Descubren en Jerusalén huellas de la toma de la ciudad por el emperador romano Tito
- Los romanos tomaron la ciudad santa en el año 70 tras asaltar la tercera muralla
- La excavación alumbra los restos de una torre que formaba parte de la muralla
- En su fachada hay marcas de los proyectiles que los romanos dispararon desde sus catapultas
Israel ha anunciado el descubrimiento de restos de la batalla tras la cual las huestes del emperador romano Tito tomaron la ciudad de Jerusalén, tras asaltar la conocida como tercera muralla que rodeaba la ciudad santa, en el año 70.
La Autoridad de Antigüedades de Israel ha presentado lo que ha descrito como "impresionante y fascinante evidencia del campo de batalla y la ruptura de la tercera muralla que rodeaba Jerusalén", descubierta en 2015 durante unas excavaciones para llevar a cabo la construcción de un edificio en lo que hoy es el centro de la parte oeste de la ciudad.
La excavación arqueológica ha descubierto los restos de una torre que formaba parte de la muralla durante la época denominada por el judaísmo del Segundo Templo (entre los años 530 a.C. y 70 d.C.), cuya fachada occidental muestra "marcas de los proyectiles que los romanos dispararon desde sus catapultas a la guardia judía que defendía la muralla", ha señalado ese organismo en un comunicado.
"Es un testimonio fascinante del bombardeo intensivo del ejército romano, encabezado por Tito en su camino para conquistar la ciudad y destruir el Segundo Templo", han explicado en la nota los directores de la excavación, Rina Avner y Kfir Arbib.
"El bombardeo tenía como objetivo atacar a los centinelas que guardaban la ciudad y ofrecer protección para que las fuerzas romanas pudieran acercarse a las murallas con arietes para romper sus defensas", han detallado los arqueólogos.
Según el historiador romano de origen judío Flavio Josefo, la muralla se diseñó para proteger un nuevo barrio de la ciudad que se había desarrollado fuera de la ciudadela amurallada, al norte de las dos barreras que existían y fue comenzada por Agripa I, que suspendió su construcción para mostrar lealtad al emperador Claudio, lo que impidió que se acabase hasta dos décadas más tarde.
El reciente hallazgo en sus muros será presentado la próxima semana en la conferencia Nuevos estudios de arqueología de Jerusalén y su religión en la Universidad Hebrea de Jerusalén.