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'Shin Godzilla', ¿monstruo o héroe?

  • Después de las versiones americanas, los japoneses devuelven la grandeza a Godzilla
  • Un gigante imparable que sirve para que el pueblo nipón reflexione sobre su situación actual
  • Shin Godzilla se estrena este viernes, 20 de enero

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Tráiler de 'Shin Godzilla'

Cuando Godzilla nació, en la película de Ishiro Honda y Eiji Tsuburaya (Japón bajo el terror del monstruo,1954), simbolizaba el miedo del pueblo japonés a los peligros de la energía atómica y a que se repitiese el desastre de los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki (1945). Con el tiempo, el monstruo acabó convirtiéndose en un héroe y después en casi una caricatura de si mismo, en producciones cada vez más infantiles (con honrosas excepciones). Incluso los intentos de Hollywood por apropiarse del mayor de los monstruos dirigidos por Roland Emerich (1998) y Gareth Edwards (2014), no estuvieron a la altura del mito.

Eso ha cambiado con Shin Godzilla (Hideaki Anno, Shinji Higuchi, 2016), la primera película realizada en Japón desde Godzilla: Final Wars (Ryuhei Kitamura, 2004). Una interesantísima cinta que recrea la historia original de 1954, devolviéndonos al Godzilla que simboliza los peligros de la energía atómica, con referencias directas al desastre de Fukushima de 2011, pero que también apela a la unión del pueblo japonés y a reflexionar sobre la política mundial actual.

Una película sorprendente que combina el espectaculo de las grandes cintas de catástrofes (con el Godzilla más gigantesco de la historia: 118.5 metros), con una afilada sátira política y una reflexión de hacia dónde va la sociedad actual, al tiempo que recuerda los peligros del uso de la energía nuclear (en este caso Fukushima). Parodia, incluso, la dependencia de Japón de Estados Unidos a nivel político.

Primer plano de Godzilla
Primer plano de Godzilla

Primer plano de Godzilla

En ese escenario Godzilla se presenta como la encarnación de la fuerza imparable de la naturaleza, un aviso para que el ser humano acabe con sus abusos sobre el ecosistema; pero también como la amenaza que conseguirá que los japoneses olviden sus diferencias para reflexionar sobre los auténticos problemas y que acaben uniéndose para solucionarlos, Lo que convierte al lagarto gigante en casi un héroe que conseguirá lo imposible, que etodos se unan contra él.

Y todo en una cinta que, siendo muy novedosa en sus planteamientos (como la sorprendente evolución de Godzilla), también es un respetuoso homenaje al original de 1954. Por ejemplo, en el diseño y los movimentos limitados del monstruo. Pero si queréis efectos especiales, en el último tercio de la película nos demuestran que esa rigidez inicial solo es un homenaje, dando rienda suelta a toda la capacidad destructiva de Godzilla (que es mucha).

Godzilla en uno de sus habituales paseos por Tokyo
Godzilla en uno de sus habituales paseos por Tokyo

Godzilla en uno de sus habituales paseos por Tokyo

El desastre de Fukushima

Si ya el Godzilla original era un aviso sobre los peligros de la energía nuclear, en este sus directores se centran en el desastre de Fukushima, recreándolo en sus tres vertientes, ya que Godzilla empieza provocando un tsunami, al que sigue un terremoto y, finalmente, se convierte en un reactor nuclear gigante andante, con su famoso aliento atómico. Por cierto que, aunque causa una gran destrucción a su paso, en la película Godzilla solo ataca para defenderse.

Seguramente los espectadores occidentales queramos más escenas de monstruosa destrucción y menos discusiones políticas y filosóficas, pero eso (que ya estaba en el Godzilla original) es lo que más interesa a sus directores. Por eso, aunque haya un par de héroes (de despacho) en esta película los protagonistas humanos tienen muy poca importancia, centrándose en el gobierno como representación del pueblo entero de Japón. No esperéis héroes corriendo entre las patas de Godzilla ni tonterías semejantes.

De hecho, sus directores aseguran que las actuales amenazas a las que se enfrenta Japón no vienen desde fuera sino que son provocadas por malas decisiones de su propio gobierno (como pasó con Fukushima) Por eso dedican tanto tiempo a parodiar la excesiva burocracia de Japón, en la que cada toma de decisiones sobre qué hacer con Godzilla termina convirtiéndose en una pesadilla kafkiana.

Godzilla a punto de soltar su fuego atómico
Godzilla a punto de soltar su fuego atómico

Godzilla a punto de soltar su fuego atómico

Escenas espectaculares

Pero los que quieran escenas espectaculares las van a tener. Ya os hemos comentado que este Godzilla es el más grande de la historia, evoluciona en secuencias sorprendentes, y tiene más capacidad destructiva que nunca. Aunque también resulte curioso que se para de vez en cuando a recargar energías para dar tiempo a los humanos a contratacar.

No es casualidad que su directores sean dos de los mejores realizadores japoneses del momento Hideaki Anno, un veterano animador famoso por ser cocreador de la popular serie Neon Genesis Evangelion y haber colaborado con Miyazaki en varias obras del Studio Ghibli, y Shinji Higuchi, director de la exitosa adaptación del manga Ataque a los titanes, a dos espectaculares películas.

Únicamente lamentar que este Shin Godzilla no tendrá ni una mínima parte del éxito que si hubiera sido una producción americana (aunque sea infinitamente mejor) y advertir que es una película en la que se habla mucho (lo que puede decepcionar a los que se esperen a Godzilla destruyendo cosas durante dos horas). Lo bueno es que su éxito en Japón parece garantizar una secuela.

Godzilla desencadenado
Godzilla desencadenado

Godzilla desencadenado

Por cierto que muchas de las grandes películas que se estrenan en los festivales luego nunca llegan a las salas de cine para desesperación de los cinéfilos; sobre todo las de un género tan maltratado como el cine fantástico. Por eso destacamos la iniciativa de A Contracorriente Films y el Festival de Sitges para llevar a los cines cinco títulos imprescindibles de la edición de 2016, de ese certamen, a lo largo de las cinco primeras semanas de este 2016. Los títulos elegidos (todos ellos imprescindibles) son: Train to Busan (5 de enero), La autopsia de Jane Doe (13 de enero), Somnia. Dentro de tus sueños (27 de enero), Melanie. The Girl With All the Gifts (3 de febrero) y la de esta semana Shin Godzilla (20 de enero), con la que el monstruo gigante más famoso de todos los tiempos vuelve su casa (el cine japonés) y a la grandeza (con la que posiblemente sea su mejor película).

El Godzilla de 2016 (centro) comparado con las versiones anteriores

El Godzilla de 2016 (centro) comparado con las versiones anteriores