El Supremo considera que sin la intervención de su padre, Asunta estaría viva
- Confirma la condena de 18 años de cárcel impuesta al padre y la madre
- Dice que los hechos incriminatorios son los mismos en ambos
El Supremo ha confirmado la condena por el asesinato de Asunta Basterra no solo para Rosario Porto, sino también para el padre de la menor, porque "sin la intervención" de Alfonso Basterra, "no hubiera podido ser llevado a cabo el macabro desenlace", es decir, la muerte de la niña.
El Supremo confirmó el pasado mes de octubre la condena a 18 años de cárcel impuesta por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia a cada uno de los padres de Asunta Basterra por el asesinato de la niña, su hija adoptiva.
En esa sentencia, cuyo contenido se ha conocido este martes, el Supremo considera a Alfonso Basterra "autor del asesinato de su hija, ya que participó en la decisión en plano de igualdad con Rosario Porto e intervino con actos esenciales que condujeron a la ejecución del hecho criminal proyectado".
Los hechos incriminatorios son los mismos en el padre y la madre
La sentencia, cuyo fallo se adoptó por unanimidad, concluye que los hechos incriminatorios son los mismos en el padre y la madre de la menor hasta el día del desenlace en que los tres comen juntos y durante el tiempo que están comiendo o en la sobremesa en casa del padre, la niña ingirió un medicamento que la dejó sedada.
Basterra, "a las 6.20 acompaña a la niña, conociendo los síntomas del medicamento, lo que va a favorecer la muerte (alevosa) y a la vez que en su entorno vital más próximo podrían considerar la muerte un efecto de la enfermedad padecida (ataque de alergia)", detalla la sentencia.
Para el Tribunal Supremo, el suministro previo y reiterado de tal medicamento produjo "perniciosos efectos para la salud de la niña" y facilitó el crimen.
"Sin esa circunstancia habría resultado imposible llevar a buen término el macabro plan, así como atribuir un intento de agresión a la menor a un propósito del agresor de asfixiarla", añade el Supremo.
El padre compró las cajas de Orfidal
La sentencia señala que el padre compra las cajas de Orfidal; tiene a la niña los días en que aparece mareada -tres días-; no hace nada para diagnosticar la posible enfermedad causante de la descoordinación; echa la culpa a su madre, a quien responsabiliza de la administración de antihistamínicos o de darle "polvos blancos", y afirma que lo más que le da a la niña es un "flis flis" en la nariz.
Además, no denuncia el confuso intento de dar muerte a Asunta en la noche del 5 de julio y también acompaña a su hija en la comida y sobremesa del día 21 de septiembre, cuando se produce la ingesta tóxica de lorazepam, según las pruebas médicas.
Junto a ello, y entre otros indicios, Basterra está con la niña instantes antes de que suba al coche de su madre para ir a la casa de campo, conociendo los efectos del medicamento en su hija, efectos que facilitaron el asesinato.