Los números detrás de la victoria de Trump
- La raza ha sido el factor más determinante
- La diferencia por nivel educativo es la mayor desde 1980
- Clinton gana entre las mujeres pero menos entre las blancas
- Muestras de racismo tras la victoria de Trump
- Especial: resultados de las elecciones presidenciales
El origen étnico, la educación y el sexo han sido las características determinantes para la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos. Otras variantes, como la edad y la zona de residencia (rural o urbana) han jugado también un papel importante, pero no han influido tan radicalmente porque se han mantenido más estables.
Así se desprende de los datos de la Encuesta Electoral Nacional, elaborada para un consorcio de medios por la empresa Edison Research.*
En líneas generales, puede concluirse que los candidatos obtuvieron los votos de los grupos que se esperaba: hombres mayores, blancos, sin formación superior y de zonas rurales, en el caso de Trump; mujeres, minorías y jóvenes urbanos en el de Hillary Clinton. Pero mientras el primero cumplió sus objetivos y movilizó a sus seguidores, muchos potenciales votantes de Clinton se quedaron en casa, cosa que no habían hecho con Obama.
Trump moviliza a los blancos; las minorías fallan a Hillary
Como se esperaba, Hillary obtuvo el voto de las minorías (abrumadoramente en el caso de los afroamericanos: casi 9 de cada 10), mientras los blancos prefirieron a Trump. Este respaldo, sin embargo, fue menor que a Obama, al que en 2012 dieron su voto un 93% de afroamericanos, un 71% de latinos y un 73% de asiáticos. Obama consiguió más votos incluso entre los blancos (39% frente a 37 de Hillary).
Curiosamente, Trump ha mejorado los números del rival republicano de Obama, Mitt Romney, entre las minorías, mientras que ha obtenido un punto menos del voto blanco, que constituye el 70% del censo. Aún así, ha sido suficiente con acumular dicho voto.
Trump barre entre votantes sin educación superior y resiste entre los licenciados
El lenguaje directo, a veces soez y agresivo de Trump parecía tener un claro destinatario: las capas menos formadas de la población blanca, ante las que Trump se ha presentado como un ejemplo de "hombre de la calle" hecho a sí mismo. Y le ha funcionado.
Casi 7 de cada 10 blancos sin estudios superiores han votado por el magnate. Se trata de la mayor diferencia desde 1980. La ecuación no ha funcionado en sentido inverso: aunque Clinton ha ganado entre los licenciados, con autoridad si eran miembros de una minoría, muchos titulados blancos optaron por Trump, lo que equilibró la balanza y permitió al republicano resistir entre este grupo. De nuevo, el origen étnico ha sido fundamental.
Hillary no entusiasma a los jóvenes
Tal y como se esperaba, los jóvenes han elegido demócrata. Pero de nuevo han demostrado menos entusiasmo por la candidata del que mostraron por Obama (o por el otro candidato en las primarias demócratas, Bernie Sanders). La ex secretaria de Estado ha obtenido cinco puntos menos que Obama entre este colectivo.
Las mujeres blancas apoyaron a Hillary, pero menos
Y llegamos a un colectivo que parecía clave en estos comicios, el de las mujeres. La oportunidad histórica de sentar a una mujer en el Despacho Oval se ha esfumado, en parte, porque el género ha influido menos que la raza o la educación. Mientras Hillary ha ganado una mayoría de voto femenino total, Trump ha retenido un importante 42%, gracias al apoyo de las mujeres blancas de menor formación.
La América urbana vs. la América rural
Las grandes ciudades han votado demócrata. Pero al candidato republicano le ha dado igual. Su red de apoyos, trabajada desde abajo, se ha extendido por los suburbios y las zonas rurales, donde la ideología más reaccionaria tiene su base. La diferencia es palmaria: nada menos que el 62% de entornos rurales o ciudades pequeñas apoyaron a Trump, lo que le ha permitido ganar en voto electoral, si bien no en el directo.
Los más pobres apoyan a Hillary
Los estadounidenses con rentas más bajas han votado demócrata, aunque hay que tener en cuenta que en este colectivo se encuentran muchos miembros de minorías étnicas. En cambio, las clases altas y medias han preferido al magnate, ejemplo de éxito empresarial y partidario de rebajar los impuestos a los más ricos.
También aquí, el voto blanco ha jugado también a favor de Trump, como demuestra la distribución geográfica de sus apoyos y su victoria en el Rust Bell o "Cinturón del Óxido". Y un último dato: el 78% de los que consideran que la situación económica de su familia es peor que hace un año han creído que el millonario era la solución.
*[Para la encuesta se han realizado cuestionarios a 24.537 votantes en 350 lugares de votación, incluyendo 4.398 entrevistas a votantes que lo hicieron de manera anticipada].