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Elecciones en EE.UU.

Protestas en la calle y terapia psicológica en el metro, nace el síndrome 'post-Trump'

  • Las protestas han llegado a 25 ciudades bajo el lema: "No mi presidente"
  • En Oakland se manifestaron 7.000 personas y se lanzaron cócteles molotov
  • El metro de Nueva York ha sido escenario de una "terapia" antifrustración

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Segundo día de protestas en las calles de varias ciudades en EE. UU. contra la victoria de Trump

Miles de estadounidenses han salido a las calles de las principales ciudades del país en protesta por la elección de Donald Trump como nuevo presidente, un movimiento que se ha trasladado también a las redes sociales. Se trata de la segunda noche de manifestaciones del movimiento "not my president" ("no mi presidente"). Con eco en al menos 25 ciudades, rechaza el resultado electoral del martes.

El magnate ha acusado a los medios de comunicación de instigar las marchas. "Acabamos de tener una elección presidencial muy transparente y exitosa. Ahora manifestantes profesionales, incitados por los medios, están protestando. ¡Muy injusto!", ha dicho Trump a través de su cuenta de Twitter.

Los manifestantes cortaron calles y autopistas en Nueva York, Washington, Los Ángeles y Oakland (California), Dallas y Austin (Texas), Baltimore (Maryland), Minneapolis (Minesota), Filadelfia (Pensilvania), Portland (Oregón), Salt Lake City (Utah) y también en Vancouver (Canadá).

Desde Facebook, el movimiento ha convocado una gran protesta frente al Capitolio el día de la investidura de Donald Trump, el próximo 20 de enero. "Únete a nosotros el día de la investidura para hacer oír nuestra voz. Nos negamos a reconocer a Donald Trump como presidente de Estados Unidos y nos negamos a aceptar órdenes de un Gobierno que pone a intolerantes en el poder", reza la convocatoria.

Terapia de metro tras la victoria de Donald Trump

Terapia "post-Trump" en el metro de Nueva York

La mayor tensión se vivió en Oakland (California), donde algunos de los cerca de 7.000 manifestantes lanzaron cócteles molotov y piedras a la policía y prendieron al menos 40 fuegos en una noche que acabó con tres agentes heridos y 30 arrestos.

En Nueva York, las paredes del metro se han llenado de post-it coloreados en los que podían leerse frases como "¿soy el único que tiene miedo?", "estoy enfadado", o "necesito un abrazo". La iniciativa, llamada "Subway Therapy" ("terapia del metro"), invita a los viajeros frustados a expresar frases que les alivien.

También en la ciudad de los rascacielos, donde han continuado las protestas, se detuvo a 65 personas en las manifestaciones del miércoles, que discurrieron desde lugares como la plaza Union Square o Columbus Circle hasta las cercanías del edificio Trump Tower.

Violencia y denuncias

La manifestación del jueves en Portland fue una de las más numerosas del país y adquirió tonos violentos cuando encapuchados ocasionaron destrozos a vehículos y comercios.

Trump rebaja su tono desde su victoria en las elecciones de EE.UU.

La Policía de la ciudad ha informado del lanzamiento de "proyectiles" contra los agentes, han culpado a "grupos anarquistas" y según medios locales han utilizado gases lacrimógenos y efectuado numerosas detenciones. También se ha informado de tres detenciones en la protesta de Dallas y otras dos en Baltimore.

El hecho de que el magnate inmobiliario posea edificios con su nombre en numerosas ciudades del país ha dado a los manifestantes lugares claros e icónicos de protesta. El último en abrir ha sido el hotel de Trump en la Avenida Pensilvania de Washington DC, a diez minutos caminando y en la misma avenida de la que será su nueva residencia a partir de enero: la Casa Blanca.

Manifestaciones en Washington: "No me representa"

En el tramo de la Avenida Pensilvania del lado norte de la Casa Blanca, epicentro de las manifestaciones públicas en Washington, se reunieron este viernes detractores de Trump, contados seguidores, turistas y curiosos.

Dos veinteañeras captaron la atención de todas las cámaras exhibiendo su cartel de "Que le jodan a Trump. #Nomipresidente", delante del cordón de seguridad y los agentes del Servicio Secreto.

"No me representa. Ha alentado la violencia contra mí. Viniendo para aquí un tipo me ha dicho que me vaya del país. Este país es la única casa que conozco", cuenta Mobashra Tazamal, que emigró de Pakistán a Estados Unidos a los cinco años.

"Soy musulmana, mujer, inmigrante. Donald Trump ha atacado todas mis identidades", añade la joven activista, de 27 años. En solitario se manifestó Olivia Emerald, de 24 años. Hizo 15 horas de autobús desde Maine, en el extremo nordeste del país, para protestar en la primera visita del presidente electo a la Casa Blanca.

Sin embargo, las miles de personas que salen a la calle desde el miércoles para gritar "No mi presidente", como Deborah Klaus, lo tienen claro: "No, no, no, oh, no. Por encima de mi cadáver. Nunca será mi presidente".