Rajoy ofrecerá diálogo en su discurso de investidura para lograr un gobierno estable
- Este miércoles a las 18.00 horas, Rajoy abre la investidura con su discurso
- En su intervención, apelará al acuerdo con todas las fuerzas parlamentarias
- La gran incógnita es si todos los diputados socialistas se abstendrán
El jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, ofrecerá este miércoles en la primera sesión de su segundo debate de investidura una disposición plena al diálogo y al acuerdo con todos los grupos parlamentarios para hacer posible un gobierno estable y duradero. El candidato del PP fracasó en su primer intento el pasado agosto, pero en esta ocasión cuenta con la certeza de que será reelegido presidente tras la decisión del PSOE de abstenerse en la segunda votación.
El debate comenzará a las seis de la tarde con el discurso de Rajoy, que explicará sin límite de tiempo las líneas maestras de su programa de Gobierno. Un Gobierno que espera que dure cuatro años, tal y como ha asegurado este martes en su comparecencia tras la reunión en la que el Rey le ha encargado que intente su investidura.
La sesión continuará este jueves con las intervenciones de los portavoces de los grupos parlamentarios de mayor a menor, comenzando por Antonio Hernando, del PSOE. No obstante, todavía está por determinar cuándo tendrá lugar la primera votación, en la que necesita mayoría absoluta, y la segunda, en la que ya sólo requiere mayoría simple, 48 horas después de la primera. Estos detalles se abordarán este miércoles en la Junta de Portavoces.
La previsión es que la primera votación pueda celebrarse el jueves por la tarde, con lo que la segunda y definitiva, en la que Rajoy sería investido presidente del Gobierno, sería ya el sábado.
La gran incógnita: qué harán los diputados del PSOE
La gran incógnita que plantea esta nueva sesión de investidura, la tercera de este año, será saber qué hará el conjunto de los diputados del PSOE, después de que un buen número de ellos ya haya anunciado que seguirán votando "no" a Rajoy, con las consecuencias que ello puede tener en el seno del grupo socialista.
En cualquier caso, el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, ya ha adelantado que su partido se abstendrá en la segunda votación para facilitar la investidura de Rajoy pero que "en ningún caso" dará estabilidad al PP, ni se plantea apoyar los presupuestos del próximo año.
Fernández también ha asegurado que no está pensando en aplicar "medidas punitivas" a los diputados que rompan la disciplina de voto sino que lo que quiere es "persuadirlos" para que no tomen esa decisión. Poco antes de que comience la intervención de Rajoy, el grupo socialista se reunirá y la dirección insistirá en que deben acatar el mandato del Comité Federal y abstenerse en la segunda votación.
En busca de un gobierno estable
Rajoy ya asumió días atrás, justo antes de que el Comité Federal del PSOE decidiera permitir la investidura mediante una abstención, que si acudía de nuevo al Congreso a pedir la confianza de la Cámara, en aras del acuerdo debería renunciar a parte del programa con el que el PP concurrió a los últimos comicios
Además, reconoció que debería adecuar a la nueva realidad el discurso que pronunció con motivo de su investidura fallida y que sustentó en el acuerdo de investidura al que había llegado con Ciudadanos y Coalición Canaria. En esta ocasión, según fuentes del Gobierno evitará argumentos "especialmente hirientes" hacia el PSOE y reconocerá a este partido su decisión final de permitir que haya gobierno.
Pero insistirá en que le habría gustado que prosperara la propuesta que planteó al día siguiente de las elecciones del 20 de diciembre consistente en un gobierno de coalición. Sin embargo y ya que la única vía para que la legislatura tenga recorrido es que haya un gobierno en minoría, tenderá la mano para que no sólo se permita su investidura, sino para acordar las grandes decisiones que el país deberá afrontar en los próximos meses.
El primer gran examen serán los presupuestos
El primer gran examen serán los presupuestos del Estado para el próximo año, un proyecto de ley que Rajoy considera clave no sólo para medir la disposición al pacto de otros grupos, sino por lo que suponen para cumplir con los compromisos con Bruselas.
Durante su discurso, no cerrará la puerta a pactar con ningún grupo y, de hecho, se espera que pueda hacer algún guiño a partidos que, como el PNV, votarán en contra de su investidura porque es consciente de que puede ser trascendente en muchas iniciativas. Sin embargo, no cederá un ápice en su rechazo frontal a las aspiraciones de las formaciones que abogan por la independencia de Cataluña.
Apartado especial dedicará a la política económica, donde situará el empleo como objetivo clave y con el deseo de lograr que en cuatro años España cuente con veinte millones de personas trabajando.
La apelación al acuerdo ante la nueva financiación autonómica, el futuro de las pensiones o la educación formará parte también del discurso de investidura de Rajoy, quien, previsiblemente, reiterará su disposición a consensuar todas las medidas que sean necesarias para fortalecer la lucha contra la corrupción.
Sin embargo, de momento no quiere ponerse en la situación de que la mayoría de grupos del Congreso planteen la derogación de algunas medidas como la LOMCE, la reforma laboral o la denominada "ley mordaza".