Las gallinas son capaces de razonar por deducción
- Las personas no desarrollan esta capacidad hasta los siete años
- Además, estas aves tienen personalidades distintas y demuestran astucia
- Así lo sostiene un estudio publicado en la revista Animal Cognition
Las gallinas no son tan despistadas como la gente cree, sino que tienen personalidades distintas, son astutas, conocen su lugar en el orden jerárquico de la comunidad y pueden razonar por deducción, que es una habilidad que los seres humanos desarrollan cuando cumplen los siete años, con lo que su inteligencia está subestimada y eclipsada por la de otros especies avícolas.
Así lo afirma Lori Marino, psicobióloga de The Someone Project, una iniciativa conjunta de la protectora de animales Farm Sanctuary y el Centro Kimmela para la Defensa de los Animales (Estados Unidos), en un artículo publicado en la revista Animal Cognition.
Marino revisa las últimas investigaciones sobre la psicología, el comportamiento y las emociones de las gallinas, que es el animal doméstico más abundante del mundo, con una población cercana a los 19.000 millones de individuos, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
“Normalmente se piensa que las gallinas poseen un bajo nivel de inteligencia en comparación con otros animales. “
"Son percibidas como carentes de la mayoría de las características psicológicas que reconocemos en otros animales inteligentes y normalmente se piensa que poseen un bajo nivel de inteligencia en comparación con otros animales", apunta Marino, quien admite: "La misma idea de la psicología en la gallina es extraña para la mayoría de la gente".
La investigación de Marino demuestra que las gallinas tienen un cierto sentido de los números. Experimentos con gallinas recién nacidas indican que pueden discriminar entre cantidades numerales y también tienen una idea de la ordinalidad, es decir, la capacidad de colocar cantidades en una serie.
Además, indica que, en dos conjuntos de objetos de diferentes cantidades que desaparecen detrás de dos pantallas, pollitos domésticos de cinco días son capaces de rastrear con éxito dónde se ocultó el mayor número de objetos realizando aparentemente una simple fórmula aritmética de suma y resta.
Desarrollo social y emociones
Marino afirma que las gallinas también son capaces de recordar la trayectoria de una pelota oculta hasta 180 segundos si la ven en movimiento y hasta un minuto si el desplazamiento es invisible para ellas, con lo que esta habilidad se asemeja a la de la mayoría de los primates en condiciones similares.
También poseen autocontrol cuando se trata de tener una mejor recompensa de comida porque son capaces de autoevaluar su posición en un orden jerárquico, lo que es indicativo de que tienen autoconciencia.
La investigación indica que la comunicación de la gallina también es bastante compleja y consiste en un amplio repertorio de diferentes presentaciones visuales y al menos 24 vocalizaciones distintas.
Este ave posee la capacidad de la comunicación referencial, que implica señales como llamadas, exhibiciones y silbidos para transmitir información, lo que pueden utilizar para dar una alarma cuando hay peligro, por ejemplo. Esta habilidad requiere un cierto nivel de autoconciencia y de poder tomar la perspectiva de otro animal, lo que es propio de especies altamente inteligentes y sociales, primates incluidos.
Solución de problemas
Las gallinas también perciben intervalos de tiempo y pueden anticipar acontecimientos futuros. Al igual que muchos otros animales, demuestran su complejidad cognitiva cuando se colocan en situaciones sociales que requieren la solución de problemas.
El estudio señala que estas aves son capaces de experimentar una gama de emociones negativas y positivas complejas, entre ellas el miedo, la anticipación y la ansiedad, y toman decisiones basadas en lo que es mejor para ellas.
Igualmente, poseen una forma simple de empatía llamada contagio emocional, puesto que no sólo cada individuo tiene una personalidad distinta, sino que las gallinas madre muestran una gama de rasgos individuales de la personalidad que parecen afectar al comportamiento de sus polluelos. Esas aves pueden engañarse unas a otras y observan y aprenden unas de otras.