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Merkel admite que no habrá un acuerdo de libre comercio entre la UE y EE.UU.

  • Así lo ha asegurado en rueda de prensa conjunta con Obama
  • La canciller ha deseado que se pueda volver algún día al TTIP

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La canciller alemana, Angela Merkel
La canciller alemana, Angela Merkel.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha reconocido este jueves que el acuerdo de libre comercio (TTIP por sus siglas en inglés) entre Estados Unidos y la Unión Europea no se podrá firmar después de la elección de Donald Trump como presidente del país norteamericano, quien se ha mostrado en contra de este tratado y ha sugerido una política comercial proteccionista durante la campaña electoral.

"Aún estoy muy involucrada en la conclusión del tratado, hemos hecho grandes progresos en las negociaciones, pero ahora no podemos llegar a la conclusión (del mismo)" ha asegurado Merkel en una rueda de prensa conjunta con el presidente de EE.UU., Barack Obama, en la que ha deseado que se pueda volver algún día al tratado.

Este miércoles, el semanario Wirtschaftwoche adelantó extractos de un artículo que Obama y Merkel firmaron y en el que defendían la importancia del TTIP. A su juicio, está fuera de toda duda que del tratado se beneficiarían tanto los empresarios como los trabajadores, los consumidores y los agricultores alemanes y estadounidenses. "Somos más fuertes cuando trabajamos juntos", manifestaban.

Oposición dentro de la UE

Lo cierto es que antes de que Merkel diera por imposible el TTIP, el acuerdo de libre comercio ya estaba herido de muerte tras haber levantado numerosas protestas dentro de la propia UE. De hecho, los ministros de Comercio de la Unión Europea asumían hace una semana que el tratado pasaría "un tiempo en el congelador" después de la victoria de Trump.

A finales de septiembre la Unión Europea ya había renunciado a llegar a un acuerdo sobre el tratado antes del final del mandato de Obama. Lo hizo después de que Francia subrayara que la negociación había fracasado y pidiera el fin de la misma. Incluso el vicecanciller alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, había dado ya por fracasado de facto el TTIP.