El papa condena el terrorismo y pide un alto el fuego en Siria en su bendición 'Urbi et Orbi'
- En la Misa del Gallo ha recordado a los niños que sobreviven bajo los bombardeos
- Francisco critica a quienes "permanecen insensibles frente al marginado"
El papa Francisco ha hecho un llamamiento para un alto el fuego definitivo en Siria y ha recordado a las víctimas del terrorismo durante la tradicional bendición navideña Urbi et Orbi (Para la ciudad y para el mundo) desde la basílica de San Pedro de Roma.
“Es tiempo de que las armas callen definitivamente y que la comunidad internacional se involucre activamente“
"Es tiempo de que las armas callen definitivamente y que la comunidad internacional se involucre activamente para llegar a una solución negociada" en Siria, ha declarado el papa desde el balcón de la basílica.
Francisco ha invocado la paz para todos los que han perdido a seres queridos en los "viles actos de terrorismo que han sembrado miedo y muerte en el corazón de tantos países y ciudades".
También ha pedido a israelíes y palestinos que escriban "una nueva página de la historia, en la que el odio y la venganza cedan el lugar a la voluntad de construir conjuntamente un futuro de recíproca comprensión y armonía"
El papa ha tenido una mención explícito para el pueblo colombiano, "que desea cumplir un nuevo y valiente camino de diálogo y de reconciliación", y para Venezuela, a la que ha animado a "dar los pasos necesarios con vistas a poner fin a las tensiones actuales".
Recuerdo a los niños que sufren en la Misa del Gallo
Anteriormente, durante la tradicional Misa del Gallo en las primeras horas de la Navidad, Jorge Bergoglio ha recordado a los niños que se refugian bajo los bombardeos o emigran en pateras y a aquellos que no tienen juguetes sino armas.
Ante cerca de 10.000 asistentes, Francisco ha pedido a los fieles que escuchen a "los niños que, hoy, no están recostados en una cuna ni acariciados por el afecto de una madre ni de un padre, sino que yacen en los escuálidos pesebres donde se devora su dignidad: en el refugio subterráneo para escapar de los bombardeos, sobre las aceras de una gran ciudad, en el fondo de una barcaza repleta de emigrantes".
"Dejémonos interpelar por los niños a los que no se les deja nacer, por los que lloran porque nadie les sacia su hambre, por los que no tienen en sus manos juguetes, sino armas", ha añadido.
El papa ha comparado la insensibilidad de las sociedades desarrolladas ante el sufrimiento ajeno con la indiferencia ante el nacimiento de Jesús en Belén. José y María, ha dicho Francisco, "encontraron las puertas cerradas y pusieron a Jesús en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada".
Esta indiferencia se repite hoy día cuando "en Navidad los protagonistas somos nosotros en vez de él; cuando las luces del comercio arrinconan en la sombra la luz de Dios; cuando nos afanamos por los regalos y permanecemos insensibles ante quien está marginado".