Al menos 238 detenidos en la operación contra una red china que estafaba a compatriotas
- Se embolsaron 16 millones de euros a través de timos telefónicos a compatriotas
- Les hacían creer que estaban investigados por las autoridades chinas
- Un joven se suicidó tras pagar a la trama con el dinero de sus estudios
- Es la operación más importante llevada a cabo por la Policía nacional y la china
Al menos 238 personas han sido detenidas en nuestro país en el marco de la macrooperación llevada a cabo por la Policía Nacional desde el pasado martes contra una red criminal de estafadores chinos.
Según han señalado los agentes este miércoles, esta red criminal llegó a embolsarse 16 millones de euros a través de timos telefónicos a compatriotas humildes residentes en China a los que hacían pensar que estaban siendo investigados por las autoridades de su país.
Una gran estafa, en palabras de los responsables policiales, que han calificado la operación -denominada 'Wall' (muro en inglés)- como la más importante desarrollada entre la Policía española y la china, que ha permitido desmantelar una organización de ciudadanos chinos que, desde una veintena de chalés aislados y de lujo en las provincias de Alicante, Barcelona y, sobre todo, Madrid, cometían una simple pero suculenta estafa telefónica.
En la operación han participado cerca de quinientos agentes de la Policía Nacional, además de policías chinos que se trasladaron a España para colaborar, pues fueron las autoridades chinas las que reclamaron a España actuar contra estos estafadores que habrían conseguido timar a cientos de ciudadanos chinos en los últimos meses.
Un joven se suicidó tras pagar a la trama con el dinero de sus estudios
El comisario general de Policía Judicial, Eloy Quirós, ha explicado que esta red robó a miles de familias y ciudadanos chinos humildes sus escasos ahorros, hasta el punto de que la estafa condujo al suicidio de un joven tras haber abonado a la trama el dinero con el que poder pagar sus estudios.
Como él, miles de ciudadanos chinos cayeron el otro lado del teléfono en el planificado engaño de esta red, cuyos líderes están en el país asiático, pero controlaban el funcionamiento de la trama con lugartenientes en cada una de las viviendas que servían para la comisión de estos delitos.
En cada una de las veinte viviendas investigadas vivían y cometían la estafa entre 20 y 30 ciudadanos, ajenos al exterior y que trabajaban de noche para que las llamadas a China coincidieran con su horario diurno.
Un mecanismo engrasado en el que cayeron miles de ciudadanos chinos
Cada estafador contaba con una mesa, de un teléfono y de un listado de números de ciudadanos chinos previamente seleccionados como potenciales víctimas.
A partir de ahí, los estafadores seguían un guión, según ha señalado el comisario principal responsable de la Unidad de Delitos Telemáticos, Eugenio Pereiro, "basado en la ingeniería social" y, por supuesto, aprovechándose de la idiosincrasia china.
De esta forma, en una primera llamada advertían a la posible víctima de que iba a ser objeto de una investigación para, en llamadas posteriores "meter el miedo en el cuerpo" de esos ciudadanos diciéndoles que estaban inmersos en unas pesquisas policiales, con el objetivo final de "en una cuarta o quinta llamada" convencerles de que trasfieran dinero a una cuenta oficial.
Un mecanismo engrasado en el que cayeron miles de ciudadanos chinos, mientras los estafadores que participaban en el delito de forma voluntaria y, de hecho, se trasladaban a España para ello.
"Llegaban a España, alquilaban esas viviendas que pagaban religiosamente y después de varios meses desalojaban los chalés y regresaban a China", ha señalado Pereiro.