Peña Nieto reitera que México no pagará el muro con Estados Unidos que propone Trump
- El presidente mexicano insiste en que su país no sufragará los costes del muro
- Rechaza las presiones contra las empresas que quieren invertir en México
- Trump ha vuelto a asegurar que el muro se va a construir y que México lo pagará
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha vuelto a insistir este miércoles en que su país no pagará el muro que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, propone construir en la frontera entre ambas naciones. Asimismo, el mandatario ha mostrado su frontal rechazo a las amenazas que el magnate neoyorquino ha realizado hacia las compañías estadounidenses con intereses en México.
En una reunión con embajadores y cónsules mexicanos en todo el mundo, Peña Nieto ha explicado que tiene "algunas diferencias" con Trump, que jurará el cargo el próximo 20 de enero. En concreto, se ha referido a la construcción del muro, con la que ha asegurado que no está de acuerdo y ha insistido en que "México no pagará".
Precisamente, este miércoles en su primera rueda de prensa como presidente electo, Trump ha vuelto a declarar que México sufragará los costes, ya sea "con un impuesto o con un pago". Y lo ha justificado: "México se ha aprovechado de Estados Unidos; no les culpo".
"No son negociables principios básicos como nuestra soberanía, el interés nacional y la protección de nuestros connacionales", ha aseverado Peña Nieto, que ha sido tajante y ha indicado en que no aceptará "nada en contra de nuestra dignidad".
"Vamos a defender las inversiones nacionales y extranjeras"
Durante el encuentro, el mandatario mexicano también ha criticado los intentos de Trump de influir en las decisiones de las empresas con amenazas, en referencia a las presiones que el futuro presidente de EE.UU. ha realizado sobre algunas compañías automovilísticas y sus intenciones de construir nuevas plantas en el país centroamericano. Por ejemplo, Ford canceló la semana pasada una inversión de 1.600 millones de dólares en la planta de San Luis Potosí, en el centro-norte de México.
"Vamos a defender las inversiones nacionales y extranjeras" en México", a fin de que "siga siendo un destino confiable y atractivo", ha apuntado Peña Nieto. "El mundo verá en México a un país que, con audacia y pragmatismo, privilegia el diálogo y el entendimiento para lograr beneficios concretos para los mexicanos", apuntó en el acto.
"Deben existir reglas claras para que continúe el flujo de capitales en la región. Rechazamos cualquier intento de influir en las decisiones de inversión de las empresas con base en el miedo o en amenazas", ha añadido en medio de la ovación de los diplomáticos. Al delinear los objetivos de la negociación que entablará con la Administración de Trump a partir del 20 de enero, Peña Nieto también se ha pronunciado a favor de alcanzar acuerdos para proteger los empleos actuales, crear nuevas fuentes de trabajo y mejorar los salarios.
Defensa del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
El presidente también ha aprovechado la ocasión para mostrar su apoyo al TLCAN, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, un acuerdo que Trump quiere renegociar porque considera que destruye la industria y los empleos de Estados Unidos. Aunque Peña Nieto ha defendido que es necesario modernizar el pacto -para incluir por ejemplo nuevos sectores como el comercio electrónico o las telecomunicaciones-, ha explicado que apostará siempre por los intereses de Méxicos y sus ciudadanos.
Peña Nieto ha reconocido que se pueden abordar todos los temas, también aquellos como seguridad o inmigración, pero ha sostenido que si EE.UU. quiere negociar también tendrá que asumir una serie de compromisos. Entre ellos, detener el tráfico ilegal de armas hacia México, frenar el dinero de procedencia ilícita que reciben las organizaciones criminales, y garantizar el respeto a los derechos de los migrantes indocumentados que sean repatriados, algo que Trump advirtió que hará masivamente.
Otro de los aspectos que el mandatario mexicano ha exigido al republicano es "mantener el libre flujo de remesas" que los migrantes mexicanos envían desde EE.UU., y de las cuales "depende el sustento de millones de familias mexicanas, principalmente de bajos recursos".