Los relojes se han atrasado una hora este domingo en pleno debate sobre el cambio de horario
- Durante la madrugada de este domingo, a las 3.00 han vuelto a ser las 2.00
- Baleares y Comunidad Valenciana han pedido mantener el horario de verano
- Ambas comunidades argumentan beneficios sociales y económicos
Los relojes se han atrasado este domingo 30 de octubre una hora con la entrada en España del horario de invierno: a las 3.00 han sido atrasados a las 2.00, en cumplimiento de la Directiva Comunitaria que rige el cambio de hora y que afecta a todos los países miembros de la UE. En Canarias el cambio se ha registrado a las 2.00, que ha pasado a ser la 1.00.
El cambio horario se produce pocos días después de que dos comunidades autónomas, Baleares y BalearesComunidad Valenciana, hayan aprobado sendas declaraciones instando al Gobierno central a mantener en horario de verano.
Ambos parlamentos regionales han pedido por unanimidad no atrasar el reloj al considerar que las motivaciones industriales y políticas a las que obedece "están totalmente obsoletas" y consideran que mantener el horario de verano acarrearía beneficios sociales y económicos.
Entre los aspectos positivos que ambas comunidades han argumentado están la posibilidad de llevar a cabo actividades al aire libre, un aumento de las ventas para el pequeño y mediano comercio, el ahorro energético y la desestacionalización turística.
Sin embargo, parece difícil que estas peticiones puedan prosperar ya que la directiva europea que regula el cambio horario, incorporada al ordenamiento jurídico español desde 2002, es de obligado de cumplimiento a todos los países comunitarios.
El horario español no se corresponde con la geografía
Hay que tener en cuenta que el huso horario español no se corresponde con el que debería tener, según su posición geográfica, ya que el paso del meridiano de Greenwich (horario GMT) por territorio peninsular debería igualar nuestros relojes con los de Gran Bretaña (como sucede en Portugal y Canarias, por ejemplo).
No siempre fue así. En la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación alemana, Francia dejó de situarse en el huso horario de Reino Unido para adoptar el de otros países de la Europa continental y España adoptó una medida similar para alinearse. Aunque una orden dictada en 1940 por el general Francisco Franco establecía que en cualquier momento se restablecería el huso del meridiano de Greenwich, algo que no ha ocurrido.
En los últimos años han surgido iniciativas para que España recupere el horario GMT. Incluso en 2013 un informe de la Comisión de Igualdad del Congreso estudió esa posibilidad, aunque de momento no se ha adoptado ninguna medida al respecto.
Con el cambio del domingo, tres Estados miembros de la UE (el Reino Unido, Irlanda y Portugal) han regresado al horario GMT.
España, Austria, Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Luxemburgo, Malta, Polonia, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia y Holanda han situado sus relojes en GMT+1.
Costumbre generalizada desde 1974
El cambio de hora comenzó a generalizarse a partir de 1974, coincidiendo con la primera crisis del petróleo; aunque de forma desigual, algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y consumir menos energía. Una idea que ya había sido sugerida en el siglo XVIII por el científico y diplomático estadounidense Benjamin Franklin, quien pretendía así reducir el consumo de velas.
El cambio horario comenzó a aplicarse como directiva en la UE a partir de 1981 y, desde 2001, la medida se aplica con carácter indefinido los últimos domingos de marzo (cuando se adelanta la hora) y octubre (se atrasa).
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Entidad Pública Empresarial dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el ahorro en iluminación propiciado por el cambio durante los meses en los que éste ha tenido efectos, de marzo a octubre, podría haber alcanzado el 5%, equivalente a unos 300 millones de euros, aunque otros expertos no lo consideran demostrado.
De esa cantidad, 90 millones correspondería al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar, mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.