Margarita Robles acusa al PSOE de "secretismo" en las negociaciones con el Gobierno
- Dice que los diputados socialistas se están enterando por la prensa
- Teme que con la abstención fuera implícita la aprobación del techo de gasto
- "Se tiene al grupo socialista marginado como grupo", asegura
La diputada del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados Margarita Robles ha denunciado que las negociaciones entre Gobierno y PSOE para aprobar el techo de gasto y la subida del salario mínimo se están llevando a cabo "en absoluto secretismo" y dejando "totalmente marginados" a los diputados del grupo parlamentario.
En este sentido, ha advertido de que, a su juicio, el "oscurantismo" con el que desde el PSOE se están tomando las decisiones respecto de estas dos cuestiones "les hace pensar que con el acuerdo de la abstención iba implícita la aprobación del techo de gasto y probablemente los presupuestos".
Robles, que hace estas declaraciones a Europa Press en nombre del sector crítico que votó 'no' a la investidura de Mariano Rajoy rompiendo la disciplina de voto del partido, ha asegurado que en el grupo parlamentario "no tienen constancia" de las reuniones que se están produciendo con el Gobierno para llegar a acuerdos como los alcanzados durante los últimos días. "Nos estamos enterando por la prensa, no sabemos quién está tomando esas decisiones", ha manifestado.
La diputada socialista ha denunciado que, a su juicio, desde el partido "se tiene al grupo socialista totalmente marginado como grupo" y cree que se ha hurtado el debate a los representantes políticos sobre la posición a adoptar hacia el techo de gasto y la subida del salario mínimo, sin que se les haya dado "ninguna explicación" al respecto en las reuniones del grupo mantenidas esta semana.
"Me sorprende el secretismo con el que se están llevando estas cuestiones porque al final quien tiene que votar son los diputados y me sorprende que no se cuenta para nada con ellos. Existe la impresión de que tienen que dedicarse simplemente a aceptar las decisiones que se toman sin saber quién las toma", ha explicado.
Fernández alerta del regreso de viejos fantasmas con el populismo
También este domingo el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, alertado del regreso de "viejos fantasmas" vestidos ahora de "populismos nuevos" para hacer frente a una crisis "profunda" que ha roto el contrato social, y en la que los Estados se han visto desafiados por poderes económicos "sin ningún control".
Fernández ha hecho estas afirmaciones durante el acto conmemorativo del 125 aniversario de la fundación de la Agrupación Socialista de Gijón, donde ha estado acompañado por el presidente de la Fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, y por el portavoz del PSOE en el Senado, Vicente Álvarez Areces.
En su intervención, el presidente asturiano ha hecho un repaso por la historia del PSOE en Gijón y en España, que dejó un patrimonio consistente en una forma determinada de ver el mundo y de entender la vida, que logró incluso sobrevivir al "desierto político" de los cuarenta años de dictadura franquista.
"Ni el tiempo ni el olvido pudieron desterrarlo de la memoria de la gente en aquella España dolorida", ha señalado Fernández tras defender que el PSOE siempre consiguió encontrar "las nuevas respuestas" que en cada momento histórico se necesitaban.
Así, ha recordado la "decisiva" contribución del PSOE para que España pasara de ser "un país cerrado, pobre y dictatorial a uno abierto, cosmopolita y democrático" en una Transición que, ha subrayado, "acabó bien", aunque la reciente crisis haya generado en el país una sensación de pesimismo.
En este sentido, ha incidido en que España es el país más desigual de la OCDE junto a Grecia y ha lamentado que carezca de una conciencia colectiva y de una ética "de condena al fraude, la evasión o la economía sumergida" y se vea, además, debilitado por la falta de acuerdo en torno a su estructura territorial.
En esa coyuntura, ha apuntado Fernández, el PSOE resulta "indispensable para buscar nuevas respuestas" y puede hacerlo, aunque no sea fácil y pese al regreso "de fantasmas viejos vestidos de populismos nuevos", dado que cuenta con "una marca asociada a su pasado que tiene una extraordinario potencia simbólica".
"Hay que pensar si somos capaces de atraer a los mejores de la sociedad. Mirar a la sociedad y transmitir confianza social, garantía y credibilidad económica", ha apuntado tras mostrarse convencido de que el partido socialista, pese a su crisis interna, puede hacerlo.
Para el presidente de la gestora socialista, su partido pretende "unir a la gente y no dividirla" y sigue aspirando a dejar a la próxima generación un país mejor" como ya hizo en otras épocas "con tenacidad, coraje y esperanza".