Una investigación internacional refuta el calentamiento continuado de la Península Antártica
- A pesar del aumento global, constata un enfriamiento durante la última década
- Ha registrado más hielo y una ralentización del retroceso de los glaciares
- El trabajo lo han realizado universidades portuguesas, checas y españolas
Una investigación realizada por varias universidades portuguesas, checas y españolas, constata el enfriamiento de la Península Antártica durante la última década, con una presencia mayor de hielo y una ralentización del retroceso de los glaciares.
Hasta la fecha, la práctica totalidad de estudios científicos e informes internacionales de referencia, como el Panel Internacional del Cambio Climático, señalaban la Península Antártica como una de las áreas de la Tierra donde el aumento de temperatura había sido más pronunciado desde mediados del siglo XX, con un incremento de hasta 2,5 grados centígrados, ha explicado la Universidad de Oviedo en un comunicado.
A estas condiciones climáticas más cálidas se asociaban una intensificación del retroceso de los glaciares y la expansión de las áreas libres de hielo, la colonización de estas nuevas zonas libres de hielo por la vegetación y los cambios observados en la distribución de las especies animales.
No obstante, un análisis más detallado de la evolución de las temperaturas de 10 estaciones de la Península Antártica desde mediados de siglo XX hasta 2015 llevado a cabo por investigadores de universidades españolas, portuguesas y checas ha aportado nuevos datos, según el estudio que acaba de ser publicado en la revista Science of the Total Environment.
“El calentamiento sostenido alcanzó su máximo entre 1998 y 1999. “
Los resultados del trabajo muestran que el calentamiento sostenido alcanzó su máximo entre 1998 y 1999, cuando la temperatura anotó los valores más elevados medidos en la región, coincidiendo con el fenómeno de El Niño más intenso de las últimas décadas.
Enfriamiento significativo desde 1999
Desde entonces, las temperaturas han descendido significativamente, en casi un grado centígrado, en la última década (2006-2015) con respecto a la anterior (1996-2005) en las zonas norte y nordeste de la Península, con valores similares en las Islas Shetland del Sur, donde se localizan las bases científicas españolas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla. Los cambios observados en el extremo sur de la Península han sido mucho más moderados.
Los autores de este estudio, entre los que se encuentran los profesores Marc Oliva (Universidade de Lisboa-Universidad de Barcelona), Francisco Navarro (Departamento de Matemática Aplicada de la UPM) y Jesús Ruiz, (Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo), destacan que este enfriamiento está teniendo repercusiones en los medios terrestre y marino de la Península Antártica.
Los investigadores están observando una mayor presencia de hielo marino, una ralentización del retroceso de las los glaciares y plataformas de hielo, un cambio de pérdidas a ganancias netas de masa en la superficie de los glaciares del norte de la Península, una reducción del espesor de la capa activa del permafrost (suelo permanentemente helado que se descongela estacionalmente cerca de la superficie) y una mayor duración de la cobertura de nieve.
Aunque todavía no se ha constatado -precisa la Universidad de Oviedo-, cabe esperar que esta tendencia reciente pueda tener también implicaciones en la flora y fauna allí de la región. Estas observaciones chocan con las tesis extendidas en la comunidad científica internacional hasta la fecha, que definían esta zona como una de las que más se había calentado del planeta y asociaban a este calentamiento acelerado los cambios observados en los ecosistemas.
Estudios futuros deberán dilucidar si el enfriamiento detectado responde a una dinámica local de corto alcance o si se trata de un cambio de ciclo de larga escala, concluye la institución académica asturiana.