Donald Trump no podría renunciar al Acuerdo de París hasta finales de 2019
- El presidente electo ha prometido abandonarlo o, como mínimo, renegociarlo
- Gran parte de las medidas concretas están aún pendientes de ser pactadas
- Trump llegó a calificar al cambio climático como un "bulo" propagado por China
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, podría cumplir con sus amenazas y dejar de cumplir el Acuerdo de París contra el cambio climático, pero para ello debería denunciar el citado acuerdo multilateral, algo que recoge el propio texto y que no podría realizar antes del 5 de noviembre de 2019, como pronto hasta el 5 de noviembre de 2020, a la mitad de su mandato. Además, la decisión no surtiría efecto hasta un año después, lo que le situaría, como pronto, prácticamente al final de su mandato legislativo en la Casa Blanca.
Según recoge el Acuerdo de París en su artículo 28, cualquiera de las partes puede denunciar el texto mediante una notificación por escrito al depositario "en cualquier momento" después de que hayan transcurrido "tres años a partir de la fecha de entrada en vigor" del Acuerdo para esa parte.
Igualmente, expone que la denuncia surtirá efecto al cabo de un año a partir de la fecha en que el depositario haya recibido la notificación correspondiente o bien, posteriormente, en la fecha en que se indique en la notificación.
El punto 3 de este mismo artículo dice que se considerará que la parte que denuncia la Convención renuncia también al mismo acuerdo, de modo que Donald Trump podría dejar de cumplir los compromisos ratificados en el Acuerdo de París si denuncia la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU, con lo que dejaría de tener que cumplir el mismo Acuerdo al no ser ya parte.
Incertidumbre climática
La victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos amenaza con sumir en la incertidumbre las políticas internacionales contra el cambio climático, empezando por el recién entrado en vigor Acuerdo de París. Alcanzado tras años de complejas negociaciones, el impacto real de esa gran estrategia para contener el calentamiento del planeta puede quedar ahora en manos de un político que ha repetido en numerosas ocasiones que ni siquiera cree que el cambio climático sea real.
Estados Unidos, de la mano de Barack Obama, fue este año uno de los primeros países en ratificar el Acuerdo de París y, en colaboración con China, dio un impulso vital para lograr su rápida entrada en vigor, que se materializó la semana pasada. Enfrente, Trump ha prometido abandonar o, como mínimo, renegociar el Acuerdo, una postura que cuenta además con el respaldo de gran parte del Partido Republicano de EEUU, que tendrá la mayoría en el Senado y que ya fue muy crítico con la decisión de Obama de no someter el texto a la cámara.
Sin embargo, Trump no necesitaría ni tan siquiera ir tan lejos para dejar muy malherida la estrategia, pues buena parte de las medidas concretas para su aplicación están aún pendientes de ser pactadas. Así, un giro en la postura de EEUU -que con China es el país que más contamina del mundo- podría dar fácilmente al traste con algunos de los aspectos más ambiciosos acordados el pasado año por los jefes de Estado y de Gobierno en París.
Naciones Unidas se ha apresurado a confiar en que el nuevo inquilino de la Casa Blanca colabore con la comunidad internacional para seguir adelante en la lucha contra el cambio climático. "Espero poder trabajar con esta Administración para llevar adelante la agenda de la acción climática en beneficio de la población del globo", dijo en un breve comunicado la máxima responsable de la ONU en este ámbito, Patricia Espinosa.
Aunque su escepticismo sobre las políticas de clima es explícito, las palabras de Trump sobre este asunto no siempre han mantenido una línea clara. El magnate neoyorquino, como ha hecho en muchas otras áreas, ha lanzado en los últimos años mensajes de los que luego se ha desdicho o que ha variado de forma importante.
"Bulo" propagado por China
Tras referirse al cambio climático como un "bulo" propagado por China para perjudicar a EEUU -una idea que sigue leyéndose en un mensaje que publicó en Twitter en 2012-, durante el primer debate presidencial Trump negó haber hablado nunca en ese sentido.
Recientemente, su campaña ofreció una nueva postura, según la cual el presidente electo cree que el calentamiento global es una realidad, pero que no es consecuencia del hombre, una teoría que mantienen muchos republicanos.