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Se cumplen 10 años de la muerte de James Brown, el Padrino del Funk

  • Muchos le consideran el creador del funk, estilo que revolucionó y popularizó
  • Su vida estuvo marcada por momentos difíciles y otros de enorme éxito
  • Su herencia millonaria destinada a los niños pobres es motivo de polémica

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El cantante James Brown durante una actuación en Riga, Letonia, en 2006
El cantante James Brown durante una actuación en Riga, Letonia, en 2006

El 25 de diciembre de 2006 moría James Brown, en Atlanta, Estados Unidos, a causa de una neumonía.

El Padrino del Funk, El Padrino del Soul, El hombre más trabajador del show business, Mister Dinamita. Multitud de apodos que sirvieron para definir la figura de un hombre cuya aportación a la música funk es comparable a la de Michael Jackson en el pop, Bob Dylan en el folk o Elvis Presley en el rock and roll.

Diez años después de su fallecimiento, su legado musical sigue intacto y su herencia económica sigue siendo motivo de polémica. Una vida tumultuosa cuya última década, cargada de problemas, empañó una carrera brillante y emblemática.

La Revolución del Funk

Su carrera musical se inició a mediados de los años 50, pero fue en los 60 y 70 cuando alcanzó sus cotas más altas de éxito. Del r&b/soul inicial, desde finales de los 60 su música se fue volcando cada vez más hacia el funk, del que muchos le consideran creador.

Un género que revolucionó y popularizó en todo el mundo, con ritmos pegadizos basados en loops de batería, líneas de bajo y vientos-metales, aderezados siempre con los sonidos y gritos característicos del propio Brown entre frase y frase.

Éxitos inolvidables como "Get Up (I Feel Like Being a) Sex Machine" o "I got you (I feel good)" dejaron ver su faceta más festiva y despreocupada, y en otros como "It's a man's man's world" salió a relucir su influencia gospel/soul.

Tras los pasos del padrino

Su legado se perpetuó más allá de su muerte, y su música ha sido imitada y versionada por multitud de artistas.

Uno de los cantantes de más éxito en la actualidad, Bruno Mars, refleja a la perfección la influencia de James Brown, tanto en los movimientos de baile como en la manera de cantar.

También en la música hip-hop, por ejemplo, son innumerables las producciones en las que se han "sampleado" muestras y sonidos de pistas originales de James Brown.

Aún a día de hoy, los discos del difunto Brown siguen vendiéndose por todo el mundo, generando millones de dólares en royalties.

Una vida de claroscuros

James Joseph Brown nació en 1933, en la Carolina del Sur de la Gran Depresión, y tuvo una infancia y adolescencia problemática que incluyó problemas con la justicia.

La música le permitió reconducir su vida, y durante décadas fue uno de los mayores iconos de la escena internacional. Su dinamismo y su perfil eminentemente festivo no le restaron compromiso con las causas sociales.

En 1966, tras el asesinato de Martin Luther King Jr., Brown publicó la canción "Say it loud... I'm black and proud" (En español, "Dilo alto... soy negro y orgulloso de ello"). Un tema que se convirtió en uno de los himnos de la lucha por los derechos de los afroamericanos en EE.UU.

Su vida acabó de manera turbia, con unos últimos años plagados de problemas con la justicia y con el consumo de drogas y alcohol.

Aún así, antes de morir dejó un testamento que pretendía ser una doble redención. Por un lado, de los errores y excesos cometidos a lo largo de su vida, y por otro, de querer evitar que las generaciones futuras revivieran sus peores momentos.

Su herencia, una polémica abierta

Seis años antes de su muerte, James Brown declaró que quería financiar la escolarización de niños desfavorecidos en Carolina del Sur por medio de su fundación 'I feel good'.

En ese testamento, el artista pidió también que se apartasen 2 millones de dólares para pagar las tasas de educativas de sus siete nietos. Además, el resto de sus propiedades, como trajes y efectos personales, por valor de en torno a otros 2 millones de dólares, debería repartirse entre los seis hijos que él reconocía.

Pero desde su fallecimiento se han sucedido los juicios y acusaciones con familiares, políticos y estado de por medio. Sus herederos directos argumentan que el testamento de su padre no es válido por haber sido fuertemente influenciado por intereses externos, mientras que el Tribunal Supremo estatal tuvo que intervenir para desautorizar la decisión del gobierno de Carolina del Sur de controlar los fondos que dejó el artista.

Al final, los casi 10 años de litigios no parecen llegar a ningún puerto, y lo único que se sabe es que no se ha cumplido la última voluntad del cantante: que los niños del estado pudieran ver sufragados sus estudios con la fortuna generada por su valedor, el Padrino del Funk.