llegó a este proyecto a través de Karra Elejalde, que ya había aterrizado en él y que propuso a su amigo y compañero de reparto de la saga Ocho apellidos como protagonista. En 100 metros ambos vuelven a hacer de yerno y suegro pues el actor vasco da vida a Manolo, el padre en la ficción de Alexandra Jiménez, un viejo gruñón que se pasa la vida discutiendo con su yerno y que se acaba convirtiendo en su entrenador personal con unas técnicas un tanto peculiares que Ramón usará para luchar contra sus limitaciones, demostrándole al mundo que rendirse nunca es una opción.

El actor, tras leerse el "maravilloso" guion que durante dos años había estado escribiendo Marcel Barrena, quedó con este a comer y al café ya se unió Ramón Arroyo. Desde ese primer minuto, en el que hicieron "muy buenas migas", la colaboración del personaje real y el intérprete fue "plena".

"Yo había visto tres veces Informe Robinson -el programa deportivo había contado la historia de Ramón Arroyo- y para mí verle por primera vez fue como cuando ves a alguien que admiras y que ves por la tele, y creo que a él le pasó lo mismo… Desde ahí nos dijimos las cosas muy claras: 'Ramón, yo necesito pasar muchas horas contigo, entrenar juntos, ir a tu casa, dar paseos, quedar para comer, con tu familia… porque yo lo que necesito no es tanto un trabajo de mimetización de tu persona, sino conocer tu enfermedad y ver cómo eres tú con esa enfermedad, desde la manera de andar a la de pensar, hasta sexualmente… a todos los niveles'. Y él me contestó 'pregúntame todo lo que quieras, que no voy a tener ningún pudor, porque yo lo que quiero es que esta enfermedad se conozca, con sus luces y sus sombras'. Ha sido muy muy generoso, hasta el punto de que nos hemos hecho bastante amigos", rememora Dani Rovira, que añade que a ambos les unió también el amor por el deporte. "Es una de esas personitas que de repente se ha colado en mi vida y yo en la suya. Es bonito", añade con una sonrisa de felicidad.

"Me he implicado mucho"

El cómico, que se enfrenta a su primer papel plenamente dramático, reconoce que meterse en la piel de Ramón Arroyo ha sido "más duro de lo esperado" porque se ha "implicado mucho". Y pone el ejemplo de que ambos se habían puesto el objetivo de hacer juntos en mayo pasado, dos meses después del rodaje, el 'Medio Ironman' de Calella (Barcelona), pero "a Ramón le dio un plantón la esclerosis múltiple" -tuvo lo que se conoce como un brote de la enfermedad- y no pudo hacerla. "Ahí te das cuenta de que a un amigo le está pasando algo. Claro que te implicas", explica Rovira, que sí que completó el triatlón y pudo valorar aún más la hazaña de su amigo.

"En el rodaje hubo momentos muy mágicos, que no me habían pasado nunca como actor ni nada, donde llegué a empatizar tanto con Ramón que creo que simpaticé. Hay escenas, como en la que le pido ayuda a mi mujer para darme el primer pinchazo [de la medicación] que, estábamos tan dentro de la historia y de nuestros personajes, que yo llegué a sentir el miedo de si eso me pasara a mí y de si ese iba a ser el primer pinchazo de miles para el resto de mi vida de un medicamento que me va a salvar pero a la vez me va a dejar hecho polvo… Ha habido momentos en la película en los que he sentido ese miedo, esa incertidumbre, esa impotencia… Me he implicado, mucho", señala el protagonista de 100 metros, que tiene pendiente ahora desarrollar juntos distintos proyectos solidarios a través de las fundaciones que están creando tanto él -junto a Clara Lago- como Ramón Arroyo, a quien define como "un luchador nato", "un toro bravo" y ese tipo de persona que "mola tener cerca porque te enseña y te motiva".

El actor malagueño confiesa que no le ha costado cambiar al registro dramático porque en la película "todo ha fluido", tanto el guion como el trabajo con el director y los actores, para quienes no tiene nada más que alabanzas, a la vez que se confiesa "enamorado" de Karra Elejalde y de Alexandra Jiménez. "Me he sentido muy cómodo y muy a gusto haciendo esta película. El drama es difícil cuando no está bien hecho, no está bien escrito o no te lo crees, o cuando quieres forzar… pero cuando está ahí, es que lo ves…Para no entrar en esas emociones tienes que ser un témpano. A mí había secuencias en las que me costaba contenerme, ¡fíjate!, a veces era por exceso. Todo lo que se ve creo que es muy verdad por parte de todos", subraya Rovira, que borda su papel, igual que sus compañeros de reparto.

De Elejalde, con el que ha culminado su affaire en esta tercera película juntos y ha logrado una "conexión muy especial", Rovira mantiene que es el "mejor actor de España" y está dotado de "gran talento para la comedia, para el drama y para la verdad". "Una vez le hice llorar porque en una entrevista dije que para mí Karra es el mejor juguete que he tenido nunca. Es hiperactivo y superdotado y le gusta mucho el humor surrealista y no encuentra a nadie con quien poder jugar. Creo que es el compañero con el que mejor juego delante de la cámara, porque no nos podemos olvidar que esto del cine y actuar es, en definitiva, jugar, y nunca he jugado tan a gusto con nadie como con Karra, me parece el mejor juguete, juego o compañero y estoy loco por volver a jugar con él porque es un gozo", revela.

Esa sintonía también la ha conseguido con Alexandra Jiménez, de la que dice que es "muy auténtica" y "una de las mejores actrices de España", además de "muy generosa" como compañera.

La EM tratada "con mucha dignidad"

En la película de Marcel Barrena, la esclerosis múltiple ni se dramatiza gratuitamente ni se frivoliza, sino que se trata "con mucha dignidad", como afirma Rovira, que añade que hay ciertos "momentos muy naif, que son buscados". Y, ciertatemte, estas escenas aportan un toque de humor necesario para aliviar el drama en determinados momentos, lo que Marcel Barrena realiza con una maestría que parece imposible para un director novel -es su primer largometraje tras su multipremiado documental Món petit (Mundo pequeño), sobre Albert Casals, un joven que recorre el mundo en silla de ruedas y sin dinero-.

"Marcel ha hecho lo que ha querido hacer y ha sido muy fácil currar con él. Es de esos directores que ya bebo los vientos por él. Podemos decir que es su ópera prima y ¡mira lo que ha hecho! Creo que es una persona a la que no le gusta cualquier cosa, que no hace una película de una historia baladí. Ha encontrado su veta y su vocación, que es contar historias que te toquen muy dentro", dice el protagonista sobre su director.

Dar visibilidad a una enfermedad oculta

El intérprete reconoce lo difícil que es que muchos enfermos de EM "salgan del armario" porque eso les puede suponer perder un trabajo o una pareja con la que se esté empezando una relación o que la gente les "mire de forma extraña", pero confía en que 100 metros pueda dar visibilidad a una enfermedad oculta "porque el desconocimiento a veces es lo que más daño hace". También pediría a la Administración que sea "consciente de la complejidad de esta enfermedad", en lo que respecta al tema de las bajas laborales, y sepan que una persona que la padece "hay cosas que puede hacer y cosas que no" y les "echen una mano", a la vez que demanda "comprensión y apoyo" tanto para los enfermos como para sus familias.

Rovira también recomienda a los diagnosticados de EM hacer terapia y "aprender a asumir" la enfermedad. "Con la esclerosis múltiple puede haber distintos discursos a la hora de afrontarla. En la película se hacen distintas definiciones, como que es una compañera mala de baile que no te queda más remedio que bailar con ella e intentar que te pise lo menos posible. Ramón muchas veces me hace la metáfora de que la EM es una señora vestida de negro que siempre está ahí, siempre, y tú estás con tu mujer en la cama y ella está ahí, puede molestar o no, pero está ahí, te vas de viaje con los niños y siempre está ahí; es asumir que va a estar ahí… Y Bruno Bergonzini, uno de los actores que padece la enfermedad también en la vida real, dice que no se puede luchar contra la EM, sino con ella".

"La aceptación es uno de los pasos para esta enfermedad y para todo lo que te pasa en la vida", subraya Rovira, que recuerda que Ramón Arroyo, una vez asumida la EM, se puso como reto de superación culminar un Iroman. Su lema era, y es, 'rendirse no es una opción'. "Un lemazo", concluye el malagueño.

"Por una buena causa seremos capaces de prostituirnos"

Dani Rovira y Clara Lago, una de las parejas más mediáticas de España, están dispuestos a aprovecharse de ello por una buena causa. Implicados ambos en múltiples proyectos solidarios desde hace años, están ahora en plenos trámites burocráticos de creación de una Fundación para encauzar sus causas solidarias y aprovecharse de las ventajas fiscales, "para que Hacienda se lleve menos dinero y poder invertir más en esos proyectos", y de su popularidad como "pareja de moda". "Esto nace de nuestra necesidad de aportarle a la vida lo que la vida nos está aportando a nosotros. Y creo que es muy positivo que hagamos una Fundación, a nivel fiscal porque son todo ventajas, y también porque si somos la pareja de moda, que todo el mundo nos quiere tener juntos y aprovecharse y lucrarse del fenómeno Ocho apellidos y del fenómeno Clara-Dani, decimos 'vale, pero ahora lo vamos a hacer a través de la Fundación'. Y por una buena causa seremos capaces de prostituirnos todo lo que quieran, por otras no", afirma el cómico. La Fundación podría estar constituida para diciembre o enero y, además de las galas solidarias que cada Navidad realiza Rovira en el Teatro Alameda de su Málaga natal en beneficio de una decena de ONGs, organizar una marcha en bicicleta desde Barcelona a Roma para recaudar fondos para la investigación del Síndrome de Rett.