Louis Vuitton, el hombre tranquilo
- La casa francesa apuesta por un estilo informal y desenfadado
- Miyake apuesta por un estilo urbano, definido y fácil de llevar
- ¿Qué se llevará? Los acolchados, los pantalones anchos y las parkas
Cierto aire desenfadado recorre la colección de Louis Vuitton, una fantástica propuesta con looks que parecen improvisados, prendas de apariencia sencilla y colores tranquilos. La colección, titulada 'Amigos y héroes' ,es un retrato del espíritu neoyorquino con guiños explícitos a la estética callejera de finales de los años 30 y la década de los 40 del siglo XX.
El patrón de los pantalones y los abrigos es generoso permitiendo que las prendas tengan movimiento y se desprendan del cuerpo con elegancia. El look sofisticado deja paso a una estética más relajada. Kim Jones, su director creativo, prefiere vestir al hombre con colores lisos y los tonos neutros, excluyendo los estampados llamativos y los tonos chillones.
Ni rastro queda de los odiosos pantalones pitillo, ni de las chaquetas apretadísimas y las camisas entalladas. La silueta se relaja con piezas de hombros redondeados, abrigos muy largos y pantalones que se ‘atan’ a la cadera con cinturones largos que se anudan de forma despreocupada.
Sobran, eso sí, las prendas estampadas con el logo, quizá pensadas para los asiáticos y las ‘víctimas de la moda’. La casa insiste en las camisas tipo pijama aunque ahora las vemos decoradas con la iconografía de la firma y combinadas con elegantes, y cómodos, pantalones de suave terciopelo.
Parece que los creadores aparcan la ropa de estilo militar y la estética disco setentera. La calle es la gran fuente de inspiración, tanto el espacio físico como la gente que camina a diario por ella.
Los colores del asfalto tiñen las propuestas de Isssey Miyake que basa su colección en prendas cómodas, de patrones amplios y colores fáciles de combinar.
Negro, grises y azul (en dúo o en total look) intenso marcan una propuesta que apuesta por el gabán, la parka y la trenca y retira del armario la bomber, la biker y la chaqueta.
Actualizar los años 80 es el secreto del éxito. Pero son pocos los que consiguen traer al hoy las prendas que marcaron la moda de aquella década tan importante y revolucionaria.
Valentino, capitaneado en solitario por Pier Paolo Piccioli, reinterpreta la figura de Sherlock Holmes en una colección cuajada de iconos de la moda británica: capas, gorras con visera, trajes de lana y pajarita-lazo.
Destacan las prendas con mensaje, especialmente los jerséis de punto, que se inspiran en el famoso logo de los Sex Pistols diseñado por Jamie Reid.
Rojo y rosa, tono que también utiliza Haider Ackermann, juega al contraste con otros más serios, como los azules, grises y beige. Siempre con un estilo limpio, muy cuidado. Y joven, muy joven.
Las zapatillas deportivas son el calzado preferido por casi todos los diseñadores, auténticas piezas de autor que se realizan con todo tipo de materiales para que estén a la altura de las prendas.
Demna Gvasalia, creativo de Balenciaga, juega a deformar la silueta con prendas amplias y tejidos acolchados. Las prendas presumen de comodidad con patrones holgados y detalles deportivos, muy evidentes, como las sudaderas con capucha.
Destacan los abrigos largos y rectos, los pantalones anchos con el bajo rozando el suelo y las superposiciones de prendas de distinta naturaleza y color.
Gvsalia, que adora provocar, tan pronto decora sus prendas con referencias políticas (una versión del logo de Bernie Sanders) como hace la pelota a sus jefes (usando el logo del gripo Kering, al que pertenece Balenciaga).
El gurú de la moda, el chico del momento, parece despreciar la moda o quizá es preciso decir que no le interesa ese halo de clasismo y romanticismo que se instala a veces en los desfiles.
Lo suyo es la ropa. Ropa para vestir. La moda para princesas y alfombras rojas, la moda que te hace soñar, no le interesa. Esa moda no va con él.