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Mateo Gil: "No creo que estemos preparados para asumir el alargamiento de la vida"

  • El cineasta estrena Proyecto Lázaro, drama futurista sobre las implicaciones de la inmortalidad
  • Con la participación de RTVE en la producción, se estrena el 13 de enero en salas

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'Proyecto Lázaro' la nueva película de Mateo Gil sobre criogenización

Un corazón fabricado en un laboratorio que late. Ocurrió en 2008 y el órgano era de una rata. La noticia científica activó la imaginación del cineasta Mateo Gil para escribir el guion de Proyecto Lázaro, un drama de ciencia ficción sobre las implicaciones metafísicas y éticas de la inmortalidad. Rodado en inglés con un reparto internacional y con la participación de RTVE en la producción, se estrena a salas el 13 de enero.

Marc (Tom Hughes), el protagonista de Proyecto Lázaro, es un exitoso artista al que diagnostican un cáncer terminal. Ante la perspectiva de sus últimos meses de vida, decide criogenizar su cuerpo con la esperanza volver a la vida en el futuro, despidiéndose del amor de su vida (Oona Chaplin). Y, efectivamente, abre los ojos en 2084. Una corporación privada lleva años trabajando en la resurrección de un ser humano y Marc será su primer y publicitado ‘Lázaro’: un conejillo de indias desubicado.

“La historia nace de mis propios miedos y obsesiones”, dice en director de Blackthorn en una entrevista para RTVE.es. “No estoy cerca de la vejez pero a medida que vas cumpliendo años te planteas que tu cuerpo ya no responde igual y quieres seguir disfrutando la vida. Te planteas dónde tienes que poner el foco en tu vida”, dice Gil, de 44 años.

'Proyecto Lázaro' es la inmersión en la ciencia ficción del cineasta Mateo Gil. Una película sobre el primer hombre resucitado de la historia. Con la participación de RTVE en la producción, su estreno está previsto para enero de 2017. Marc (Tom Hughes) es diagnosticado con una enfermedad cuyo pronóstico es de un año de vida. Incapaz de aceptar su final, decide congelar su cuerpo. 60 años después, en el año 2084, se convierte en el primer hombre resucitado de la Historia. Entonces descubrirá que el gran amor de su vida, Naomi (Oona Chaplin), le ha acompañado durante todo ese tiempo de una forma que él no espera.

Es fácil rastrear sus obsesiones en los guiones de sus colaboraciones con Alejandro Amenábar. Abre los ojos trataba directamente la posibilidad de la criogenización, pero especialmente Mar adentro conecta con Proyecto Lázaro porque ambas planten las mismas cuestiones: ¿Cómo merece la pena vivir? ¿Hay que vivir a cualquier precio?

“Ambas ideas partían de Alejandro, pero ambas me han nutrido”, afirma. “Proyecto Lázaro va de si estamos preparados para vivir mucho tiempo y de cómo asumir el alargamiento de la vida. Y creo que no lo estamos”. Gil afirma que es erróneo percibir Proyecto Lázaro como ciencia-ficción, “es más un drama y una historia de amor”.

El negocio de la inmortalidad

La inmortalidad es cuestión de tiempo, dice el director de la corporación que gestiona las resurrecciones, y, de fondo,  Proyecto Lázaro aborda la cuestión ética de quién podrá beneficiarse.

“Con las investigaciones que se hacen en torno a la telomerasa (enzima encargada de proteger los cromosomas que parece esconder el secreto de la eterna juventud) empezamos a ver que se va a alargar la vida. No sé si mi generación llegará, pero ocurrirá de aquí a no mucho tiempo. Y estoy seguro de que serán tratamientos carísimos que no se podrá permitir todo el mundo y será un negocio muy falto de escrúpulos”, sostiene. “Será un problema enorme y quizá la siguiente revolución venga de la injusticia de que unos pocos puedan vivir tanto y otros no”.

Gil dice que imagina un personaje en semejante trance le llevó a “un viaje psicológico muy extremo” e incluso a enfermar al terminar la primera versión del guion. “En el fondo puede leerse como una película sobre la identidad: qué nos hace ser lo que somos”, define. “Pensamos que somos una unidad completa e indestructible a pesar de dónde estemos. Y no es verdad. Si nos sacaran de nuestro contexto nos volveríamos locos, perderíamos nuestra identidad y el sentido de nuestra vida”, concluye.

Mateo Gil ya ha rodado su nuevo proyecto, una comedia titulada Las leyes de la termodinámica. Y sostiene que su oficio está condenado a reinventarse. “Son tiempos complicados: las verdaderas buenas películas no las está viendo la gente. Es así de simple. Ha habido décadas en las que para estar cultivado tenías que ver la película de fulanito, pero ahora lo fundamental es haber visto la serie de la HBO o la película de superhéroes”.

Y, resignado, confiesa que tiene escritos dos guiones (“tal vez lo mejor que haya hecho nunca”) que sospecha que no verán la luz. “Me tocará adaptarme a las series, que me parece un formato igualmente maravilloso. Además, creo que el listón es más bajo: en un largo te critican más que en una serie. Así que nos vamos a relajar todos y eso está bien”.