'Ojos grises', un cómic que retrata a los jóvenes de la Barcelona de los 90
- Es obra del guionista Fernando Llor, el dibujante Roger Vidal y el colorista Álex Batlle
- Cuenta la historia de unos jóvenes que se ven obligados a madurar tras presenciar un crimen
Cuando un cómic está tan bien documentado como Ojos grises (Panini) nos permite viajar a otra época, no sólo a través de un escenario, el barrio barcelonés del Poblenou, sino a través de unos personajes tan bien definidos como los chavales de este tebeo, que maduran, muy a su pesar, al presenciar un crimen que no debían. Un cómic de aventuras, para todos los públicos, que podría recordarnos a Los Cinco, pero con un toque más adulto.
“Ojos Grises –asegura Fernando Llor- va de un chaval de 14 años que ve como un policía mata a golpes a un quinqui de su barrio. A partir de ese momento empezará a preguntarse qué es lo mejor que puede hacer. El título es un juego que apela al cambio entre la inocencia y la madurez, entre el blanco y el negro. No fue el primer título que pensamos, de hecho el primero era 'No sé qué tienen tus ojos' utilizando un paralelismo entre la canción que escucha Lucho al principio de la historia y lo que ve después”.
El encargado de recrear ese barrio del Poblenou en 1990, cuando estaba en plena evolución, es Roger Vidal que nos explica por qué eligieron ese escenario: “Nosotros solemos decir que no lo decidimos, el barrio nos encontró a nosotros. Cuando empezamos a plantear la historia teníamos claro que queríamos hacer una historia cercana, que no dejara indiferente a nadie y con tonos de nostalgia. Es por eso que el Poblenou, con el cambio que sufrió en esos años, nos encajó a la perfección. Además del paralelismo que guarda con la evolución que sufren los personajes”.
Los protagonistas
Fernando nos presenta a los jóvenes protagonistas, empezando por Lucho: “Es un chico reservado que vive solo con su madre. Está constantemente enganchado a su walkman escuchando a los Rumba 3 porque dice que a esos por lo menos los entiende. No es muy bueno expresando lo que siente, le cuesta tanto que es capaz de estar un año mirando a una chica sin decirle nada. Según avanza la historia descubrirá que en realidad tiene iniciativa, que es capaz de tomar decisiones y ejecutarlas y que sólo necesita la dosis justa de adrenalina”.
“Xavi –continúa Fernando- es su mejor amigo. Es un valiente, un “echao p'alante”, un poco fanfarrón y un guaperas. No soporta que le lleven la contraria y es de mecha corta. Si tiene que encararse se encara y si tiene que pelar, pelea. La mayor parte es fachada, una forma de evitar los problemas que hay en su casa. Sobre todo es leal, comprometido y dispuesto a ceder cuando es necesario”.
“Y Marina es decidida y fuerte. Siempre está dispuesta a ayudar si cree que la causa es justa, se involucra y es capaz de tirar del carro cuando todo está perdido. Es inteligente, sensata y capaz de organizar un plan cabal cuando todos los demás se dejan llevar por las emociones” –concluye el guionista”.
Una historia de madurez
Ojos grises también es la historia de cómo estos jóvenes, hasta entonces despreocupados, tienen que enfrentarse a sus primeras decisiones importantes, lo que los cambiará para siempre: “Cambian a varios niveles –asegura Fernando-. Por ejemplo, Lucho pasa de ser un chico tímido a ser decidido y se da cuenta de que la rabia le hace moverse más que cualquier otra cosa. No es que se enfade por lo que hace el policía, le enfada la impunidad, la sensación de que nadie quiere hacer nada porque no hay nada que poder hacer”.
“En general –continúa el guionista- todos se dan cuenta de que la situación es muy fuerte, algo que quizá no deberían estar manejando ellos. Algunos aprenden a bajarse de la burra, a aceptar sin más lo que viene, otros aprenden a seguir hasta las últimas consecuencias. Creo que ambas lecciones son importantes para bien o para mal.
Recreando una época
El cómic también nos permite revivir esa época porque sus páginas están llenas de detalles, desde las camisetas hasta la música y la cultura underground de la época. “Es algo que está ahí de manera ambiental –asegura Fernando-. Sobre todo lo que tiene que ver con los quinquis y las drogas. Los chavales se fijan en los quinquis de su barrio, no es que quieran ser como ellos, pero sí que los conocen, saben parte de sus historias y los idealizan como algo “peligroso”, algo “arriesgado”. Acercarse a ellos, pillarles unos porros o simplemente observarlos es una manera de pasar la tarde. Todo eso es algo que se vivía mucho en la época en algunos barrios”.
Además, los autores hacen numerosos guiños a la gente que vivió en el barrio en aquella época: “Pues aparte de recrear edificios que ya no existen o la propia comisaría o todos los referentes visuales del Poblenou, la propia historia en sí forma parte del pasado del barrio. No es que esta en concreto esté basada en un hecho real, pero después de la documentación que hice y, sobre todo, después de hablar con Andreu Mitjans (autor del epílogo y miembro del Archivo Histórico del Poblenou), pude comprobar que lo que nosotros contamos en Ojos Grises podría haber ocurrido perfectamente”.
“Allí vivieron malos tratos de la policía. La comisaría del Poblenou era un sitio al que, según cuentan, enviaban a los policías más conflictivos. Se habla de confidentes que aparecían muertos con un ladrillazo en la cabeza, de muchos “ajustes de cuentas” y de disparos al aire” –concluye el guionista-
De lo que no cabe duda es de que se trata de un barrio muy especial, como asegura el dibujante, Roger Vidal: “Si algo he aprendido al hacer este tebeo y conociendo a su gente, es que por muchos cambios que haya sufrido, el Poblenou tiene una esencia única gracias a sus vecinos que luchan por mantener vivo el espíritu del barrio”.
El Poblenou de los 90
Roger Vidal reconoce que su principal desafío ha sido recrear el Poblenou de los 90: “La documentación para este tebeo en algunos aspectos fue difícil, escogimos un momento de cambio en el que un escenario podía verse drásticamente modificado en cuestión de meses. Por suerte encontramos la web del Arxiu Historic del Poblenou, de donde saqué gran parte de la documentación gráfica. Otro de los retos a los que me enfrenté fue el cumplir con las fechas que nos marcamos intentando no dejar de lado el nivel de acabado”.
En cuanto a su estilo de dibujo, Roger nos comenta que: “Para este tebeo quise utilizar un estilo de línea clara que encajara con la historia que queríamos contar, que permitiese un dibujo amable y sencillo. ¿Influencias? Pues me temo que es una lista muy larga, siempre he bebido mucho del mercado franco-belga desde pequeño, Uderzo o Hergé, aunque al estudiar en la Escola Joso conocí gran cantidad de autores”.
El dibujante también quiere destacar el trabajo del colorista, Àlex Batlle: “Es este caso el color ha sido fundamental para el acabado del cómic. Por suerte Alex y yo somos amigos y estudiamos juntos, por eso entendió perfectamente mi punto de vista desde el principio. El color, sobretodo en este tebeo con línea clara, tenía que funcionar muy bien y acompañar la narrativa”.
¿El inicio de una saga como 'Los Cinco'?
Tras recrear este universo, el guionista no descarta volver a él: “Pues no sé si podría ser una saga al estilo de Los Cinco –asegura- . A mí me gustaría mucho fuese así. El Poblenou tiene cientos y cientos de historias que poder contar y la época se presta mucho a ello, están la Olimpiadas, la crisis del 93... y tenemos unos personajes que podrían dar mucho de sí”.
De momento tendrá que esperar porque tanto el guionista como el dibujante están muy ocupados: “Ahora mismo –asegura Fernando- estoy barajando varios proyectos en el mercado español y francés y estoy seguro que este 2017 estaré muy ocupado”.
“Yo también tengo varios proyectos de cómic –añade Roger-. Pero tengo muchas ganas de repetir con Roger y con Álex.