'Callback', un thriller incómodo y sin artificios sobre las frustraciones del sueño americano
- Carles Torras dirige una cinta sombría y exigente para el espectador
- Martín Bacigalupo da vida a Larry De Mecco, un perdedor que quiere ser actor
- Mejor película, guión y actor en el Festival de Málaga, se estrena el 20 de enero
Un hombre que lucha y sufre por cumplir su sueño en una sociedad tan exigente y hostil como lo es Nueva York, y con un telón de fondo dominado por el sexo, la religión y la violencia.
Ese es el punto de partida desde el que Carles Torras, el director de la película, decidió ponerse a rodar la historia de frustración y amargura de alguien obsesionado con cumplir el sueño americano.
Un guion escrito a cuatro manos por el propio realizador catalán y el actor principal de la cinta, el chileno Martín Bacigalupo, que debuta en el cine interpretando a Larry De Mecco, un ciudadano del cual se nos explica poco más que su sueño: ser actor. Con ese fin compagina su trabajo como modo de mudanzas con las pruebas y castings para poner voz a anuncios. De Mecco es, además, un profundo y entregado creyente del cristianismo evangélico, que tiene como gran referente al pastor de su parroquia, interpretado por el estadounidense Timothy Gibbs.
"Tiene parte de thriller, porque hay tensión permanente y nunca sabes cuándo, cómo ni qué va a ocurrir. Tiene también algo de humor negro, por las situaciones incómodas y los comportamientos delirantes del protagonista. Y también hay algo de drama, porque se trata de un personaje roto, frustrado y obsesionado con el sueño americano, que se tiene que enfrentar al fracaso de una vida miserable", explica el director catalán Carles Torras.
RTVE.es entrevista a director y actores de la película que se estrena en cines el 20 de enero y que ha conseguido los premios de mejor película, guión y actor en el Festival de Málaga 2016 en una conversación que gira en torno al cine, a la psicología y a un análisis de la sociedad neoyorquina.
Cine incómodo "para comprender al ser humano"
El catalán Carles Torras (Open 24h, 2011) dirige esta historia rodada en Nueva York aunque producida y realizada desde España, y con un guión escrito de manera conjunta entre el cineasta y su actor principal, el chileno Martín Bacigalupo.
"Yo me encargué de la estructura de la trama y Martín de los diálogos. Cuando él se ponía a escribir, yo ya le había dicho dónde empezaba y terminaba la escena", detalla el director. Un proceso de elaboración en el que, según confiesa el propio Torras, "había dudas sobre cómo acogería el público al protagonista. Normalmente es el personaje con el que se supone que te identificas, pero aquí provoca incomodidad".
Tras varios años haciendo teatro, Bacigalupo se estrena en la gran pantalla con un papel que, "aunque desde fuera parezca complicado, en cierto modo está hecho a medida para mí y eso hizo que al final se perciba como más real", comenta el propio actor chileno.
Real y crudo, sin aditivos ni artificios, con un "lenguaje cinematográfico desnudo", según el director de la cinta. "Intento ir siempre a lo esencial, por eso no hay efectos añadidos. Una de mis reglas es no utilizar banda sonora. La música es peligrosa, porque puedes caer en el subrayado, en la redundancia, por ejemplo, en escenas dramáticas o de terror".
"Me gusta tratar al espectador como un sujeto inteligente, que su cabeza tenga que trabajar para atar cabos y sacar sus propias conclusiones. Pero veo que somos pocos los que hacemos ese tipo de cine", sentencia Torras, para el que esa comprensión de las películas debe llevar "a comprender al ser humano, no a juzgarlo, para eso están los jueces".
El fracasado, víctima y verdugo
La historia de Larry De Mecco, el aspirante a actor que protagoniza la cinta de Torras, presenta al espectador un dilema. Con esta especie de renovación de Travis Bickle, el taxista interpretado por Robert De Niro en Taxi Driver, los guionistas no buscan que el observador se posicione frente a la ambivalencia víctima/verdugo, sino que lleguen a comprenderla.
"A mí me parece un enfermo de mierda. No puedo empatizar con un tipo que implosiona y hace lo que hace él", afirma inicialmente con rotundidad Timothy Gibbs, actor norteamericano que da vida al Pastor de la parroquia de Larry.
Pero, minutos después, a medida que avanza la conversación, Gibbs profundiza: "para mí es complicado desprenderme del John Wayne que llevo dentro y que quiere cortarle las pelotas, pero si quieres conocer más al ser humano, terminas entendiéndole, conectando con él. Puedes llegar incluso a sentir lástima por él, pese a que lo que hace sea injustificable".
"Larry vive en un entorno hostil, en un sistema que le provoca frustración y del cual es víctima. Evidentemente vamos a rechazar y condenar algunas de las cosas que hace, pero me ha sorprendido cómo la gente es capaz de comprenderle y empatizar con él gracias a la interpretación de Martín", divaga el director y coguionista catalán.
El otro padre de la criatura, y encargado de darle vida en la pantalla, aclara que "desde el punto de vista interpretativo para mí fue fundamental entenderle. Pero, aunque eso explique sus actos, no le redime en ningún caso". Pensativo y tomándose su tiempo midiendo cada palabra, el estadounidense Gibbs le responde confesando que le hizo dudar con su interpretación.
"Volviendo a ver algunas escenas pensaba hasta qué punto el personaje es patológico, y hasta qué punto se siente con derecho a llevar a cabo esos actos aunque, evidentemente, no lo tenga", revela Gibbs. A lo que Bacigalupo contesta: "el problema es que hay gente que sí se cree con ese mismo derecho. Este tipo de cosas pasan tan a menudo que ya parece algo verosímil, cuando es demencial. Hemos perdido la sensibilidad".