Alemania persigue al tunecino Anis Amri tras confirmar que fue el autor del atentado en Berlín
- El Gobierno señala que él fue "con alta probabilidad" quien perpetró el ataque
- Entre otras pruebas, se han hallado sus huellas dactilares en el camión
- La Policía alemana ha realizado varios registros para descubrir su paradero
Las fuerzas de seguridad de Alemania buscan sin descanso al tunecino Amis Amri, al que ya consideran el autor del atentado perpetrado el pasado lunes en Berlín a la luz de las pruebas halladas en el camión que embistió a los transeúntes en el mercado navideño de la Breitscheidplatz, entre ellas las huellas dactilares del sospechoso.
"Las huellas digitales han sido halladas en la cabina" del camión, ha ratificado el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, que ha señalado que los indicios apuntan a que Amri, contra el que la Fiscalía federal ha emitido una orden europea de detención, es "con alta probabilidad el autor" del ataque terrorista, en el que murieron doce personas y medio centenar resultaron heridas.
Una portavoz de la Fiscalía federal, Frauke Koehler, ha precisado a los medios de comunicación que las pruebas forenses apuntan a que Amri estaba al volante del camión cuando este embistió a la multitud: "Se han encontrado huellas dactilares en el exterior del camión, en la puerta del conductor y en el pilar B [que sustenta el cinturón de seguridad]", ha detallado.
“En este punto de la investigación, asumimos que Anis Amri conducía el camión“
"En este punto de la investigación, asumimos que Anis Amri conducía el camión", ha apostillado Koehler, que también ha enumerado las redadas efectuadas por las fuerzas de seguridad para intentar localizar al sospechoso: "Hemos realizado redadas en varios lugares de Renania del Norte - Westfalia y Berlín, dado que se cree que Anis Amri estuvo en esos lugares anteriormente. En base a otra pista, se ha examinado un autobús en Heilbronn. No ha habido detenciones", ha remarcado.
Huido de Túnez a Italia
Los medios alemanes ya habían avanzado los registros efectuados en un centro de acogida de refugiados donde vivió Amri en Emmerich, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, así como en dos viviendas en Berlín, una de ellas en el barrio de Kreuzberg, a última hora del miércoles. En cualquier caso, Anis Amri se ha convertido en la persona más buscada en Alemania, después de que la aparición de un permiso temporal de residencia a su nombre en la cabina del camión usado en el atentado pusiese a las fuerzas de seguridad tras su pista.
Su hermano mayor, Abdelkader, ha relatado a la agencia AFP en su pueblo natal, Oueslatia, que Amri salió ilegalmente de Túnez en marzo de 2011, huyendo de una condena a cuatro años de cárcel por robo con violencia, un extremo confirmado por las fuerzas de seguridad locales.
Atravesó el mar Mediterráneo en patera y alcanzo Europa a través de la isla italiana de Lampedusa, aunque su hermano recalca que su intención era buscar un futuro mejor y no solo escapar de la justicia. "También se marchó para huir de la miseria. No tenía ningún futuro en Túnez y quería, a cualquier precio, mejorar la situación financiera de nuestra familia", le justifica Abdelkader. "Vivía como todos los jóvenes, bebía [alcohol], no rezaba ni nada de eso", abunda Walid, otro de sus hermanos.
En Italia, Amri fue alojado en un centro para inmigrantes irregulares de Lampedusa y, posteriormente, consiguió ser transferido a Catania, en Sicilia, esgrimiendo ante las autoridades que era menor de edad, por lo que fue inscrito en un colegio hasta que se demostró su mentira. En octubre de 2011 fue detenido por intentar prender fuego al centro de acogida en el que residía y, según una fuente de seguridad italiana citada por Reuters, fue condenado por vandalismo, robo y amenazas.
Radicalizado en prisión
Cumplió cuatro años de reclusión en el cárcel de Ucciardone de Palermo, capital de Sicilia, donde, según el relato de la prensa italiana, pudo entrar en contacto con radicales islamistas. Fuentes de las fuerzas de seguridad de Túnez también apuntan a su estancia en prisión como el momento en el que habría entrado en contacto con el Estado Islámico, que el pasado martes reivindicó el atentado de Berlín.
“Entró en prisión con una mentalidad y salió con otra totalmente diferente“
"Entró en prisión con una mentalidad y salió con otra totalmente diferente", comenta su hermano Abdelkader. Walid va más allá y señala que "quizás se metió en eso cuando estaba en la cárcel, donde conoció a argelinos, egipcios y sirios". Al término de su condena se decretó su expulsión, pero no llegó a ser deportado a Túnez: desapareció mientras el proceso burocrático permanecía atascado por la falta de cooperación de las autoridades de su país.
Las autoridades alemanas han confirmado que en julio de 2015 entró en el país a través del estado de Baden-Württemberg, en el suroeste, cuando empezaba a aumentar el flujo de refugiados que llegaba al país. Solicitó asilo, pero su petición fue denegada el pasado mes de junio y en ese mismo momento se inició su proceso de expulsión de Alemania, aunque tampoco pudo llevarse a cabo por la falta de cooperación de Túnez, que rebatió durante un tiempo que fuera nacional suyo y no envió la documentación necesaria hasta dos días después del atentado.
"En 2015, se instaló en Alemania", ratifica su hermano Abdelkader, "donde intentó regularizar su situación. Ha trabajado sobre todo en el campo, en negro". Desde allí seguía en contacto con su familia: "Hablabamos vía Facebook, nos decía que quería volver a Túnez, pero que antes tenía que ganar algo de dinero".
Hasta seis identidades distintas
En febrero de este año se trasladó a Berlín, donde ha residido la mayor parte del tiempo hasta el día del ataque, aunque en varias ocasiones viajó a Renania del Norte-Westfalia, donde entró en contacto con círculos salafistas, según medios alemanes recogidos por Efe.
Sus movimientos fueron detectados por diversos servicios secretos alemanes, según el responsable de Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jäger, que llegaron a clasificarlo como "peligroso", etiqueta que tienen 549 personas en un país de más de 80 millones de habitantes. La orden de detención europea revela que ha usado hasta seis identidades distintas, con tres nombres de pila diferentes, cinco apellidos, cinco fechas de nacimiento y tres nacionalidades: tunecina, egipcia y libanesa.
Las autoridades de Berlín lo vigilaron entre marzo y septiembre de este año al temer que pretendiera cometer un robo para comprar armas automáticas y, presuntamente, perpetrar después un atentado, pero el operativo se cerró al no hallarse pruebas que sustentaran las acusaciones. Las fuerzas de seguridad pincharon sus comunicaciones y, según Der Spiegel, el joven llegó a ofrecerse como terrorista suicida, pero eran mensajes en clave, por lo que no constituían prueba suficiente para detenerlo.
“Diez días antes del atentado nos dijo que tenía previsto volver a casa en enero“
"Diez días antes del atentado nos dijo que tenía previsto volver a casa en enero", asegura su hermano Walid, que señala que esa fue la última vez que sus familiares supieron de él, según AFP, a pesar de que este mismo jueves cumple 24 años. Abdelkader, de hecho, afirma que le gustaría felicitarle: "Nada mostraba que pudiera radicalizarse. Estoy seguro de que no ha hecho una cosa así. ¡No ha emigrado para eso!", clama Abdelkader, que, sin embargo, alberga dudas: "Si mi hermano es el autor del atentado, le diría: 'Nos has deshonrado'".
Merkel alaba la serenidad de los alemanes
En la misma comparecencia en la que el titular de Interior ha confirmado el hallazgo de las huellas dactilares de Anis Amri, la canciller alemana, Angela Merkel, ha expresado su confianza en una "pronta detención" del sospechoso.
La jefa del Gobierno, que ha visitado la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), ha reconocido la dureza de afrontar el primer gran ataque yihadista en Alemania, pese a que el Gobierno alemán sabía "en teoría" que el país estaba "en el punto de mira del terrorismo islámico".
"Los valores de la democracia y del estado de derecho están de nuestro lado", ha señalado la canciller, quien se ha mostrado "orgullosa" de la serenidad con la que ha reaccionado la inmensa mayoría de los ciudadanos alemanes y ha vuelto a defender la necesidad de mantener una sociedad abierta y libre.
Por su parte, tanto el ministro de Interior como el titular de Justicia, Heiko Maas, han dejado claro que lo prioritario es ahora encontrar al sospechoso y han abogado por abordar después las lecciones que se pueden desprender de este caso, en respuesta al debate sobre posibles fallos en la vigilancia de personas potencialmente peligrosas que se ha suscitado al saberse que Amri estaba incluido en las bases de datos de las fuerzas antiterroristas y que se escapó del radar de las autoridades alemanas.