'No amanece jamás': un viaje interior al universo de Joaquín Sabina a través de sus letras
- Javier Menéndez Flores profundiza en la obra literaria del artista de Úbeda
- Un minucioso análisis de las canciones, los poemas y la obra escrita de Sabina
Es sabido que la obra de Joaquín Sabina es reconocida, ante todo, por la calidad de muchas de sus letras. Versos que han calado en varias generaciones de hispanoparlantes y que han convertido al cantautor de Úbeda en un clásico de la música en castellano a ambos lados del Atlántico.
Sin embargo, hasta la fecha nadie se había detenido a analizar en profundidad esta vasta obra literaria que conforman no solo las letras de sus canciones sino también sus poemas y su obra periodística.
Esta minuciosa tarea es la que lleva a cabo el periodista y escritor Javier Menéndez Flores con 'Sabina. No amanece jamás (Blume, 288 páginas, 29,90 euros), un libro que recorre con detalle el cancionero sabiniano, deteniéndose en los recursos literarios del autor jienense y en los temas universales de su obra.
No es la primera vez que Menéndez Flores, autor de una docena de libros de temática diversa, se acerca al universo de Sabina. En 2000 publicó Perdonen la tristeza, una obra que recorría la trayectoria vital y artística del cantautor desde sus inicios hasta el momento de su edición.
Seis años después llegó En carne viva, una larga conversación entre el periodista y el músico en la que repasaban los grandes temas en la vida del cantante.
Las letras, el gran capital de Sabina
Javier Menéndez Flores asegura a RTVE.es que con este Sabina. No amanece jamás pretende "cerrar el círculo". Para el autor, "el gran capital de Joaquín Sabina son sus letras". Por esa razón se ha lanzado a realizar "un análisis exhaustivo de las figuras literarias que emplea y de los temas de los que tratan sus canciones".
A diferencia de sus anteriores libros sobre Sabina, en esta ocasión Menéndez Flores ha dejado que sea el propio artista, a través de sus letras, quien nos muestre su interior. "Creo que todas las obras artísticas hablan de sus autores y en la de Joaquín apreciamos una serie de elementos que en él son recurrentes, una serie de fijaciones".
Una de los lugares comunes de este universo sabiniano es la noche, como desvela el propio título del libro, No amanece jamás, extraido de la letra de la canción "Negra noche" (1984, aparecida en el disco Ruleta rusa).
"Es una reivincidación de la noche como tema, como sacerdocio y creo que resume muy bien el universo de Sabina y que tiene que ver con esa parte más corsaria de Joaquín que todos conocemos", asegura Menéndez Flores, quien añade que el protagonista de su libro, "aparte de un espléndido artista, tiene una personalidad muy atractiva y llamativa, aunque lo que perdura de un personaje siempre es su obra".
Músico por casualidad
Aunque Sabina se ha hecho famoso a escala internacional gracias a sus canciones, Menéndez Flores recuerda que el cantautor terminó en la música casi por casualidad. "Él viene realmente de la literatura; en su casa había muchos libros, era una persona cultivada que iba para profesor de instituto y se veía como novelista", asegura. Sin embargo, en los años 70 una novia inglesa le hizo escuchar un disco de Bob Dylan y aquel suceso cambió por completo su visión.
Menéndez Flores cree, sin embargo, que en los últimos años "Joaquín tiene cada vez menos interés por la música y más por la literatura". Un hecho que, en cierto modo, considera que ha perjudicado a las letras de sus canciones: "Los textos cada vez están más conseguidos pero creo que la magia de las canciones de los 90 posiblemente se ha perdido, entonces escribía historias y ahora le interesa más la poesía del lenguaje".
Algo que se puede apreciar en el entorno del cantautor, a quien en los últimos años es más habitual ver rodeado de poetas como Luis García Montero, José Manuel Caballero Bonald o Benjamín Prado que de músicos.
Dylan y el Nobel
Ya hemos señalado que Bob Dylan es uno de los referentes de Sabina. Y con el reciente -y polémico- Premio Nobel de Literatura al genio de Minnesota es inevitable por tanto preguntarse si el de Úbeda tiene nivel para que su obra sea reconocida en algún momento por su carácter literario y no solo musical.
Menéndez Flores no duda a la hora de asegurar que "si el Nobel ha abierto esa puerta, no sé por qué no lo puede abrir el Cervantes, Sabina tiene una gran repercusión como escritor popular".
El autor cree que el premio al cantautor estadounidense es más que justo: "No sé por qué se pone en tela de juicio, la escritura de canciones es un género literario y además Dylan escribe muy bien, es un artista universal", pero incluso considera que "Sabina es todavía más literario que Dylan".
Admiradores de Sabina
Sabina. No amanece jamás dedica también espacio a la biografía del artista y cuenta con el añadido de textos de varios nombres de la cultura y el deporte (José Mercé, Dani Martín, Iker Casillas, Diego Pablo Simeone, Estrella Morente y otros), todos ellos admiradores de Sabina, que ofrecen su particular visión del genio de Úbeda.
Javier Menéndez Flores -que ya inluyó un apartado similar en Perdón por la tristeza-, asegura que en este caso ha buscado "gente menos asociada a Joaquín, que en teoría no tienen nada que ver con su universo, pero que podría tener interés lo que opinaran de él".
Además, el libro destaca por su abundante material gráfico, más de 200 fotografías que reflejan con detalle la vida profesional y personal del cantautor. Una selección de imágenes que para Javier Menéndez Flores ha supuesto "un trabajo extra porque la idea es que las fotos guardaran cierta coherencia con el texto y eso, en un libro de estas características, es muy difícil; creo que ha quedado coherente".
Es inevitable preguntarle al biógrafo sobre el momento artístico actual de Joaquín Sabina, de quien se espera nuevo trabajo en los próximos meses. Es evidente que los últimos discos están lejos del nivel de sus títulos esenciales como Física y química o 19 días y 500 noches pero sus seguidores esperan con ansiedad la edición de lo que sería su primer trabajo en estudio desde Vinagre y rosas (2009), si no tenemos en cuenta sus colaboraciones con Serrat.
Menéndez Flores cree que "mientras el artista sigue vivo, hay que esperar" que pueda aportar nuevas genialidades, "sobre todo en alguien de su talento". El periodista considera que "podría hacer un disco a la altura de sus grandes obras pero creo que ese desinterés que Sabina tiene en los últimos años hacia la música es un lastre".
Mientras llega ese nuevo trabajo, Sabina. No amanece jamás permite repasar al detalle todo lo que hasta la fecha ha producido el artista de Úbeda y que sean sus textos los que perfilen a uno de los más exitosos cantautores de la música española.