Las autoridades turcas identifican al autor del ataque terrorista en Estambul
- El Gobierno confirma que conoce su identidad, aunque no desvela su nombre
- La policía ha detenido a 27 personas de tres familias en el centro del país
- El Parlamento prorroga otros tres meses el estado de emergencia en Turquía
Las autoridades turcas ya conocen la identidad del autor del ataque terrorista en la discoteca "Reina" de Estambul en la pasada Nochevieja, que acabó con la vida de 39 personas, según ha afirmado el ministro de Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, en una entrevista en televisión, aunque no ha querido facilitar el nombre.
El autor del ataque armado es buscado por todo el país. Según los medios turcos, se cree que pertenece a la etnia uigur y que procede de Kirguizistán. También apuntan a que estaba dominaba las técnicas de guerrilla y que podría haber sido entrenado en Siria.
La policía turca ha confirmado la detención este miércoles de presuntos miembros del grupo terrorista Estado Islámico (o Dáesh) en la provincia de Esmirna, en el oeste de Turquía, por su supuesta vinculación con el ataque.
Según el diario Hürriyet, los arrestados, entre ellos varios menores, pertenecen a tres familias de Asia Central que supuestamente convivían con el atacante en la ciudad de Konya, en el centro de Turquía, y que habían huido de sus hogares tras el atentado reivindicado por el Estado Islámico como una represalia por la intervención militar de Turquía en Siria. En los registros hallaron pasaportes falsos, teléfonos moviles, gafas de visión nocturna y dispositivos GPS.
Otras 16 personas han sido detenidas en Estambul y en Konya entre el 1 y el 3 de enero por su supuesta implicación en el ataque en el selecto club estambulí, siete fueron arrestados en ese restaurante uigur.
Entre los detenidos está la mujer del atacante, que declaró a la Policía no saber que su marido pertenecía al EI.
Huyó en dos taxis la noche de la masacre
Según las investigaciones, el cabecilla de la célula del Dáesh que llevó a cabo el ataque estaba en Konya, respondía con el alias de "Yusuf Hoca" y habría organizado el viaje del atacante de Konya a Estambul. Presuntamente, "Yusuf Hoca" habría enviado al atacante a una casa en el barrio estambulí de Zeytinburnu.
Según el diario turco Habertürk, el presunto terrorista consiguió huir en el primer grupo de personas que salieron de la sala de fiesta. Se alejó del lugar de los hechos y cogió un taxi con el que recorrió apenas dos kilómetros. Después, continuó su trayecto en otro taxi hasta Zeytinburnu, donde recogió dinero de un restaurante uigur, una etnia de Asia Central, y donde las fuerzas de seguridad han llevado una amplia redada.
La huida del autor del atentado ha generado muchas críticas en un país que había desplegado 33.000 agentes para proteger Estambul en Nochevieja.
Hasta finales de diciembre el presunto terrorista no se estableció en Estambul, según las agencias turcas IHA y Dogan. Antes, vivió con su mujer y sus dos hijos durante un mes en Konya, donde llegó procedente de Kirguistán con escalas previas en Estambul y Ankara. En Konya contactó con tres individuos extranjeros que las fuerzas de seguridad buscan ahora. Salió hasta en tres ocasiones de la ciudad, y en una de ellas usó el nombre falso de Abu Mohamad.
Tres meses más de estado de emergencia
Por otra parte, el Parlamento turco ha aprobado extender por segunda vez el estado de emergencia en el país, por tres meses más, hasta el 20 de abril, con el objetivo de continuar la purga de seguidores del clérigo opositor Fetullah Gulen, a quien el gobierno de Recep Tayyip Erdogan acusa de orquestar el golpe de Estado fallido del pasado mes de julio.
El estado de emergencia permite al Gobierno aprobar leyes y suspender derechos y libertades si lo considera necesario sin contar con la aprobación del Parlamento.
Más de 41.000 personas de las 100.000 sobre las que se ha abierto investigación están en prisión pendientes de juicio por su presunta relación con el golpe de Estado. También, unas 120.000 personas, incluyendo soldados, agentes de polícia, profesores, jueces y periodistas, fueron suspendidos o cesados tras el golpe, aunque miles de ellos han sido más tarde restituidos en sus puestos.