El profesor del Vallmont admite ser "cariñoso" pero niega los abusos sexuales
- Se le acusa de haber abusado de 13 niños entre 2010 y 2015
- Reconoce "muestras de cariño" como "besos" pero niega los cargos
El profesor del Colegio Vallmont de Villanueva del Pardillo (Madrid) Carlos R.I. ha reconocido en el juicio que es un docente "cariñoso" como el resto de profesores del centro, pero ha negado tajantemente haber abusado sexualmente de 13 niños durante los años 2010 al 2015.
Fuentes jurídicas presentes en el juicio, que se celebra a puerta cerrada en la Audiencia Provincial de Madrid, han explicado que el profesor ha negado todos y cada uno de los 13 delitos de abusos sexuales que le imputa la Fiscalía e incluso se ha mostrado "sorprendido" por estar sentado en el banquillo. El procesado habría admitido ante la Sala que daba "muestras de cariño y afecto" a los pequeños, pero que nunca abusó de ellos.
El procesado, tutor y profesor de niños de ocho y nueve años en los cursos de tercero y cuarto de Primaria, ha respondido durante hora y media a todas las partes, y ha asegurado que "se han malinterpretado sus gestos en la clase" porque una cosa es ser un profesor "cariñoso", como todos los que trabajan en el centro escolar, y otra muy distinta es acusarle de unos hechos tan graves como abusos sexuales a menores.
"Algún beso" pero "jamás con un trasfondo sexual"
Así, ha dicho que esas "muestras de cariño" hacia los niños conllevaban a veces "algún beso" pero como hacían sus compañeros del Vallmont, aunque ha dicho que "jamás con un trasfondo sexual".
En este momento, las acusaciones han pedido al acusado que definiera más ese concepto de "cariñoso", pero la presidenta del tribunal les han interrumpido al explicar que es un término muy ambiguo ya que lo que para unos es algo sexual para otros puede ser una muestra de cariño, han mencionado a Efe otras fuentes.
No ha mencionado en ningún momento al Colegio Vallmont en su comparecencia pero sí a sus compañeros, de quienes ha dicho que le han apoyado siempre.
La Fiscalía pide 71 años de prisión
La Fiscalía pide 71 años de prisión para el profesor del Vallmont por trece delitos continuados de abusos sexuales a menores de trece años durante los años 2010 al 2015, si bien las familias elevan la petición de pena hasta 91 años.
El ministerio fiscal también solicita una indemnización por daños morales de entre 1.500 y 3.000 euros para cada uno, lo que suma la cantidad de 27.600 euros. Asimismo, piden la inhabilitación para el ejercicio de la actividad docente o cualquier profesión que implique contacto o relación con menores de edad.
La Sala ha acordado que todas las sesiones de la vista oral se celebren a puerta cerrada, como así ha sucedido con la declaración del acusado, un hecho inusual y que no se producía en la Audiencia Provincial desde 2008 con el caso del pederasta Nanisex.
Tras concluir el interrogatorio, varios policías han sacado esposado de la sala al docente, quien agazapado se tapaba el rostro con la capucha de un abrigo. El acusado está casado y tiene dos hijos de corta edad. En el momento de su detención, su hijo pequeño tenía un mes de vida.
La versión de los padres y los niños
Versión contraria mantienen los padres de los afectados, que aseguran que sus hijos les contaron que su profesor les hacía "cosas raras", como por ejemplo morderles las orejas. A lo largo de la mañana, comparecerán los padres de dos niños afectados.
En los pasillos, han manifestado que el colegio no les creyó cuando denunciaron los hechos en 2013, dos años antes de que el profesor fuera detenido tras estallar el caso. En el caso de los progenitores del primer denunciante, tuvieron que sufrir el calvario de ser los señalados por los padres de otros alumnos que no les creían. Incluso su hijo sufrió palizas al grito de chivato, han relatado.
"Mi hijo se llegó a arañar el brazo hasta hacerse sangre. Lo pasamos fatal", ha asegurado una de las madres, que se ha quejado de que el colegio intentara tapar lo que estaba sucediendo. Según su versión, el colegio les recomendó no denunciar porque iban a causar "alarma social".
Según el escrito de la acusación de la Fiscalía, el profesor llamaba a los alumnos a su mesa, invitaba al menor a sentarse sobre sus piernas y aprovechaba para realizar tocamientos por encima o por debajo de la ropa de los menores, que incluían pellizcos y chupar o morder la oreja de los niños. Los "reprobables" instintos sexuales del profesor, recoge el fiscal, le llevaron incluso a hacer cosquillas a sus alumnos por dentro de la ropa, a "tocarles sus pezones" y darles "besos en el cuello".