Último asalto: marcados por los ataques personales, Clinton y Trump pelean su tercer debate televisado
- Clinton arrastra la crisis de los emails y Trump los escándalos sexuales
- Sigue el debate en directo: en RTVE.es a partir de las 3.00 de este noche
- Primer debate presidencial: empiezan los trapos sucios
- Segundo debate presidencial: mujeres y emails confidenciales, capítulo I
- Especial Elecciones EE.UU. 2016
A solo 20 días de los comicios presidenciales en Estados Unidos, Hillary Clinton y Donald Trump, candidatos demócrata y republicano respectivamente, disparan la madrugada de este jueves una bala decisiva en su último duelo televisado.
Desde la Universidad de Nevada en Las Vegas y moderado por el periodista Chris Wallace de la Fox, el tercer y último debate podrá verse a partir de las 3.00 de este noche, en directo desde el Canal 24H en RTVE.es. El encuentro seguirá el mismo formato que el primero, celebrado en Nueva York. In situ, tan solo estudiantes de la institución académica podrán asistir como público.
Los contendientes, considerados los más impopulares de las últimas décadas, llegan al debate con una pesada mochila. Clinton, marcada por su salud renqueante y el estigma de sus emails secretos. Trump, asediado por las acusaciones de acoso sexual y repudiado por las cabezas de su propio partido tras airearse un vídeo de comentarios machistas y libidinosos. Lastre personal y munición mútua para el enemigo.
A pocas horas del combate dialéctico, la intención de voto apoya Clinton por diferencias entre 2 y 9 puntos porcentuales. Así lo reflejan las últimas encuestas, publicadas por la web especializada RealClearPolitics.
Espectáculo o política, disyuntiva ante la cámara
Cualquier cebo es bueno en la hipermediática sociedad estadounidense para rascar un voto. Pendientes del show, sí, pero también concienciados con la trascendencia del trabajo que un líder político debe llevar a cabo. Ambos puntos de vista, han deparado argumentos en la campaña.
La incompetencia de un neófito Trump, la endeble salud de una Hillary que se desmaya o el escándalo no resuelto del correo electrónico de la candidata demócrata, secretos de Estado al albur de su servidor informático personal.
Con más ruido ha irrumpido el vídeo de Trump afirmando que puede agarrar a la mujer que desee por sus genitales y la cascada consiguiente, de denuncias por acoso sexual. La última polémica: otro vídeo, con cámara oculta, en el que miembros de la campaña de Clinton proponen provocar a los seguidores de Trump para que reaccionen con violencia.
La deserción masiva de apoyos a Trump en su propio partido tras los escándalos no ha golpeado con especial contundencia. Y eso que la cabeza visible, el intachable Paul Ryan, ha verbalizado con claridad su rechazo. Los presuntos vínculos de Clinton, los Clinton, con un establishment que monopoliza la riqueza siguen en boca de Trump y en la conciencia colectiva; Hillary no es simpática. Pero ahí están las encuestas. Nada está claro en definitiva.
La tensa campaña ha polarizado a las masas de votantes afines a cada candidato. Redimir al "diabólico" Trump, adulador del "diabólico" Putin, será para sus detractores tan difícil como dar una oportunidad a la corrupta Hillary, amiga de los ricos y traidora al "americano profundo", blanco, iletrado y víctima del denostado establishment.
Primeros asaltos: de las dudas sobre la capacidad a la amenaza de cárcel
El primer debate entre los candidatos a la Casa Blanca, celebrado en la Universidad de Hofstra, en Long Island, Nueva York, fue tenso y marcado por las constantes acusaciones que ambos aspirantes intercambiaron sobre sus respectivos pasados. También fue el debate presidencial más visto de la historia.
En ese primer pulso, la demócrata puso en duda los negocios del magnate e incluso le reprochó sus comentarios racistas y machistas, mientras que el republicano cuestionó la experiencia política de Clinton y ha recordado la polémica con sus correos electrónicos.
El segundo asalto, en la Universidad de Washington, en San Luis (Misuri), dejó multitud de acusaciones y una crispación en el ambiente más propia de un enfrentamiento bélico que de uno dialéctico. Los correos de Clinton y las afirmaciones machistas de Trump, abrieron la 'guerra' entre los candidatos. A diferencia del primero, varios ciudadanos pudieron preguntar a ambos candidatos sobre diversos temas de la política nacional e internacional.
Este debate era probablemente el más esperado de los últimos años debido a la polémica surgida tras la publicación de unas palabras de Trump en las que aseguraba que podía hacer lo que quisiera con las mujeres por ser "un famoso". Pero por si no fuera poco, apenas una hora antes del comienzo del cara a cara, el candidato conservador participó, por sorpresa, en una rueda de prensa junto a tres mujeres que denunciaron abusos sexuales por parte de Bill Clinton.