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Elecciones presidenciales en Austria

Austria toma el pulso al auge del populismo en Europa en unas elecciones trascendentales

  • Los austríacos vuelven a elegir entre un presidente 'verde' o xenófobo
  • Norbert Hofer aspira a ser el primer jefe de Estado ultranacionalista de la UE
  • Después del Brexit y la victoria de Trump, esta cita es un termómetro del populismo

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Pósters electorales de los candidatos a la presidencia austríaca Norbert Hofer y Alexander Van der Bellen.
Pósters electorales de los candidatos a la presidencia austríaca Norbert Hofer y Alexander Van der Bellen.

Austria espera cerrar este domingo un interminable proceso para elegir presidente -se prolonga ya desde hace casi un año- con una de las votaciones más importantes de su historia, de las que podría salir el primer jefe de Estado ultranacionalista en un país de la Unión Europea.

Norbert Hofer, del xenófobo Partido Liberal de Austria (FPÖ), y el progresista Alexander Van der Bellen, antiguo dirigente de Los Verdes, se ven de nuevo las caras ante las urnas en la repetición de unas elecciones que serán decisivas para Austria, pero que se consideran también un nuevo test sobre el auge del populismo en Europa.

El pasado mayo, Van der Bellen ganó las elecciones por apenas 31.000 votos (en un país de 8,5 millones de habitantes), pero el resultado fue impugnado por el FPÖ argumentando que hubo irregularidades formales, que no manipulación, que fueron confirmadas por el Tribunal Constitucional.

Empate en los sondeos

Desde entonces, el triunfo del Brexit en el Reino Unido y de Donald Trump en EEUU, han situado las elecciones austríacas como un nuevo campo de batalla sobre el auge del populismo y sus soluciones fáciles a problemas muy complejos.

Aunque en la última encuesta, publicada el pasado día 18, Van der Bellen aparece como ajustado ganador con el 51% de los votos, es el candidato ultra el que ha dominado la mayoría de sondeos los últimos meses, con ventajas de entre seis y tres puntos.

"Que Van der Bellen esté por detrás en las encuestas puede movilizar a su electorado" opina Paul Schmidt, de la Sociedad Austríaca de Política Europa, un laboratorio de ideas.

Según este experto una alta participación beneficiaría al candidato progresista, porque da por descontado que los votantes de Hofer acudirán a las urnas igual que en los anteriores comicios.

Hofer, un discurso xenófobo con guante de seda

Hofer y su partido centran su discurso en el rechazo a la élite, en presentarse como los defensores de la gente de la calle y en poner "Austria y los austríacos primero", el mismo mensaje que le funcionó a Nigel Farage en Reino Unido y a Donald Trump en EE.UU.

"Tenemos que liberarnos del viejo polvo y debemos volver a estar orgullosos de ser austríacos", ha manifestado Hofer este viernes en uno de sus últimos actos de campaña celebrado en la Bolsa de Viena.

El candidato ultraderechista Norbert Hofer durante su mitin de cierre de campaña este viernes de cara a las elecciones presidenciales del domingo, en Viena.

El candidato ultraderechista Norbert Hofer durante su mitin de cierre de campaña este viernes de cara a las elecciones presidenciales del domingo, en Viena. EFE/Christian Bruna

El discurso antiinmigración es especialmente sensible para un país que recibió a casi 100.000 refugiados en 2015. Para el ultranacionalista, los refugiados solo deben permanecer temporalmente en el país y no acceder a ayudas sociales.

"El asilo debe ser solo una protección temporal. Si la situación en los países de origen ha mejorado deben volver (a sus países). Les tenemos que dar las posibilidades y la formación para que puedan reconstruir sus países", ha señalado Hofer. "Y aquellos que entran no deben tener acceso a los servicios sociales del país. Solo después de cinco años (de residencia) se debe conceder pleno acceso a ayudas sociales", ha concluido en medio del frenético aplauso de sus seguidores.

El rechazo al islam, la advertencia de que entre los solicitantes de asilo vienen terroristas y violadores y las críticas a una UE a la que acusan de imponerse sobre los Estados nacionales, son los pilares de un mensaje que Hofer, experto en comunicación política, transmite con serenidad, voz suave y entre sonrisas.

Hofer ha reforzado sus críticas al islam como algo "que no forma parte de los valores de Austria" con carteles electorales con el lema "Con la ayuda de Dios".

Van del Bellen, un ecologista apoyado por las élites

Van der Bellen, por su parte, es un intelectual de izquierdas de 72 años, antiguo líder del partido Los Verdes y declarado europeísta, al que apoyan los votantes urbanos, los académicos y, en general, todo los austríacos a los que asusta la idea de que su país sea el primero de la UE con un jefe de Estado ultranacionalista.

El candidato 'verde' a la Presidencia de Austria, Alexander Van der Bellen, comprueba sus gafas antes de una entrevista en televisión.

El candidato 'verde' a la Presidencia de Austria, Alexander Van der Bellen, comprueba sus gafas antes de una entrevista en televisión. REUTERS/Leonhard Foeger

Tras ganar por la mínima las elecciones y consciente de que el voto rural y de las clases populares apoyan masivamente a Hofer, Van der Bellen ha intensificado su campaña en el campo, asistiendo a fiestas populares, peregrinando a una conocida basílica y apoyando incluso que haya crucifijos en las escuelas públicas.

La recta final de la campaña ha estado salpicada de duros ataques del FPÖ hacia el candidato progresista. Políticos de ese partido han asegurado que hay "sospechas" de que los padres de Van der Bellen (que llegaron a Austria huyendo de la revolución bolchevique de 1917) habrían "tonteado" con los nazis y un grupo local llegó a comparar al político de izquierdas con Adolf Hitler en un montaje fotográfico.

La Unión Europea, en vilo

Desde el sector que apoya a Van der Bellen, la principal advertencia que se hace es que, si llega a la Presidencia, Hofer convocaría un referéndum sobre la salida de Austria de la UE, conocida ya como Öxit (de Österreich, 'Austria' en alemán, y exit, 'salir' en inglés).

El candidato ultra matiza esa posibilidad diciendo que consultaría al pueblo si la UE avanza hacia un modelo más federal o amenaza lo que él entiende es la soberanía de los Estados miembros.

Es la primera vez en la historia de Austria que ninguno de los dos partidos que se reparten el poder desde hace 70 años, socialdemócratas y democristianos, tiene opciones de ocupar la Presidencia, en un síntoma más del hartazgo de gran parte de la población con esas dos formaciones, que gobiernan en gran coalición. De hecho, una victoria de Hofer podría causar una grave crisis en el ejecutivo, formado por el partido socialdemócrata SPÖ y el democristiano ÖVP, y llevar a elecciones generales anticipadas.

Además de su trascendencia para Austria, estas presidenciales son vistas como otra prueba sobre el auge del populismo.

"Sería muy bueno que en Austria rompiéramos esta cosa de Brexit y Trump, que gane una persona proeuropea, por una Austria abierta al exterior, abierta al pluralismo de la sociedad que tenemos. Este es el gran simbolismo de estas elecciones", ha señalado Ulrike Lunacek, eurodiputada de Los Verdes y vicepresidenta del Parlamento Europeo.