Javier Fernández rechaza la abstención mínima que piden los barones 'sanchistas': "No cabe debate"
- Ocho barones reclaman que solo se abstengan 11 diputados en la investidura
- El presidente de la gestora asegura que el acuerdo del Comité "fue claro y firme"
- Un parlamentario socialista solo puede ser expulsado por un Comité Federal
El presidente de la Comisión Gestora del PSOE, Javier Fernández, ha rechazado este lunes la solicitud de una abstención mínima de 11 diputados que le trasladaron por carta ocho secretarios generales autonómicos, porque "dada la firmeza del acuerdo adoptado" por el Comité Federal, "no cabe debate alguno sobre su eventual modificación".
Según informaron a Servimedia fuentes socialistas, Fernández ya ha contestado, también por carta, a la propuesta de estos barones, recordándoles a que el Comité Federal del domingo adoptó, tras un largo debate, un acuerdo claro y firme que aprobó la abstención en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy, que ya se ha trasladado al grupo parlamentario.
Según el presidente de la Gestora, "dada la firmeza del acuerdo adoptado, no cabe debate alguno sobre su eventual modificación por parte de los secretarios generales".
La actual dirección del PSOE ha rechazado así la solicitud realizada por Idioa Mendia (PSE), Francina Armengol (Baleares), César Luena (La Rioja), Luis Tudanca (Castilla y León), Rafael González Tovar (Murcia), Manuel Hernández Peinado (Ceuta), Sara Hernández (Madrid) y María Chivite (Navarra).
De los barones partidarios del "no", solo faltaban Miquel Iceta (PSC), Eva Díaz Tezanos y las presidentas de las gestoras que dirigen el PSdeG (Pilar Cancela) y el PSOE de Meililla (Gloria Rojas).
Los ocho barones pedían una abstención mínima de 11 diputados
La misiva, enviada desde Valladolid, solicitaba a Fernández que, "la abstención ante la investidura de Mariano Rajoy sea de hecho una abstención técnica; es decir, con el número indispensable de diputados pero sin que la totalidad del grupo deba expresarse en el mismo sentido".
Declarándose "conscientes de la dificultad de esta situación", los firmantes dicen querer "ayudar a superarla con el menor coste para el PSOE". Alegan que se ha de tener en cuenta la dimisión de Sánchez, las asambleas en las que los militantes están expresando su rechazo a la investidura y que la votación del Comité Federal aprobó la abstención con un 40% de votos en contra.
"Estos tres argumentos dan buena muestra de la fuerte tensión a la que se ha visto sometida nuestra organización con este cambio de posición y la división que dicho cambio está generando en el seno del partido", prosigue la carta, que admite que "quienes han defendido la abstención lo han hecho (...) aclarando que dicha abstención no supone, en ningún caso, un acuerdo de legislatura ni un acercamiento al Partido Popular", sino "como un mal menor para evitar terceras elecciones, y para eso no es necesario que todo el grupo socialista se abstenga".
Para estos ocho barones, "la abstención, que algunos han denominado técnica, de un número suficiente de diputados, sin que sea la totalidad del grupo, reforzaría el sentido político de nuestra acción". La carta terminaba apelando al "buen criterio" de Fernández y pidiéndole una reunión urgente de los secretarios generales para debatir esta cuestión.
Un parlamentario socialista solo podría ser expulsado por el Comité Federal
Sólo un Comité Federal del PSOE, con el orden del día establecido de antemano, tiene potestad para expulsar del Grupo Parlamentario Socialista a los diputados o senadores en los que aprecie una conducta "grave" en el incumplimiento de la disciplina de voto.
Así lo refleja el artículo 6 de la Normativa Reguladora de los Cargos Públicos del PSOE, consultada por Servimedia, que empieza puntualizando que "en todos los casos, los miembros del Grupo Parlamentario Federal del PSOE están sujetos a la unidad de actuación y disciplina de voto".
"Si no la respetasen", continúa, "el grupo parlamentario y la Comisión Ejecutiva Federal podrían denunciar su conducta al Comité Federal. Si la actuación originada por el miembro del grupo se estimase grave por el Comité Federal, éste tendría facultades para proceder a darle de baja en el grupo parlamentario".
Es decir, tendría que reunirse el Comité Federal para aprobar esta decisión, y no bastaría una decisión de la Ejecutiva o, en este caso, la Gestora. El Comité redactaría un expediente y lo enviaría a la Comisión Federal de Etica y Garantías para dictar las resoluciones a adoptar.
El grupo parlamentario, como tal, sólo tiene prevista una sanción máxima de 600 euros a los diputados que se ausenten de una votación, la misma que si rompen la disciplina de voto. Su reglamento no contempla la expulsión de diputados.