México se convierte en el país en paz más mortífero para la prensa
- Nueve periodistas fueron asesinados en México en 2016
- Siria es el país en conflicto más inseguro para los periodistas
- 57 profesionales del periodismo fueron asesinados en el mundo este año
- Según RSF, se ha dejado de informar desde las peores zonas de conflicto
Nueve periodistas fueron asesinados en México, lo que convierte a ese país en el más mortífero para la prensa de entre todos los que no están en guerra, según se desprende del informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF) sobre la mortalidad en la profesión.
En total, 57 profesionales del periodismo fueron asesinados en el mundo a causa de su profesión, 10 menos que en el año anterior, a los que hay que sumar nueve ciudadanos que ejercían el periodismo de forma no profesional y 8 colaboradores de medios de comunicación.
Pero la organización llamó la atención sobre la situación en México en 2016, un país que no está en guerra pero en el que las actuaciones de los cárteles criminales, sobre todo de "Los Zetas", "hacen reinar el terror en los estados del noreste del golfo de México".
Mensaje de terror, corrupción e impunidad
El objetivo de estas organizaciones delictivas es, según RSF, "disuadir" a los periodistas de "meterse en sus asuntos", para lo que "multiplican los secuestros y los actos de barbarie".
Pese a esa persecución, "las autoridades policiales y judiciales, muy corrompidas, cierran los ojos", cuando no contribuyen en la labor de represión de los periodistas, puesto que el informe revela que son agentes policiales los principales responsables de las agresiones a reporteros.
Hace una semana, la ONG condenó "con firmeza" el asesinato del periodista mexicano Jesús Adrián Rodríguez Samaniego el pasado día 10 de diciembre en la ciudad de Chihuahua y pidió que se investigue si tuvo que ver con su trabajo.
La organización ha denunciado el progresivo deterioro de la libertad de prensa en los últimos años en ciertas regiones del mundo. En los últimos 10 años, 780 periodistas han perdido la vida en el ejercicio de sus funciones, con picos importantes en 2007 y 2012 (87).
El peligro de informar: agujero informativo y autocensura
RSF considera que el descenso registrado en el número de periodistas asesinados responde al hecho de que muchos de ellos han abandonado las zonas de conflicto, como Siria, Irak, Libia o Yemen, convertidas como consecuencia de eso en "agujeros negros informativos en los que reina la impunidad".
A ello se suma, según el informe, a que la brutalidad ejercida por regímenes dictatoriales contra periodistas les ha llevado a aplicarse una autocensura por miedo a ser asesinados. A nivel internacional, RSF señaló que solo 4 de los periodista asesinados lo fueron fuera de su país.
Tres cuartas partes de los asesinados habían sido amenazados previamente por sus actividades periodísticas, lo que prueba para RSF "el fracaso de las iniciativas internacionales destinadas a la protección de los periodistas".
Periodistas en guerra
Las zonas de conflicto siguen siendo el principal escenario de asesinatos de periodistas, con Siria a la cabeza, con 19 muertos, seguido de Afganistán con 10, Irak con 7 y Yemen con 5.
RSF recuerda que, desde 2011, año del inicio del conflicto en Siria, 62 periodistas profesionales y otros 152 amateurs o colaboradores han muerto en este país.
En total, el 65% de los asesinatos se produjo en esas regiones, una tendencia diferente a la registrada en 2015, cuando numerosos periodistas fueron asesinados en países en paz, como los del semanario satírico francés "Charlie Hebdo".
Periodistas encarcelados y secuestrados
Si se suman los arrestos de colaboradores (15) y las de los llamados periodistas-ciudadanos o blogueros (146), la cifra total de periodistas encarcelados llega a los 348, un 6% más que en 2015.
Entre los incrementos registrados se incluye el que se haya duplicado el número de mujeres encarceladas (21), lo que para RSF demuestra que cada vez son más las que ejercen ese oficio, pero también "el desastre en el que se ha sumido Turquía, que acumula la tercera parte de las detenidas en el mundo".
El balance anual de la organización, cerrado el pasado 1 de diciembre, añade que otros 52 periodistas fueron tomados como rehenes, de ellos 26 en Siria, 16 en Yemen y 10 en Irak, así como que uno está desaparecido, frente a los ocho del año pasado.
Los 52 secuestros suponen nueve casos menos que en 2015, pero la ONG con sede en París recuerda que ese año registró cifras particularmente elevadas, con un incremento del 35% respecto a 2014. Todos esos casos se dieron en zonas de conflicto en Oriente Medio y afectaron a varones, de los cuales el 89% eran periodistas locales que a menudo trabajan por su cuenta "en condiciones precarias y muy arriesgadas".
El grupo yihadista Estado Islámico (EI), según sus cálculos, fue responsable de 21 de esos secuestros, atacando a periodistas que no son leales a su ideología fundamentalista y a aquellos que difunden información desde los territorios controlados.
China y Turquía, caza de brujas
Su resumen anual destaca además que Turquía se ha convertido en "la mayor prisión para los periodistas profesionales" debido a la caza de brujas que siguió al fallido golpe de Estado del pasado julio, con más de un centenar de encarcelamientos.
"Por lo general, basta con hacer alguna crítica al poder, o tener cierta empatía con el movimiento de (el predicador Fethullah) Gülen o el movimiento político kurdo, para que se envíe a un periodista a prisión, sin que la Justicia considere necesario probar su implicación en actividades criminales", dice la ONG.
China sigue siendo por otra parte la mayor cárcel para quienes se dedican a la información, con 103 periodistas encarcelados en total, y le siguen en ese listado negro Siria (28), Egipto (27) e Irán (24).
Protección institucional
"Estos ataques han afectado el derecho a la información de millones de ciudadanos. Los principales problemas a escala internacional, como las cuestiones medioambientales y la lucha contra el extremismo violento, no pueden resolverse sin el trabajo esencial de los periodistas", insistió RSF.
La organización subrayó la urgencia de que los periodistas puedan realizar su trabajo en un ambiente seguro y de acabar con la impunidad de la que gozan los autores de estos ataques.
Ante los riesgos "cada vez más numerosos" a los que se enfrenta el sector, RSF reclamó de nuevo crear la figura de un "representante especial del secretario general de Naciones Unidas para la seguridad de los periodistas", que tenga capacidad de actuar con rapidez y legitimidad para coordinar los esfuerzos.