Donald Trump retira su amenaza y no investigará a Hillary Clinton por sus correos electrónicos
- "No quiero dañar a los Clinton, de verdad que no", afirma el presidente electo
- Argumenta que "dividiría muchísimo" al país tras la polarización electoral
- Trump había prometido nombrar un fiscal especial para investigar el caso
La administración de Donald Trump no impulsará nuevas investigaciones contra Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado ni por las controvertidas donaciones a la Fundación Clinton, según ha confirmado este martes el presidente electo, que asegura que no quiere "dañar a los Clinton" ni profundizar en la división de la sociedad de Estados Unidos, por lo que romperá una de las principales promesas hechas a sus seguidores durante la campaña electoral.
La reapertura de la investigación a Clinton por sus correos electrónicos, que el FBI ha cerrado hasta en dos ocasiones, fue una de las promesas electorales que Trump reiteró en numerosos mítines y, en uno de los debates con la candidata demócrata, aseguró que encargaría a su Fiscal General, el equivalente al ministro de Justicia, el nombramiento de un fiscal especial para llevar el caso.
Sin embargo, Kellyanne Conway, que ejerció como jefa de campaña de Trump, pertenece al equipo de transición y es una de las colaboradoras más estrechas del magnate, apuntaba este martes en una entrevista en el canal MSNBC que el presidente electo, dejando ver que no habría nuevas investigaciones contra la exsecretaria de Estado.
“No quiero dañar a los Clinton, de verdad que no. Ella ha pasado mucho y ha sufrido enormemente en muchos sentidos“
El propio Trump lo confirmaba unas horas después durante un encuentro con la cúpula del diario The New York Times: "No quiero dañar a los Clinton, de verdad que no. Ella ha pasado mucho y ha sufrido enormemente en muchos sentidos. Simplemente, es algo que no me siento inclinado a hacer". Asimismo, ha apelado a la unidad: "Creo que dividiría muchísimo al país", ha señalado.
Una "promesa rota"
"Mi postura sobre cualquier poder que yo tenga en la materia sería decir que sigamos adelante. Esto se ha revisado mucho tiempo, hasta la nausea", ha abundado Trump, siempre según el relato que el propio diario ha hecho del encuentro con el presidente electo, que ya había deslizado la posibilidad de aparcar la cuestión en una entrevista tras las elecciones, en la que dijo que iban a "pensar" sobre el tema y que no tenía intención de "hacer daño" a Clinton.
Su cambio de opinión contrasta con su actitud durante la campaña electoral, en la que Trump acusó en reiteradas ocasiones a la candidata de comprometer la seguridad del país por usar un servidor privado de correos para tratar asuntos oficiales cuando ejercía como secretaria de Estado, desde 2009 hasta 2013. Los republicanos, y el propio Trump, también han reclamado insistentemente que se investigue a Clinton por la presunta utilización de su cargo en el primer mandato de Barack Obama para obtener donaciones para la Fundación Clinton, así como contratos para que su esposo, el expresidente Bill Clinton, diera discursos pagados.
“Si Donald Trump puede ayudarla a sanar, entonces tal vez eso sea algo bueno“
Ahora, pese a la victoria de trump, la posibilidad de que sea juzgada por esas acusaciones parece alejarse: "Hillary Clinton todavía tiene que enfrentarse al hecho de que la mayoría de los estadounidenses no la consideran una persona honesta y en la que se puede confiar, pero si Donald Trump puede ayudarla a sanar, entonces tal vez eso sea algo bueno", ha argumentado Conway.
Con todo, el cambio de postura podría enfadar a muchos de los seguidores más fieles de Trump, que durante los mítines solían corear: "Lock her up" (Enciérrala). Así, el portal digital Breitbart, uno de los más influyentes en la derecha radical y dirigido por el recién nombrado jefe de estrategia de Trump en la Casa Blanca, Steve Bannon, abría este martes con el titular "Promesa rota" para informar de la decisión.
Pasar página
"No creo que [mis seguidores] estén decepcionados. Les explicaremos como, en muchos sentidos, salvaremos a nuestro país", ha comentado Trump al respecto en el encuentro con The New York Times.
Además, de enfadar a las bases, el presidente electo también se arriesga a la críticas de muchos legisladores del Partido Republicano, que han apostado insistentemente por investigar a Clinton, algo que no parece preocupar demasiado a su equipo. "Creo que cuando el presidente electo, que es también la cabeza de tu partido, te dice antes de ser investido que no desea presentar cargos, creo que está enviando un mensaje muy fuerte de tono y de contenido a sus miembros", argumentaba Conway.
El exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, que respaldó sin fisuras los ataques de Trump y que se perfila como uno de los hombres fuertes de su administración, también se ha mostrado favorable a la idea de pasar página: "Hay una tradición en la política estadounidense por la que cuando ganas una elección, más o menos dejas cosas atrás", ha declarado Giulani, señalando que la marcha atrás sobre Clinton puede ayudar a "unir" el país.
El asunto Clinton también ha tenido eco en la Casa Blanca, donde Barack Obama apura sus últimas semanas al frente de Estados Unidos; su portavoz, Josh Earnest, ha señalado que ninguna investigación criminal debería estar influida por los políticos, en la línea de subrayar la separación de poderes que la administración Obama ha seguido en esta polémica. Respecto a la transición, Earnest ha confirmado que Trump y Obama han vuelto a hablar dos veces después de la reunión que mantuvieron poco después de la victoria del magnate neoyorquino en las presidenciales, que dio inicio al traspaso de poderes, aunque no ha ofrecido detalles.