Malta asume la presidencia de turno de la UE con la vista puesta en el reto del 'Brexit'
- Ingresó en 2004 y es el país más pequeño de la UE
- La migración, la seguridad y las relaciones con los países árabes, entre sus prioridades
- Tendrá que afrontar las negociaciones para el Brexit
El 1 de enero de 2017, Malta asume durante seis meses la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea. Es la primera vez que este país, el más pequeño del club de los Veintiocho (429.000 habitantes, un 0,08% de la población total de la UE) detenta la presidencia de la Unión, a la que se sumó en 2004.
La historia de Malta, una pequeña isla en el Mediterráneo, excolonia británica y cruce de civilizaciones y rutas marítimas, está muy presente en sus prioridades para este semestre, resumidas en los siguientes aspectos: migración; mercado único; seguridad; inclusión social; relaciones con los vecinos; y una especial atención al desarrollo marítimo. También tendrá que afrontar el reto de las negociaciones para el Brexit, la salida del Reino Unido de la UE.
Impulso a los acuerdos sobre refugiados
En noviembre de 2015, La Valeta fue escenario de la cumbre UE-África sobre inmigración. Desde entonces, y a pesar de los buenos propósitos, la ruta del Mediterráneo se ha cobrado la vida de miles de personas. Los guardacostas malteses y ONG locales como MOAS han sido protagonistas de muchos rescates.
"Nuestros ciudadanos demandan acción y la UE no puede permitirse ser complaciente y no tratar este asunto con la urgencia e importancia que merece", reza el programa para la presidencia [en inglés] publicado por las autoridades maltesas.
En este sentido, la presidencia se propone implementar rápidamente las medidas acordadas (entre ellas, el reparto de refugiados entre los países miembros), y asegurarse de que el asunto es prioritario en la agenda de Bruselas.
Seguridad y atención a los "vecinos del sur"
La seguridad será otra de las prioridades, más aún después de los últimos atentados en París, Bruselas y Berlín, y de los fallos de seguridad detectados a escala europea.
Las autoridades maltesas pretenden impulsar el sistema de registro de viajeros de terceros países (conocido como PNR por sus siglas en inglés) y el refuerzo de las fronteras exteriores.
En política exterior, Malta pretende que la UE preste una atención prioritaria a los "vecinos del sur", en especial a los países árabes inestables o en conflicto: Libia, Siria, Túnez y al conflicto palestino-israelí.
La promoción de la seguridad en el sur de la UE coincide con los propios intereses de Malta. El país se encuentra tan sólo a 350 kilómetros de la costa de Libia y 300 de la de Túnez. Más cerca aún se encuentra la isla italiana de Lampedusa, a donde llegan muchas de las embarcaciones que intentan cruzar el Canal de Sicilia.
El 23 de diciembre, un avión libio fue secuestrado y desviado a La Valeta, en un recordatorio de las consecuencias de la sensible ubicación geográfica del país.
Una presidencia marcada por el Brexit
Cuando Malta termine su mandato, en junio, la presidencia de la UE debería pasar a su antigua metrópoli, el Reino Unido. Pero tras el triunfo del Brexit y la dimisión de David Cameron la nueva primera ministra, Theresa May, renunció a ello. Estonia ocupará su lugar.
Londres no ha invocado aún el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece un periodo de negociación de dos años sobre los términos de la retirada de un país miembro. May anunció que su intención era activar este artículo en marzo, pero esto fue antes de que la Justicia británica dictaminara que la decisión última corresponde al Parlamento de Westminster.
Reino Unido quiere mantener una relación económica preferente y muchas de las ventajas del mercado único, a la vez que limita el libre tránsito de trabajadores. Es el llamado 'Brexit blando'. Bruselas, París y Berlín han enviado señales inequívocas de que esta posibilidad está fuera de la mesa de la negociación.
El primer ministro maltés, Joseph Muscat, ya ha advertido a May de que no puede esperar un trato más suave de su excolonia. "No habrá una situación en la que el Reino Unido tenga un acuerdo mejor que el que tiene hoy. Simplemente, no puede ser", declaró Muscat en noviembre a la radio de la BBC.
El jefe negociador de la Comisión Europea, Michel Barnier, espera llegar a un acuerdo en 2018. El representante británico en las negociaciones será el diputado conservador David Davis, nombrado ministro al efecto.