Los terrores favoritos de Guillem Medina
- El fotógrafo publica Fotografiando a los monstruos
- Un homenaje fotográfico a los monstruos más famosos de la historia del cine
En los últimos años Guillem Medina Gallardo (Barcelona, 1968) ha publicado, con gran éxito, numerosos libros sobre cultura popular (Abuelito dime tú, ‘Quién mató a Jr. ,) pero, además, es un reconocido fotógrafo. Y ahora ha decidido aunar esas dos facetas para homenajear a los grandes monstruos de la historia del cine en el libro Fotografiando a los monstruos. Un recorrido en imágenes por las criaturas del terror (Diábolo ediciones)
“La idea –nos comenta Guillem- surgió de la forma más casual, haciendo el book fotográfico de un actor, decidimos probar personajes de fantasía. La foto quedó bien y a raíz de colgarla en el Facebook otros modelos se interesaron por el estilo y también querían “convertirse en monstruos”. Cuando ya tenía un buen grupo de fotografías bajo la misma temática terrorífica se me ocurrió proponerle a Lorenzo Pascual, el editor de Diábolo Ediciones, de hacer un libro recopilando todas esas imágenes”.
“En principio –continúa el fotógrafo- la idea era solo poner mis fotografías, pero posteriormente lo he “adornado” con numerosos datos, filmografías, etc. de cada personaje resultando un producto bastante redondo. Lo cierto es que el género de terror siempre admite muchas interpretaciones, y esta galería de monstruos es mi particular versión, algunas más influenciadas por la imagen que tenemos cinematográfica y en otras he dejado volar más la imaginación”.
“Últimamente mi estilo fotográfico es más teatral”
Este libro, como decíamos, le ha dado la oportunidad de combinar sus facetas de escritor y fotógrafo: “Lo cierto es que intento mantener ambas aficiones de forma paralela: escribir y hacer fotografías, y si a veces pueden ir unidas como en este caso, mucho mejor”.
“Últimamente –añade Guillem- mi estilo fotográfico es más teatral, supongo que porque también estoy trabajando más con actores profesionales, haciendo carteles para obras de teatro, carátulas de cd musicales etc…Pienso que cada fotógrafo (y hay cientos en este momento) debe encontrar su camino y su estilo con el que se encuentre cómodo y sepa expresarse al máximo”.
En cuanto a sus terrores favoritos: “El terror me gusta más en su vertiente más clásica: los films de la Universal en blanco y negro e incluso los de la Hammer en los años 60 y los 70 tenían un encanto que las actuales producciones, a pesar de que técnicamente estén mejor hechas, carecen. Creo recordar que uno de los primeros films que vi de terror era Frankenstein en la versión de 1931, me pasé la noche en vela pensando que el monstruo dormí a mi lado. Y otro film que me inquietó mucho en mi juventud fue No profanar el sueño de los muertos vivientes que pasaron en televisión dentro del programa Mis terrores favoritos que presentaba Chicho Ibáñez Serrador”.
Mucho más que un catálogo fotográfico
Pero el libro no sólo es una sucesión de fotografías. La imagen de cada monstruo viene acompañada de un texto en el que se repasa su historia y sus apariciones cinematográficas más destacadas. “La verdad –confiesa Guillem- es que me lo he pasado muy bien buscando información, muchas de las películas de las que se habla en el libro ya las conocía y otras las he visto por primera vez. Cada personaje lleva un pequeño texto sobre su plasmación en el cine aunque no es un ensayo sesudo sobre el terror. Y se adjunta además una filmografía bastante completa”.
“Lógicamente –añade el fotógrafo- cuando escribes sobre un personaje que conoces y aprecias es lógico que pongas algo de tu propia opinión, hay films que se consideran clásicos pero no han soportado bien el paso de los años y verlos actualmente resulta un tostón, creo que viendo Drácula 73 con Christopher Lee me dormí varias veces, y acabé por no verla. A la hora de pensar las fotografías primero era básica la elección del modelo, su fisionomía. A partir de ahí buscaba el vestuario, creas una pequeña ambientación, decides la expresión que deberá hacer el modelo… Se trata de crear un conjunto armónico y que sea fácilmente reconocible”.
Los modelos y el vestuario
“La idea partió de recrear los monstruos clásicos –asegura Guillem-, pero poco a poco se fueron añadiendo otros a la lista hasta completar la cincuentena que aparece en el libro. Han quedado algunos fuera del tintero que me hubiese gustado incluir pero por no contar con los modelos adecuados, o no conseguir un vestuario determinado u otros inconvenientes no pudo ser como Gómez y Morticia Addams (aunque en el libro aparece su hija Miércoles), El planeta de los Simios, Tiburón o El monstruo de la laguna son algunos que me han quedado pendientes”.
Destacar el toque artesanal del vestuario de los monstruos que demuestra la gran originalidad de Guillem: “Buena parte del vestuario –confiesa- se ha conseguido o se ha elaborado de forma artesanal. Mirando en mercadillos, buscando una pieza por aquí, otra por allá. He de agradecer la participación de dos diseñadores que han prestado algunas prendas de sus colecciones como son Gustavo Adolfo Tarí (al cual encontraréis transformado en Jeckyll y Mister Hyde y como el niño de La Profecía) y Ignasi Vila Riera (que en el libro aparece como Fu Manchu y Rasputín). Cuando te propones un proyecto de estas características con tanto vestuario de época, o haces uso de la imaginación o alquilas todo el vestuario (una solución muy cara, sobre todo cuando se trata de tantos personajes)”.
En cuanto a sus modelos: “En su mayoría son gente anónima, amigos y conocidos –nos comenta Guillem-. Algunos sí que son actores profesionales, y eso siempre añade un plus a la hora de que se metan en el personaje y te ofrezcan una amplia gama de registros, pero en general he preferido contar con gente cercana que en un momento determinado la tenías a mano y podías hacer la foto rápidamente. Otra opción a la hora de hacer este libro habría sido buscar famosos, pero entonces el lector habría visto más al modelo que no el personaje que interpretaban”.
Fotografías muy teatrales
“Todas las fotografías –nos comenta Guillem- se han hecho en estudio porque es la forma más fácil de poder controlar la iluminación, la composición, etc. Son fotos muy teatrales en las que no solo contaba la expresión del modelo (que es básica para hacer creíble el personaje) sino como saber potenciarlo, y eso se consigue gracias al maquillaje (realizado de forma totalmente artesanal), la peluquería, y la luz, que puede potenciar una foto o hundírtela si no la sabes controlar. Me gusta resaltar la importancia de las manos, que siempre son muy expresivas y deben ayudar al modelo”.
“Lógicamente –continúa- todas las fotos tienen su posterior edición y retoque digital, pero no es solo una cuestión de estas fotos, cualquier foto que veas hoy día en la prensa es susceptible de haber sido manipulada, y ya no hablemos cuando son revistas de moda. En mi caso y al hacer las fotos en estudio, posteriormente se ha de insertar el personaje en un escenario, pero prefiero ser sutil y no pasarme de la raya. Hoy en día es bastante fácil hacer composiciones muy barrocas, insertando el personaje en un universo onírico lleno de naves espaciales, castillos, seres mitológicos etc”.
“En mi caso –añade el fotógrafo- el personaje tiene predominancia sobre el resto, y sí, puede haber la pared de una mansión victoriana, o el laboratorio de un científico loco, pero el fondo nunca se “comerá” al personaje. Cuando doy clases de fotografía siempre les digo a mis alumnos que el Photoshop ayuda, pero siempre ha de haber una buena base sobre la que trabajar. No se puede crear todo por ordenador porque entonces resulta un pastiche. El mejor retoque es el que nadie percibe”.
“Sigo prefiriendo a los monstruos de la Universal”
En cuanto a sus monstruos favoritos, Guillem se confiesa un clásico: “Sigo prefiriendo los monstruos clásicos de la Universal, aquellos que aparecían en films en blanco y negro (donde la sangre y la casquería no era un plus a la hora de asustar al público). En el libro incluso se dedica un capítulo al mago del suspense Alfred Hitchcock con dos de sus films más emblemáticos, Psicosis y Los Pájaros. Y me hacía especial ilusión dedicar un capítulo a la actriz Bette Davis que en un momento de su carrera se lanzó a hacer films de terror, algunos muy malos y otros se han convertido en clásicos como Canción de cuna para un cadáver”.
“Actualmente –continúa- me parece más interesante el terror que se hace en televisión que el que se podría ver en la gran pantalla. Series como American Horror Story o Penny Dreadful están renovando el género de una forma muy interesante.
En cuanto a sus proyectos, Guillem nos avanza que: “Mi próximo libro se aleja totalmente de esta temática y hace un repaso a las novelas juveniles que han marcado nuestras vidas, desde Julio Verne a Los Cinco, y os puedo asegurar que ha habido muchísimas”.