Valls resiste los ataques y defiende la línea de Hollande en el primer debate de las primarias socialistas
- El exprimer ministro francés ha defendido las medidas de los últimos cinco años
- Montebourg, Hamon y Peillon han criticado duramente la reforma laboral
- La primera vuelta será el 22 de enero y de momento Valls encabeza los sondeos
El exprimer ministro francés Manuel Valls ha sido el blanco de los ataques durante el primer debate de las primarias del Partido socialista. Valls, que parte como favorito, se ha centrado en defender la línea política y económica del presidente saliente, François Hollande mientras que los otros seis candidatos han lanzado críticas a muchas de las decisiones tomadas en los últimos cinco años.
Los exministros Arnaud Montebourg, Benoît Hamon y, en menor medida, Vincent Peillon han sido los más duros contra Hollande mientras que Valls, que dirigió su Gobierno hasta hace poco más de un mes, ha reivindicado la necesidad de continuar con el rumbo marcado, sobre todo en cuestiones como la economía, la lucha contra el terrorismo y la política internacional.
La primera vuelta de las primarias se celebrará el próximo 22 de enero. De momento, Valls encabeza las encuestas y le sigue Montebourg en segunda posición. La segunda vuelta y definitiva, que enfrentará a los dos candidatos más votados, será el día 29 de este mes.
La reforma laboral y el terrorismo, puntos calientes
Uno de las grandes polémicas del debate ha girado en torno a la reforma laboral, la última gran medida del mandato de Hollande, que tanto Montebourg, Hamon como Peillon han prometido derogar si llegan al Elíseo porque aseguran, entre otras cosas, que esta ley debilita la posición de los trabajadores frente a los empresarios.
Valls ha defendido la medida y ha explicado que algunos de los puntos de la norma evitan el cierre de empresas y, por tanto, preservan puestos de trabajo. En ese punto, Valls recibió el respaldo de los otros tres candidatos, los más desconocidos, el ecologista François de Rougi, el demócrata Jean-Luc Bennahmias y la radical de izquierdas Sylvia Pinel.
Valls se ha mostrado especialmente apasionado a la hora de defender la acción de Hollande en la lucha contra el terrorismo y en la política exterior. El exjefe del Gobierno ha asumido el esfuerzo de su gabinete para incrementar las fuerzas de seguridad y ha apuntado que "en la guerra contra el terrorismo" el estado de emergencia es una herramienta que "debe ser prolongada tanto tiempo como sea necesario". En ese punto ha recibido la dura crítica de Peillon, quien ha considerado que no se puede hablar de "guerra" cuando muchos de esos terroristas "son hijos de Francia".
Tanto Hamon como Montebourg han apostado por incrementar los puestos en la policía y la gendarmería, aunque el último también ha pedido que se refuercen las fronteras internas dentro de Europa.
Todos contra Fillon pero sin consenso sobre Hollande
La unidad de propuestas se ha producido entre los candidatos a la hora de criticar las proposiciones del candidato conservador, el también exprimer ministro François Fillon, en particular su proyecto de suprimir 500.000 puestos de funcionarios en cinco años.
Sin embargo, no ha habido consenso a la hora de valorar las medidas económicas adoptadas por Hollande ni las recetas para relanzar la producción y crear empleo. Mientras Valls ha apoyado el rumbo actual y ha puesto en valor su experiencia de Gobierno para seguir aplicándolo, Montebourg, Hamon y Peillon lo criticaron y propusieron nuevas recetas.
El exministro de Economía ha propuesto un "plan de batalla" de inversión pública para relanzar la economía, apostando por las empresas nacionales, aunque eso suponga no respetar los límites comunitarios de déficit público, que ha calificado de "absurdos". Hamon ha defendido introducir un salario mínimo para todos los franceses que estimulará el consumo interno y Peillon se ha mostrado a favor de invertir en las tecnologías más modernas.
Valls ha señalado que, de ser elegido, mantendrá las bajadas de impuestos iniciadas en el último tramo del mandato de Hollande, mientras que Montebourg y Hamon han asegurado que los subirán para las rentas más altas con el fin de financiar sus reformas.