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Cuando Bruce Wayne era Bruno Díaz y Mickey Mouse el ratón Miguelito

  • Un libro repasa la historia de la editorial mexicana Novaro
  • Fue la primera en publicar cómics de superhéroes en España con regularidad

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Fragmento de una portada del Batman de Novaro
Fragmento de una portada del Batman de Novaro

En los años 40 los cómics de superhéroes norteamericanos estuvieron prohibidos en España porque el régimen franquista veía con malos ojos que tuvieran poderes cuasidivinos. Aunque se publicó algún ejemplar de Superman, rebautizado como Ciclón, y de Batman, al que se puso el pintoresco nombre de Alas de Acero (para intentar burlar la censura). Fue en 1952 cuando el Hombre de Acero, y otros superhéroes llegaron regularmente a España, en los cómics (a todo color) de la editorial mexicana Novaro, que eran un auténtico lujo para los chavales de la época, acostumbrados a los tebeos del Capitán Trueno (mucho más baratos y en blanco y negro).

Esos tebeos, que marcaron época, ahora son muy cotizados por coleccionistas y nostálgicos. Su historia está resumida en el libro Cuando Bruce Wayne se llamaba Bruno Díaz. Un viaje por Novaro (Diábolo ediciones), del coleccionista y experto en cómics mexicanos, Jorge Gard, que destaca la importancia de estos cómics para varias generaciones de chavales españoles y latinoamericanos.

“Novaro –asegura- fue la puerta de entrada al mercado de habla hispana de una pléyade de personajes hasta entonces solo conocidos por los periódicos, el cine o los cortometrajes. Historietas creadas en EEUU para el comic book, que llegaban por primera vez a millones de lectores que a partir de entonces incorporaron a su imaginario, héroes que se mantendrían vigentes hasta nuestros días y también a otros que han ido perdiendo protagonismo. Cientos de personajes que llenaron de fantasía el mundo de unos niños a los que al principio de la historia ni siquiera la televisión había llegado”.

“En América –añade- fueron algo imposible de separar de la memoria de quienes los tuvieron en el centro de sus juegos infantiles. En España, fueron compañeros de viaje de El Guerrero del Antifaz, del Capitán Trueno y de tantos otros héroes autóctonos, con el añadido del formato a todo color que los distinguía tanto o más que el precio, por cierto, bastante prohibitivo para la época”.

Portada del libro y su autor, Jorge Gard
Portada del libro y su autor, Jorge Gard

Portada del libro y su autor, Jorge Gard

Mucho más que superhéroes

Aunque los maduritos recordemos, especialmente, los tebeos de Novaro de Batman y Superman, la editorial publicó material muy diverso: “Novaro básicamente tradujo material National/DC, Dell y Gold Key –asegura Jorge-. Sin embargo su extenso catálogo incluyó material de otras editoriales y personajes como el Capitán Marvel de Fawcett (antes de cambiar de sello) Algunos de los más ilustres protagonistas, como Supermán, Batman y Tarzán llegaron en tropel junto a Bugs, Porky, la pequeña Lulú, Daniel el travieso y cientos de otros que en su momento fueron muy populares”. Andy Hardy (15 películas en que le interpreta Mickey Rooney), Roy Rogers, Hopalong Cassidy, Jim de la Selva, son ejemplos ilustrativos. Hasta Marvel tuvo su pequeña parcela con Conan y Hulk”.

“La lista es enorme –asegura Jorge- pero no se cierra con el material americano. Novaró publicó también material europeo como los alemanes Fix y Foxy, los franco belgas Michael Vaillant, Dan Cooper, Alix y otros y también los españoles Bill el Sonriente, Rifle, Vance Flannagan y nacidos en la prestigiosa agencia dirigida por Josep Toutain, Selecciones Ilustradas. De igual modo Bruguera suministró a Novaro historietas “para chicas” e infantiles. Por último, buen número de profesionales mexicanos encontraron trabajo a destajo en las cabeceras “educativas” (Vidas Ilustres, Vidas Ejemplares, Grandes Viajes, Estrellas del deporte... etc... etc…)”.

Páginas del libro 'Cuando Bruce Wayne se llamaba Bruno Díaz. Un viaje por Novaro'

Páginas del libro 'Cuando Bruce Wayne se llamaba Bruno Díaz. Un viaje por Novaro'

El libro

Es imposible nombrar todos los tebeos que publicó Novaro (tenían plantas de producción en tres continentes), pero Jorge ha realizado un gran trabajo de selección de lo más importante de la historia de la editorial.

El autor nos comenta como ha estructurado el libro: “Tras una introducción a la historia de la editorial y sus primeras publicaciones paso a continuación a organizar temáticamente los títulos que reviso. Antropomorfos, superhéroes, cabeceras de ciencia ficción, reyes del “far west”, clásicos del cine y la televisión y así sucesivamente”.

Fragmento de la portada de un tebeo de Batman de Novaro
Fragmento de la portada de un tebeo de Batman de Novaro

Fragmento de la portada de un tebeo de Batman de Novaro

Cuando Bruce Wayne era Bruno Díaz

Lo que más nos llama la atención de los tebeos de Novaro, desde nuestra perspectiva actual, fue la libertad que se tomaron al traducir los nombres de personajes, lugares y cosas. El ejemplo más famoso es el de Bruce Wayne (Bruno Díaz), pero casi ninguno se libró: Wonder Woman (Marvila, la Mujer Maravilla), Dick Grayson (Ricardo Tapia), Gotham City (Ciudad Gótica), Supergirl (Superniña), Kid Flash (Flashito), Billy Batson (¡Memo Batson!), El Joker (Comodín o El Guasón), Mr. Miracle (Maxisol, el Hombre Milagro), Oliver Queen (Oliverio Reina), Sandman (Arenero)...

El cambio de nombres fue una práctica muy extendida –asegura Jorge Gard). No solo Novaro abusó de ella. Así como las películas eran rebautizadas en los distintos países (The Searchers/Centauros del desierto/Más corazón que odio) los personajes del comic estaban sometidos a los delirios traductores del editor. Pensemos en Disney: Uncle Scrooge es el Tío Rico Mac Pato en Novaro (incluso Tio Flaco Mac Pato en alguno de los primeros ejemplares) es el Tio Gilito en España; Mickey, en los primeros tiempos era el Ratón Miguelito tanto en España como en México, pero en Novaro recupera su nombre original. Los sobrinos de Donald (Huey, Dewey y Louie) son Hugo, Paco y Luis en Novaro, pero Juanito, Jaimito y Jorgito en España y Huguito, Luisito y Dieguito en Argentina. Es divertido observar la arbitrariedad con que son traducidos los nombres, sin perjuicio que en ocasiones la traducción sea un pleno acierto”.

También resulta curioso oír decir a Superman expresiones como “cáspita”. “Con respecto a las expresiones utilizadas –añade Jorge-, si bien aparece de tanto en tanto alguna que podría llamar la atención, no creo que tengan especial relevancia. No olvidemos que eran comics editados para extensas áreas geográficas y andando el tiempo con textos simplificados. La lengua castellana es muy amplia y diversa y voces no habituales en determinados países, suelen ser utilizadas por millones de hablantes en otras regiones. Con todo, aunque cáspita sí, no recuerdo a ningún personaje exclamando ¡córcholis!”.

Fragmento de una portada de 'Marvila. La Mujer Maravilla'

Fragmento de una portada de 'Marvila. La Mujer Maravilla'

Superman fue el personaje más popular

De todos los personajes que publicó Novaro, Superman fue, sin duda, el más popular, superando los mil números publicados. “Sí, Superman fue el más popular –asegura Jorge-, y Novaro nos brinda abundantes muestras de algunas etapas en la evolución del personaje. Sin duda es la cabecera más coleccionada de la editorial, aunque no le va muy a la zaga Batman o las cinco fantásticas (Titanes Planetarios, Mi Gran Aventura, Historias Fantásticas, Cuentos de Misterio y Relatos Fabulosos)”.

En cuanto a la cotización actual. “Los ejemplares de El Capitán Marvel son más apreciados que los del kryptoniano –confiesa Jorge Gard-. En relación con la popularidad, hay que decir que si bien Supermán, la mantiene sin duda, otros héroes le superaron en su momento. El propio Capitán Marvel llegó a vender en origen más ejemplares que el hombre de acero. Tarzán gozó de fama incluso superior en los momentos de auge de Weismuller, Lex Barker o Gordon Scott, pero Supermán llega ileso a nuestro siglo, por más que lo hayan matado alguna vez”.

Fragmento de una portada de un tebeo de Superman de Novaro

Fragmento de una portada de un tebeo de Superman de Novaro

La desaparición de novaro

Como comentábamos antes, Novaro también produjo material propio. “Desde mucho antes de la irrupción del comic book –nos comenta Jorge- México fue un mercado de historietas increíble, idóneo para el desarrollo de muchas vocaciones. Unas revistillas de formato menor, con historietas en blanco y negro y solo la portada y en ocasiones alguna página interior en color, publicaban historietas importadas y autóctonas que continuaban de número en número. Llegaron a venderse por millones desde los años 30”.

Allí se forjaron muchos “moneros” (dibujantes) algunos de los cuales encontraron con el advenimiento del comic book, una fuente de trabajo adicional. En Novaro, no obstante, solo tuvieron preeminencia en las llamadas cabeceras educativas, en algunas de temática y circulación más local y en determinados momentos saltaron del banquillo para realizar aventuras de personajes de enjundia, en general con pobres resultados”.

35 años después de su nacimiento, y a pesar de su aparente éxito en muchos países, la Editorial Novaro decidió dejar de publicar cómics en 1985 por razones que todavía no están claras: “Es la pregunta del millón (asegura Jorge). Las leyendas urbanas no aclaran la cuestión. No me gusta alimentarlas pero lo que me atrevo a asegurar es que la que dice que el gran terremoto que asoló México acabó con ella, no es cierta. Hay pruebas bastante fiables de lo que afirmo, tales como que no se conocen ejemplares con fecha más allá del uno de septiembre de 1985. Considerando que la catástrofe ocurrió a mediados de ese mes y que la fecha que llevaban los comics era muy posterior a la de impresión, no me deja dudas que la causa del derrumbe esta en otro sitio. Seguiremos indagando”.

Mr. Miracle era Maxisol, El Hombre Milagro, en los tebos de Novaro

Mr. Miracle era Maxisol, El Hombre Milagro, en los tebos de Novaro

Tebeos muy cotizados

Los cómics de Novaro son cada vez más deseados por los coleccionistas. El propio Jorge tiene una de las mejores colecciones del mundo: “La afición fue sobrevenida; me llegó de adulto. Además de satisfacer mi afán investigador fue un bálsamo para superar momentos de estrés profesional. Aún continúa siendo motivo de esparcimiento intelectual y la importancia de la colección es relativa. “El mundo es ancho y ajeno” y en América hay muchos grandes coleccionistas”.

En cuanto a los más cotizados: “Los más buscados y valiosos son los más antiguos y los primeros números en particular de las cabeceras que hemos comentado como más coleccionadas. Con todo el mercado de estos comics no es como el norteamericano. No tienen un precio establecido y en el trato particular se establece cuanto está dispuesto a aceptar el vendedor y a pagar el comprador. Con frecuencia, ejemplares que años atrás eran muy comunes se ofrecen a precios exorbitantes en las subastas. En contrapartida, en ocasiones aparecen joyas de artistas excepcionales a precios muy razonables. Con respecto al precio máximo alcanzado, es pregunta para los vendedores; que los saquen a subasta a “su precio”, no implica que acaben vendiéndose”.

En cuanto a sus proyectos, además de seguir aumentando su colección, Jorge Gard asegura que: “Quiero editar el catálogo de publicaciones mexicanas del período (1950-1975), es una meta compleja, necesitada de patrocinio, pero que está fijada. Por otra parte, he comenzado un libro similar a este, con el objetivo puesto en la editorial La Prensa, feroz competencia de Novaro en el terreno del comic book”.

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