Michael Fassbender: "'Assassin's Creed' requería respetar y no respetar a los fans del videojuego"
- RTVE.es entrevista a Fassbender, Marion Cotillard y al director de Assassin’s Creed
- La esperada adaptación de la saga de videojuegos se estrena el 23 de diciembre
- "Producir y protagonizar ha sido desafiante y cansado, pero gratificante", dice el actor
- "Aprendes mucho viendo a otro actor trabajando en un papel tan difícil", dice la actriz
Una de las sagas de videojuegos más exitosas de la última década, Assassin’s Creed, llega al fin a la gran pantalla, gracias a la adaptación producida y protagonizada por Michael Fassbender. La cinta, una de las más esperadas del año y que se estrena en Estados Unidos el 21 de diciembre, llegará el viernes 23, víspera de Nochebuena, a España, país en el que se desarrolla la historia y en donde se ha rodado gran parte de la película.
Dirigida por Justin Kurzel (Macbeth, Snowtown), completan el reparto estrellas como Marion Cotillard, Jeremy Irons, Brendan Gleeson, Charlotte Rampling, entre otros, y los españoles Carlos Bardem, Javier Gutiérrez y Hovik Keuchkerian [a los dos últimos los entrevistó RTVE.es en Sevilla]. La saga cinematográfica parece que no ha hecho más que empezar.
En Asssin's Creed, Michael Fassbender es Callum Lynch, un reo condenado a la inyección letal que es dado por muerto, pero que, gracias a una tecnología revolucionaria, dirigida por la doctora Sophia Rikkin (Marion Cotillard), que permite el acceso a los recuerdos genéticos, revive las aventuras de Aguilar de Nerja, un antepasado suyo que vivió en la España del siglo XV en la época de la Inquisición. Así descubre que es descendiente de una misteriosa organización secreta, el Credo de los Asesinos (Assessin's Creed), y que posee las habilidades y los conocimientos necesarios para enfrentarse a la poderosa y temible organización de los Templarios, tanto en la época actual como en el pasado, donde templarios y assassins viven en una continua guerra, los primeros por apoderarse de las mentes y la voluntad de las personas y los segundos por defender el libre albedrío.
Para Fassbender, que ha presentado este miércoles la cinta en Madrid junto al director, su compañera Marion Cotillard y los tres actores españoles, este es el segundo proyecto que acomete como productor con su compañía DMC Films, aunque el primero de gran envergadura. Compaginar la producción y la actuación, reconoce en una entrevista con RTVE.es, es algo que "requiere mucha energía" y que le ha servido para "respetar mucho" la labor de los productores.
"Ha sido una nueva experiencia. Ya había producido algo antes, Slow West (2015), pero era un proyecto muy pequeño, de apenas dos millones de euros. Pero esto era una nueva bestia. Es algo muy desafiante y es cansado a ratos hacer todas estas cosas, pero es muy gratificante", afirma el actor nacido en Heidelberg (Alemania) hace 39 años y una de las estrellas más rutilantes del firmamento de Hollywood en la actualidad, donde ya cuenta con dos nominaciones al Oscar (Steve Jobs y Doce años de esclavitud).
"Respetar y faltar al respeto" a los fans del videojuego
Con 100 millones de copias vendidas desde que lanzase la saga al mercado la compañía Ubisoft [también implicada en el proyecto], Fassbender reconoce que adaptar el videojuego requería de un "delicado equilibrio", pero se siente "muy orgulloso" con el resultado y está convencido de que ha hecho "algo muy original".
"Requería un delicado equilibrio porque se trata de algo que tiene muchos seguidores apasionados, a los que había que respetar, pero a la vez no respetarlo porque es una película y no un videojuego. A la vez había que ser capaces de condensar ese complejo mundo para un público que nunca ha jugado el juego. Y siento que lo hemos hecho, que hemos cogido elementos clave del juego y los hemos introducido en una estructura narrativa. Las escenas de acción son insuperables y a la vez planteamos preguntas muy profundas. Además, tenemos algo que es muy inusual para este tipo de películas, el que no es fácil decir quiénes son los tipos buenos y cuáles son los malos, algo no habitual en este tipo de películas. Esta es diferente", asegura el actor de ascendencia irlandesa -su madre, natural del Úlster de Irlanda del Norte, es sobrina nieta del histórico líder revolucionario irlandés Michael Collins-.
En este sentido, el director australiano Justin Kurzel, que ya dirigió a Fassbender y Cotillard en Macbeth (2015), explica que había "elementos icónicos del videojuego" que han querido mantener, como el aspecto de los assassins, el parkour y su forma de pelear, pero les pareció "idea estupenda para una película" el concepto de "memoria genética" y profundizar en esa idea de "poder viajar al pasado para descubrir quién eras y qué aptitudes tenías".
También el cineasta, al que RTVE.es ya entrevistó en Londres en mayo, coincide con el productor y protagonista en que no había que plantear la guerra entre assassins y templarios simplemente como una dicotomía "entre blanco y negro", sino hacer algo que "no fuese lo típico de buenos contra malos".
Aunque ninguno de los ocho videojuegos de la saga se recrea expresamente en España, aunque sí hay referencias a nuestro país y a la Inquisición Española, Kurzel explica que han centrado en el siglo XV español porque quería "encontrar una nueva línea temporal y un lugar único para la película" y la "rica" historia y cultura de España les parecía un "matrimonio perfecto" para el pasado de los assassins y el de la persecución religiosa de la Inquisición Española con Torquemada (Javier Gutiérrez) a la cabeza, un "escenario político y religioso maravilloso".
Importancia de la autenticidad
Rodada en exteriores de Malta, Almería y Sevilla y los estudios Pinewood de Londres -los más grandes de Europa-, para el director de Snowtown (2011) aportar "autenticidad" a la película era fundamental para poder "ofrecer algo diferente" al videojuego, tanto para quienes lo conocen como para quienes no. "Buscamos la autenticidad no solo en la forma que lo rodamos, pues hicimos todas las escenas de acción de verdad, sino también en las localizaciones, en el vestuario, que era muy importante para nosotros que luciera muy auténtico y honesto, y también gastamos mucha energía y recursos en venir a rodar a España, con actores españoles y que los diálogos fueran también en español. Eso era increíblemente importante para nosotros", explica sobre la película, en la que, efectivamente, no solo Gutiérrez, Bardem y Keuchkerian, sino el propio Fassbender habla en español cuando encarna a Aguilar de Nerja.
Dentro de esa autenticidad se enmarca uno de los platos fuertes de la película, el Salto de Fe tan característico del videojuego y que se rodó con uno de los mejores especialistas, Damien Walters, que realizó un salto desde 38 metros de altura desde una grúa y sin ningún cable ni cuerda elástica, es decir, una auténtica caída libre.
"Fue lo más escalofriante. Un salto de 38 metros. Daba mucho miedo replicar lo que hacen los assassins en el juego, pero Walters es un especialista increíble. Poco a poco subió a 38 metros para completar el salto y es ya uno de los más grandes que se ha hecho jamás, y estoy muy orgulloso de haberlo filmado para la película. De verdad sientes el peligro. Aquí los assassins de verdad chocan y aterrizan, no están flotando en el aire", asegura el director australiano, que apunta que, aunque no esta, el propio Fassbender hizo personalmente "casi todas" las escenas peligrosas.
Marion Cotillard aprende de Fassbender
Kurzel reconoce que es "bonito" encontrarse en el set con "caras conocidas" y poder repetir con Fassbender y Cotillard solo un año después de Macbeth, aunque se trata de un proyecto "completamente diferente".
Para la actriz parisina ganadora del Oscar por La vida en rosa (2007) y nominada por segunda vez por Dos días, una noche (2014), ambas películas rodadas en francés, volver a rodar con Kurzel y Fassbender le aportaba "seguridad" después de la "confianza" que habían desarrollado trabajando juntos en la adaptación del clásico de Shakespeare, ella como Lady Macbeth.
"Pero es más que eso porque es muy raro poder asistir a la exploración interior de un actor tan grande [dice sobre Fassbender, a la vez que le acaricia la cabeza y le sonríe], porque trabajamos poco más de un mes juntos en una película muy intensa con personajes icónicos. Y el hecho de puedas explorarlo juntos con Justin es algo que no tiene precio. Aprendes mucho de ver a otro actor trabajando en un papel tan difícil. Sé del compromiso de ambos con el proyecto y, además, al trabajar de nuevo con Justin, que es un director increíble para los actores, sabes que no te va a dejar hacer nada que al final sea malo", añade Cotillard, que reconoce que en Macbeth llegó a estar "muy estresada" porque todos los días llegaba al set sin olvidar que era francesa "y que no podía arruinar el inmenso regalo" de interpretar uno de los personajes más importantes del universo shakesperiano.
Por su parte, el aludido Fassbender asegura "no tener ni idea" cuando se le pregunta cuál es la clave para que, en apenas ocho años -desde que rodó Hunger (2008) a las órdenes de su director talismán, Steve McQueen, con el que repitió en Shame y Doce años de esclavitud-, se haya convertido en uno de los actores más solicitados y reconocidos: dos nominaciones al Oscar y participaciones tanto en cine independiente de prestigio como en exitosas sagas de taquilla como X-Men o las precuelas de Alien a las órdenes de Ridley Scott
"No tengo idea. Solo sé que me considero muy privilegiado. Estoy en una posición única y, no sé, disfruto mucho el poder trabajar con los mejores que hay ahí fuera y solo trato de aprender lo máximo posible de ellos", afirma con modestia esta bestia actoral de vocación tardía que iba para guitarrista de heavy-metal pero que acabó dejándolo porque era "muy malo" tocando y, más cantando, afortunadamente para el cine.