Whit Stillman: "El 'marketing' vende a Jane Austen como literatura cursi y para nada lo es"
- RTVE.es entrevista al director indie, que estrena Amor y amistad
- La cinta se basa en la desconocida novela Lady Susan, de Jane Austen
- Protagonizada por Kate Beckinsale y Cloë Sevingy, se estrena el día 18
- Fernado Trueba y Fernando Colomo fueron la "escuela de cine" de Stillman
FICHA TÉCNICA
Título original: Love and Friendship
Año: 2016
Duración: 94 min.
País: EE.UU., Francia, Holanda, Irlanda
Dirección y guion: Whit Stillman, basado en una novela de Jane Austen
Reparto: Kate Beckinsale, Chloë Sevigny, Xavier Samuel, Stephen Fry, Emma Greenwell, James Fleet, Jemma Redgrave, Jenn Murray, Tom Bennett, Morfydd Clark, Lochlann O'Mearáin, Kelly Campbell, Justin Edwards, Conor MacNeill, Ross Mac Mahon
Considerado como uno de los grandes directores del cine independiente estadounidense y responsable de títulos de culto como Metropolitan (1990) o The last days of disco (1998), el nada prolífico Whit Stillman adapta para su quinto largometraje como director en 25 años de carrera una novela poco conocida de su admirada Jane Austen.
Amor y amistad, que se estrena el viernes 18 de noviembre en los cines españoles tras presentarse a concurso en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, es la adaptación de Lady Susan, una novela epistolar obra de juventud de la novelista británica que se cree que escribió alrededor de 1794 pero que no se publicaría hasta casi un siglo después, en 1871, 54 años después de su muerte.
Ambientada en 1790, antes que las otras obras de Jane Austen -Orgullo y prejuicio, Sentido y sensibilidad y Emma datan de la segunda década del siglo XIX- , Amor y amistad trata sobre la joven viuda Lady Susan Vernon (Kate Beckinsale), quien ha viajado a Churchill, la casa de su familia política, para esperar a que se pasen los rumores sobre sus devaneos entre la alta sociedad inglesa. Mientras se encuentra refugiada allí, decide asegurar un marido para su hija Frederica (Morfydd Clark).
Completan el reparto Cloë Sevingy, Justin Edwards, Tom Bennet, Xavier Samuel, Emma Greenwell, James Fleet y Jemma Redgrave, entre otros, además de un pequeño cameo de Stephen Fry, de una divertidísima comedia que recoge la esencia más Austen, pese a que la obra original, "una joya de humor y comedia", ha permanecido olvidada.
De hecho, Stillman, cuya película anterior data de 2011, Damiselas en apuros, había rechazado a lo largo de los años otros proyectos de llevar al cine otras novelas de esta autora que ocupa un lugar entre los clásicos ingleses. "Lady Susan era perfecta, porque, aunque soy guionista de material original, creía que podía aportar algo al llevar al público audiovisual esta obra que no se conoce, pero que es auténticamente Austen un poco a la manera de Oscar Wilde. Antes de conocer las obras de Austen, yo amaba las obras de teatro de Wilde, así que esto era una manera de hacer ese humor inglés cínico y divertido...", explica el cineasta en una entrevista con RTVE.es, que no comprende que el marketing actual "pinte a Austen como literatura para mujeres, un poco cursi y romántica", cuando "no es para nada eso".
Las mujeres dominantes
Amor y amistad demuestra cómo temas como la seducción, la infidelidad o la envidia nunca pasan de moda, ya sea hace más de dos siglos o ahora. "El vicio continúa", dice sonriente Stillman, quien además subraya que tampoco es cierta la idea de que "las mujeres de la historia han sido víctimas terribles", ya que muchas de ellas fueron "grandes dominantes", como la propia Lady Susan Vernon de la novela o la reina Cleopatra.
Pese a todo, Stillman ha matizado un poco al personaje, que en la novela era "realmente negativa". "Pero no quería cansar al público con alguien así, por lo que así que la Lady Susan Vernon de Kate Beckinsale es un poco más alegre y positiva, pero es manipuladora, cínica, falsa, encantadora, inteligente y divertida", explica en un perfecto español el cineasta, que trabajó en España en los años 80.
El director nacido en Washington D.C. admite que la adaptación de una novela epistolar lo vio en un principio como "un inconveniente" porque el hecho de que los personajes se comunicasen por carta quería decir que no estaban juntos y, para una comedia cinematográfica, es necesario que lo estén y dialoguen entre ellos. Además, como convertir en escenas dramatizadas seis o más cartas cruzadas entre personajes requería de "mucho trabajo", Stillman decidió no hacer este proyecto como un encargo para poder hacerlo "como diversión en vacaciones" -la génesis del proyecto se remonta a 1998-, y de este modo pudo descubrir también que esas cartas se convirtieron en una ventaja "porque tienes mucho material de lo que dice y piensa cada personaje". Y la ausencia de cartas en la novela de Austen de algunos de los personajes obligó al director y guionista a crear prácticamente de la nada por ejemplo a Sir James Martin, que resulta ser uno de los más hilarantes y conseguidos y que construyó con la ayuda del actor Tom Bennet -suyas son aportaciones como las geniales secuencias de los guisantes y los mandamientos-.
Entre las otras licencias que Stillman se ha permitido en el guion adaptado, hay una de la que ha quedado especialmente "encantado", una frase en la que el personajes de Kate Beckinsale le dice al de Chloë Sevigny: "Es detestable la envidia en nuestro país". "Bueno, he sufrido mucho en Inglaterra, durante 12 años he pensado que iba a hacer una película allí y cada mes era el mes que viene voy a empezar y así un mes tras otro, y han sido 12 años de decepción en Inglaterra... Y podía añadir cosas en el guion y me encantó", confiesa el director estadounidense, que al contarle que en España es un sentimiento también muy extendido inmediatamente lo relaciona con la que considera asombrosa polémica que rodea la figura de su amigo Fernando Trueba desde que dijo el año pasado que no se "sentía español".
El reencuentro con Beckinsale y Sevigny
Amor y amistad supone el reencuentro de Stillman con las dos actrices protagonistas de una de sus cintas de culto, The last days of disco (1998), Kate Beckinsale y Chloë Sevigny, que le deben mucho al director estadounidense en sus carreras posteriores -la primera empezó su carrera en Hollywood después en Pearl Harbour (2001) y luego inició la saga Underworld que aún continúa y la segunda fue nominada al Oscar al año siguiente con Boys don't cry (1999).
"En The last day of disco tuvimos una buena experiencia, pero yo era menos disciplinado y el rodaje era demasiado largo, un poco cansado para las actrices. Creo que la experiencia fue buena, pero esta vez ha sido mejor porque los tres somos más profesionales y disciplinados ahora. El rodaje fue muy rápido. Eran 27 días pero gracias a Kate lo hicimos en uno menos, 26 días, y eso es un milagro, porque ella se sabía perfectamente cada palabra de sus diálogos", cuenta el cineasta de 64 años, que exhibe en todo momento su gran sentido del humor, simpatía, además de dejar boquiabierta a esta periodista con su asombrosa capacidad y extraordinarios reflejos para matar de una palmada a una mosca que incordiaba durante la entrevista -"fui portero del equipo de la universidad un verano", sonríe, a la vez que asesora sobre el mejor modo de cazar al insecto díptero-.
Stillman cree "lógico" que Beckinsale ya empiece a sonar entre las favoritas al Oscar por su trabajo en Amor y amistad. De hecho, revela que al leer Lady Susan tuvo dudas de si era una película, pero las disipó al pensar que "sí lo era porque una actriz como Kate podía hacerlo de maravilla". Incluso, el largo tiempo que ha llevado el proyecto ha favorecido que la actriz inglesa londinense casase más con el papel porque "en aquel entonces ella era muy joven para hacer de una madre de 35 años y ahora tiene una hija de la misma edad que Frederica".
Aprender a hacer cine con Trueba y Colomo
De su etapa en España como agente de ventas de películas españolas en Estados Unidos, el director indie guarda gratos recuerdos, ya que fue su "escuela de cine", y sólidas amistades, como la citada de Fernando Trueba y Fernando Colomo, para quienes hizo pequeños papeles en dos de sus cintas, Sal gorda (1984) y La línea del cielo (1984).
"Fue mi escuela de cine porque yo no sabía nada de hacer cine y quería hacerlo. Con la venta del cine español, cometí algunos errores de qué películas cogí. Como negocio no me fue muy bien, pero funcionó de maravilla para entrar en el cine porque quería hacer películas y gracias a eso aprendí. Y también en el verano de 1983 hice el papel de bobo americano en dos películas de mis amigos Trueba y Colomo", cuenta Stillman. También revela que Alberto Bermejo, compañero de Días de Cine de TVE y guionista y director, le inspiró para hacer su ópera prima y cinta de culto, Metropolitan: "Me contó que hizo Vecinos (1980) solo con 50.000 dólares y, tras dejar en pausa el guion de Barcelona (1994), decidí escribir Metropolitan para hacer una película de 50.000$ en Nueva York y pensé que tenía que ser de gente bien vestida en un salón hablando, aunque luego se fue ampliando el presupuesto". Esta película le supuso una nominación al Oscar a mejor guion original en 1991.
En cuanto a lo que se refiere a la venta del cine español, el cineasta confiesa que fue muy mal aconsejado porque un corresponsal que por aquel entonces tenía Variey en España le dijo que no se fijase en las películas de Pedro Almodóvar, que acababa de estrenar Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), Laberinto de pasiones (1982) y Entre tinieblas (1983), porque "no estaban bien" y que se fijase en José Luis Garci. Con Garci la relación acabó mal y supuso una "experiencia terrible", aunque "muy buena" para salir del mundo de agente de ventas, reflexiona Stillman, que concluye que hubieron otras tres personas que sí se fijaron en Almodóvar "y trabajaron mucho en su lanzamiento en el mundo y funcionó de maravilla". Quizás si hubiese sido Stillman, ahora no tendríamos de su escasa pero brillante filmografía.
"Siento vergüenza y terror por la victoria de Trump"
El director de cine estadounidense no duda en confesar su "vergüenza y terror" por la victoria electoral de Donald Trump en las elecciones de EE.UU.: "Que alguien se comporte como un imbécil y criminal durante 40 años y se le premie con la elección de presidencia de EEUU… Estoy muy preocupado con las cosas que dice de Putin, creo que es muy peligroso...", se lamenta Whit Stillman. No obstante, cree extraer dos "cosas positivas": una, que Trump "no tiene ideología" y simplemente "un día dice una cosa y otro otra"; la segunda, que la gente del partido republicano "le detesta" y eso podría contribuir a demócratas y republicanos puedan trabajar juntos en el Congreso de EE.UU.: "Hemos tenido como 40 años de olvidar un poco los balances y las divisiones de nuestro sistema constitucional y ahora yo creo que ambos partidos van a querer que el poder ejecutivo haga sus cosas y que el legislativo tenga su poder, y el judicial también, no que el presidente mande en todo. Quizás eso es positivo, poner todo eso en su sitio, pero quién sabe qué puede pasar", confiesa por primera y única vez en toda la entrevista con gesto serio.