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Al menos cuatro muertos en una protesta contra los cascos azules en República Centroafricana

  • Los manifestantes pedían la retirada de las fuerzas de paz de la ONU del país
  • Se han producido enfrentamientos entre grupos armados y los cascos azules
  • La misión de la ONU ha sido muy criticada por los casos de abusos sexuales

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Imagen de archivo del pasado enero de una patrulla de cascos azules en Bangui, capital de la República Centroafricana.
Imagen de archivo del pasado enero de una patrulla de cascos azules en Bangui, capital de la República Centroafricana.

Al menos cuatro personas han muerto y más de una docena han resultado heridas durante los choques violentos vividos este lunes en la capital de la República Centroafricana durante una protesta para exigir la retirada de los cascos azules de la misión de la ONU en el país (MINUSCA). Bangui ha vivido una jornada caótica, en la que se han registrado numerosos enfrentamientos entre grupos armados y los soldados de Naciones Unidas.

Los organizadores de la protesta acusan a los cascos azules de disparar para intentar que se retirasen las barricadas que se habían levantado en las calles de la capital. Sin embargo, el portavoz de la MINUSCA, Vladimir Monteiro, ha negado estas acusaciones y ha asegurado que los soldados solamente utilizaron gas lacrimógeno.  "No hemos disparado contra civiles, hemos intervenido para retirar las barricadas levantadas por algunos manifestantes que iban armados", ha afirmado.

Las cifras sobre cuántas víctimas se han producido en los enfrentamientos todavía no son claras. Mientras que AFP apunta que son cuatro los fallecidos, fuentes hospitalarias citadas por Efe aseguran que al menos ocho habrían fallecido.

El portavoz del Gobierno, Théodore Jousso, ha asegurado que ya han abierto una investigación para esclarecer lo sucedido, aunque ha sugerido que la única intención de los manifestantes es desestabilizar el país.

Piden la retirada de las fuerzas de paz de la ONU

La protesta fue convocada por varias organizaciones de la sociedad civil, que reclaman la retirada de las fuerzas de paz de la ONU porque "suponen un peligro debido a su ineficacia y a la complicidad con los grupos armados".

Naciones Unidas tiene desplegados en la República Centroafricana cerca de 13.000 agentes (más de 10.000 militares y más de 2.000 policías) con el fin de ayudar a estabilizar la situación del país tras años de conflicto armado.  Sin embargo, la misión, que ha sido prolongada recientemente hasta noviembre de 2017, ha sido criticada duramente por los repetidos abusos sexuales, en muchos casos a menores, supuestamente cometidos por los cascos azules.

En los últimos meses, la situación de seguridad ha empeorado y se ha producido un repunte de los incidentes violentos tanto en la capital como en el resto del país, y especialmente en el norte, donde hay grandes zonas controladas por milicias.

El país vive un complicado proceso de transición desde que en 2013 los exrebeldes Séléka derrocaran al presidente François Bozizé, desatando una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos que ha causado miles de muertos y ha obligado a cerca de un millón de personas a abandonar sus hogares.

La elección de Faustin Archange Touadéra como nuevo presidente en febrero de este año debía abrir una nueva etapa para República Centroafricana que, sin embargo, todavía tiene muchos problemas para controlar a los grupos rebeldes en zonas alejadas de la capital.