Los chimpancés son "indiferentes" al altruismo, aunque también al rencor
- Un estudio niega que estos simios sean generosos sin obtener nada a cambio
- La tendencia a ayudar observada en otros experimentos podría ser "colateral"
- El comportamiento prosocial humano pudo venir tras separarse de los primates
Los chimpancés son "indiferentes" al altruismo y tampoco son maliciosos por naturaleza, lo que sugiere que la evolución del comportamiento prosocial se produjo después de la separación de los humanos del resto de los primates.
Eso es lo que apunta un estudio publicado en Nature Communications, que recoge el trabajo de científicos de las universidades británicas de Birmingham, Manchester y Saint Andrews y del Instituto Max Planck de Alemania, quienes realizaron dos experimentos con 13 chimpancés no emparentados de una reserva en la Isla Ngamba, en Uganda.
En esas pruebas, los monos tenían la posibilidad de ayudar o perjudicar a otros miembros del grupo en el acceso a alimentos, y en ningún caso desplegaron ese tipo de actitudes de ayudar o menoscabar a los demás.
Los expertos concluyen que los chimpancés no presentan actitudes altruistas o vengativas por naturaleza, sino que solo aparecen cuando "anticipan algún tipo de ventaja para ellos".
La tendencia a ayudar, ¿un "resultado colateral"?
Observan además que la tendencia a "ayudar a los demás" constatada en experimentos previos pudo ser un mero "resultado colateral" de actividades especialmente diseñadas para los monos en las que se incentivaba su participación.
En su primer experimento, los expertos dividieron a 13 chimpancés en dos grupos, y tres de ellos fueron ubicados en una sala separada donde había una caja con comida, equipada con un mecanismo de apertura y cierre que solo podían activar sus compañeros mediante una clavija.
Los tres chimpancés potencialmente receptores de la comida podían sacudir las cajas, que contenían cacahuetes pelados, y el resto sabía que allí había comida.
En uno de los grupos, activar la clavija tenía el efecto de abrir la caja, lo que permitía a los receptores acceder a los cacahuetes. En el otro grupo, si los chimpancés activaban la clavija, la caja se cerraba herméticamente y los otros perdían el acceso a la comida.
Al comienzo, los chimpancés activaron la clavija repetidamente, pero ese ritmo descendió cuando vieron que no había ninguna ventaja para ellos.
No hubo ninguna diferencia en la pauta de activación de la clavija entre el grupo cuyo gesto podía haber ayudado a los receptores a acceder a la comida y el grupo que en cambio restringía el acceso.
No actúan para beneficiar a otros congéneres
En el segundo experimento, se enseñó a once de los chimpancés el efecto de sus acciones sobre la caja de comida y se les permitió ir a la sala de los receptores. Este aprendizaje adicional no llevó a una mayor activación de la clavija a fin de ayudar a los compañeros, ni hizo tampoco descender la activación del cierre de la caja.
"Los resultados de estos dos experimentos combinados demuestran que los chimpancés no actuaron de manera que pudieran beneficiar a los demás, en una tarea en la que no había la percepción de un beneficio para ellos mismos", afirmó Claudio Tennie, de la Universidad de Birmingham.
"Visto que los participantes tanto podían impedir el acceso a la comida como permitirlo, (se concluye que) los chimpancés no son ni altruistas ni vengativos". "Incluso cuando entendieron las consecuencias de sus actos, permanecieron indiferentes a los efectos de sus acciones en los demás", añadió este experto.
El comportamiento prosocial, fruto de la evolución
En el artículo, Keith Jensen, de la Universidad de Manchester, reconoce que "la evolución del comportamiento social, lo que lleva a los individuos a actuar de manera altruista es una importante y activa área de debate".
"Los chimpancés parecen indiferentes cuando se trata de dar comida a los demás en experimentos científicos, pero, sin embargo, se conocen casos en los que han ayudado a seres humanos y a otros chimpancés", manifiesta.
Jensen advierte de que, aunque algunos expertos habían sugerido que "las raíces del altruismo humano podían remontarse al antepasado común con el chimpancé", estos últimos experimentos contradicen este punto de vista.
"Si esto es así, significaría que el comportamiento prosocial se ha desarrollado en estadios más tardíos de la evolución, después de nuestra separación del resto de los primates", sostiene.