"Si Trump no consigue mejorar las condiciones de vida quienes le han votado, se cuestionará la democracia"
- El analista de Harvard Manuel Muñiz evalúa la incertidumbre creada por su victoria
- "El sistema va a funcionar para controlarle y constreñirle", asegura
- Sin embargo, alerta de que eso no resolverá los problemas que le han aupado
- Su ascenso, remarca, responde a una crisis más profunda de la democracia liberal
La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha generado, sobre todo en Europa, una marea de incertidumbre sobre las políticas que pondrá en marcha cuando ocupe la Casa Blanca. Sin embargo, el analista de Harvard Manuel Muñiz se muestra convencido de que el presidente electo moderará su discurso, si bien alerta de que eso solo servirá para aplazar los problemas que le han aupado al poder: "Si Trump llega a la Casa Blanca, implementa la agenda que ha planteado y, aún así -y esa es mi predicción-, no consigue mejorar las condiciones de vida de la gente que le ha votado, se agravará el cuestionamiento de la democracia".
Muñiz, que dirige el programa de Relaciones Transatlánticas de la prestigiosa universidad estadounidense y forma parte del consejo asesor de The Hispanic Council, pasó esta semana por Madrid para analizar no solo los resultados, sino también las causas y consecuencias de la llegada de Trump a la Casa Blanca, que él enlaza con otros movimientos políticos como el Brexit o el ascenso de Marine le Pen en Francia.
“Trump se subió a una ola muy importante de pesimismo y de sensación de que el sistema no está funcionando“
"Trump se subió a una ola muy importante de pesimismo y de sensación de que el sistema no está funcionando", explicaba en el encuentro, en el que detalló cómo desde los años 70 hay una creciente erosión de las clases medias en el mundo desarrollado causada por el estancamiento de las rentas del trabajo a partir de la revolución tecnológica.
"Lo que está motivando toda esta transformación es un cambio en la economía, en la forma en que se genera y se distribuye la riqueza", explicaba, puesto que la automatización, que ya no solo alcanza a la agricultura y la industria sino también incluso a los servicios, está transformando profundamente el mercado laboral y está rompiendo el contrato social que establecía que las rentas del trabajo crecían a medida que lo hacía la productividad.
La desigualdad alimenta el sentimiento antisistema
Muñiz señalaba que, en la actualidad, la innovación tecnológica permite elevar la productividad, es decir, crear riqueza, sin crear empleo ni elevar los salarios. "Esta falta de crecimiento en las rentas de los hogares es dinamita en el sistema" y explicaría que Estados Unidos haya elegido "a un presidente de ruptura con el sistema en el momento de mayor prosperidad económica en la historia del país".
De hecho, los datos del Bureau of Labour Statistics, la oficina de estadística del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, sobre las elecciones presidenciales indican que no hay mucha correlación entre cifras de paro y apoyo a Trump, aunque si hay una elevada correlación allí donde predominan los trabajos rutinarios, repetitivos, esto es, susceptibles de ser automatizados.
“La clave no está tanto en el desempleo como en la precariedad laboral“
"Las cifras de desempleo están ocultando parte del problema", remarcaba Muñiz, "porque ocultan la precariedad laboral, el subempleo, lo que llaman en Estados Unidos los working poor", es decir, gente que tiene trabajo pero vive por debajo del umbral de la pobreza. "La clave no está tanto en el desempleo como en la precariedad laboral", insistía Muñiz, subrayando que "los niveles de desigualdad en Estados Unidos solo son equiparables a los que tenían en los años 20".
Esa es la gasolina del descontento, de ese sentimiento antisistema que se manifiesta como una ruptura de la confianza entre las élites políticas y los ciudadanos; en última instancia, hay una pérdida de fe en la democracia como forma de gobierno, que invita a los votantes a optar por opciones de corte autoritario.
Las políticas de Trump
Por esa brecha se ha colado Trump, aunque Muñiz se dice convencido de que sus políticas serán mucho más moderadas de lo que prometió en campaña. "El sistema va a funcionar para controlarle y constreñirle; ya le está empezando a suceder con el nombramiento del jefe de gabinete y ya está moderando las posiciones en relación a los inmigrantes", comentaba.
Su apuesta es que va a ser más beligerante contra los acuerdos comerciales: "Creo que va a lanzar una agenda muy profunda de revisión de acuerdos comerciales. Creo que el TTIP [el acuerdo de libre comercio que negocian EE.UU. y la UE] no va a salir adelante, ni el Transpacífico, y va a abrir un proceso de revisión del NAFTA [Tratado de LIbre Comercio de América del Norte] muy importante, al menos con México. Además, va a declarar a China país manipulador de su divisa".
“Va a aumentar muchísimo la presión para que los europeos gastemos más en defensa“
Respecto a su compromiso con la defensa colectiva en el seno de la OTAN, Muñiz apunta a una continuidad: "Va a aumentar muchísimo la presión para que los europeos gastemos más en defensa. Con todo, eso no es un cambio, ya lo vienen haciendo varios presidentes, porque los europeos estamos abusando: nos hemos comprometido a unas partidas de gasto que no estamos cumpliendo".
"La cuestión más trascendental", remarcaba, "puede que sea el paquete de infraestructuras: si consigue sacar adelante ese paquete de un billón de dólares, habrá un cambio importante en el ritmo de crecimiento". En cualquier caso, su conclusión es que "nada de esto es revolucionario", si bien provocará un debilitamiento de la Unión Europea, de la OTAN y del comercio internacional.
Gestionar la abundancia
Sin embargo, el analista argumentaba que esa previsible moderación de Trump no supone más que un alivio momentáneo: "Para mí eso no es bueno, porque en cuatro años, o en ocho años, la gente que le ha votado se va a plantear: he votado demócrata, he votado republicano, he colocado en la Casa Blanca a un tipo sin experiencia política y, aún así, mi renta sigue congelada o decreciente. Eso es mala señal".
Porque profundizará en el descrédito de la democracia en el país que alberga la democracia más importante del planeta, aunque la crisis afecta a todo el mundo desarrollado. "Hay un referéndum [para la reforma de la Constitución] en Italia que yo estoy convencido de que lo va a perder [el primer ministro, Matteo] Renzi; unas presidenciales en Austria que con toda probabilidad va a ganar la extrema derecha; elecciones en Francia en las que no creo que vaya a ganar Marine le Pen, pero porque el sistema electoral republicano es una auténtica apisonadora...", recordaba Muñiz.
A su juicio, la política debe asumir que el ascenso de estas opciones antisistema reflejan un malestar fundado de los ciudadanos: "Hay una predisposición a la demonización o estigmatización de los colectivos que están apoyando a gente como Trump. Ese tipo de etiquetas son muy problemáticas, porque impiden ver los hechos reales".
El analista señalaba, en este sentido, que el mundo está abocado a diseñar un nuevo contrato social que permita un nuevo equilibrio, como el que se impuso tras las guerras mundiales en el siglo XX. "El orden liberal es un gran generador de riqueza; es un problema de gestionar la abundancia", concluía Muñiz.